Epílogo

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Steve por primera vez en su vida... No quería levantarse temprano.

Su Omega lo abrazaba mientras dormía y buscaba su calor.

Con delicadeza, admiró como éste respiraba con tranquilidad.

Detalló sus pestañas, sus mejillas, sus labios, algunos lunares que se escondían celosamente de su visita o simplemente acariciaba su cabello.

Tony era lo más hermoso que había visto.

—¿De nuevo viéndome, Rogers? —Una sonrisa se formó en los labios del castaño.

El Alfa le dio un casto beso.

—Tengo que aprovechar la mañana.

Tony escondió su rostro y soltó una carcajada que se perdió en la almohada.

El rubio dejó varios besos en la oreja de su pareja y después la mordió, dejándola roja.

—Buenos días. —Anthony levantó el rostro y lo beso.

—Buenos días.

Ambos se quedaron en la cama un rato más. Era la mejor de las mañanas.

—¡Papá! —Tocaron a la puerta— ¿Están vestidos?

—Pasa.

Un adolescente se asomo por la puerta.

Ya cerciorado, se adentro a la habitación y se lanzó a la cama en medio de sus padres.

—Buenos días a los dos. —El chico se acurrucó con Tony.

—Buenos días, arañita.

—¡Pá! —Se quejó el joven ante el apodo.

—¿Desde cuando soy pá y ya no papi? —El Omega acariciaba los cabellos de su cachorro—. Steve... Nuestro niño ya está creciendo.

El rubio asintió.

Peter ya no era un bebé.

Sin decir palabra, abrazo a sus dos amores y los lleno de besos.

Había noches en las que soñaba que los perdía... Que caían sin que él pudiera evitarlo.

Pero cuando despertaba, sabía que ellos estaban ahí, dispuestos a brindarle consuelo.

Tenía lo que más amaba en sus brazos.

—Tío Loki dijo que subiría por ustedes sino bajaban. —El joven los miro con alegría—. Todos ya están abajo.

Tony se lanzó a la cama y se escondió en las cobijas. Steve sólo empezó a reír.

—Bajaremos en 15 minutos.

El chico asintió y beso la mejilla de ambos para después salir de la habitación.

—Hoy es la boda.

—Si, que día tan espantoso. —Steve le lanzó una almohada—. De acuerdo, ya voy.

Los dos salieron de la cama dispuestos a darse un buen baño y asistir a la boda de Bruce y Natasha.

Eran los padrinos y por ende, no podían faltar.

Rogers se quedó un rato viendo las fotografías que adornaban el buró.

Una sonrisa melancólica se formó en sus labios cuando vio la foto de Peggy y Bucky. Esos dos habían tenido una larga vida juntos.

Cuando se encontraron de nuevo, Bucky le dio una buena patada en el trasero como se lo prometió y Peggy lloró de felicidad por él.

Habían sido un matrimonio problemático y el fundador de SHIELD.

—¿Los extrañas? —Su pareja se puso a su lado.

—Si. —El Alfa, conectó sus azules ojos con los de Tony—. Me hubiera gustado compartir más tiempo con ellos.

—Sabes que ellos estaban muy felices cuando te vieron. —El castaño sonrió—. Bucky cumplió su promesa de usar el traje en nuestra boda.

Steve negó divertido mientras sentía un nudo en la garganta.

Ese día fue inolvidable.

—Vamos Capitán. —El genio le sonrió coqueto—. Nos esperan.

Rogers le sonrió por última vez a la fotografía.

Al menos sabía que su hermano, había tenido una gran vida al lado de una gran mujer.

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—¿Es muy inquieto? —Peter miraba la abultada panza de Loki.

Éste le sonrió con disimulo y continuó leyendo.

—Es idéntico a su padre. —Peter sonrió ante la respuesta.

Su tío Thor era energético... Casi tanto como él.

El pequeño Omega se quedó al lado del Dios del Engaño.

Ninguno dijo nada por unos minutos.

—No tuve oportunidad de agradecerle. —El hombre de ojos verdes levanto la mirada—. Gracias.

La sonrisa del joven derritió internamente al Dios.

—¿Por qué?

—Por ser mi Ángel de la Guardia.

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