Capítulo 25.

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Justin me despertó, nos habíamos quedado dormidos unas dos o tres horas

-¿Mmmmm?-Me estiré y le besé.

-Preparate nena, nos vamos a ir-Sonrió-Tengo una casita en la playa, no es mucha cosa pero es suficiente para que pasemos un fin de semana.

-Vale-Sonreí y me vestí, hice las maletas. Deseaba salir de casa y desconectar un poco de toda la mierda del día a día y disfrutar con Justin. No podía quitarme de la cabeza que le estaba mintiendo y eso me mataba por dentro pero lo hacía por él.

Justin me besó-Quiero pasar un fin de semana, tu y yo aislados de todo nena-Sonrió.

-Solos tu y yo-Le besé.

Justin y yo fuimos al coche, ante la atenta mirada de mi padre, mi madre y mi hermano que estaban en el jardín , pero me daba igual, Justin me miró con una ceja alzada, me subí a sus caderas y le besé apasionadamente mientras ellos nos seguían mirando. Me daba igual como me miraran o lo que pensaran de mi, la única persona que me importaba era ese canadiense de ojos mieles que me tenía enamorada.

-Vamos nena-Me dejó en el coche y fuimos hasta una playa que estaba desierta, la arena era blanca y destacaban las conchas que habían en ella. El agua era cristalina y en ella se reflejaba el azul del cielo. A lo lejos había una pequeña casa de madera un metro o así separada del suelo.

-Esa es nuestra casita nena-Justin la señaló-En esta playa no suele haber mucha gente por eso me gusta venir aquí, estar solo y en paz, eres a la única mujer que he traído aquí aparte de mi madre que es quien decoró la casa-Me cogió de la mano y me llevó adentro.

Esa casita era preciosa por dentro, era tan rustica, decorada completamente en tonos morrones en claros o en mas oscuros pero siempre marrones.

Justin me condujo hasta una habitación que era la única que había en la casa, cuando abrió la puerta de la habitación me quedé sin respiración , era absolutamente preciosa, la habitación era toda de madera menos las sábanas con cojines blancos y una gran cortina que se desplegaba ante unos enormes ventalanes alrededor de la habitación que dejaban ver el mar cristalino de la playa.

-Y esta es nuestra habitación nena, la parte de la casa que mas me gusta-Me abrazó por detrás.

-Es absolutamente impresionante nene-Toqué con la llema de los dedos el enorme ventanal como si no me pudiera creer que algo tan maravilloso pudiera existir-Siempre soñé con una casa como esta Justin.

-Pues ya es tuya nena, nuestra-Sonrió y empezó a deshacer las maletas-¿Vamos a darnos un baño?-Me tendió el bikini, era amarillo con tiras negras.

-Claro-Me lo puse y esperé a que el se pusiera un bañador, apareció con uno negro-Mmmm que sexy está señor Bieber-Reí-Vamos.

Salimos corriendo hacia la playa mientras no podíamos evitar parar de reír, llegamos al agua y le besé-Me encantas-Sonreí

Estuvimos alrededor de dos horas en el agua, bañandonos o paseando por la playa, cogiendo conchas.

Subí a la habitación y me duché, me puse una camisa de Justin y unos boxer suyos, bajé a la cocina y le hice un café con galletas y lo mismo para mi. Salí al porche de la casa. Ahí estaba el sentado en una especie de balancín de madera con cojines blancos, puse mi cabeza en su regazo y le di el café y las galletas.

-Gracias nena-Besó mi frente y nos quedamos ahí sin decir nada, no hacía falta, simplemente veíamos el anochecer juntos, una vez mas.

One Life (Justin Bieber y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora