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Olor a podrido, manchas de sangre que con el tiempo ya solo tiñen el suelo de color café, sus pocos recipientes donde comían esparcidos por cualquier lado y la mesa quebrada en dos.

Eso es lo único que pude encontrar en el lugar que en algún tiempo fue mi hogar.

Ten había dicho la verdad.

Tras cabalgar durante tres días encontré menos de lo que pude esperar. Ni siquiera sus cuerpos fui capaz de divisar.

Nada.

Nuevas lágrimas escaparon de mis ojos; si bien durante el viaje habían sido miles... Siempre en algún recóndito lugar del corazón se guarda esperanza. Pensé que ellos podían haberse encontrado aún aquí, cubiertos ambos por una misma manta. Pero no.

Solo me queda recorrer este pueblo por última vez. No creo volver a recorrer estas pobres tierras, aún si llegara aquel día en que pierda mi trabajo. Revivir todos los momentos de mi infancia y los recuerdos del asesinato de mis padres no sería sano para mí.

Tomo la manta con la que solíamos cubrirnos del frío invernal y salgo de aquel techo.

Visito a cada una de las personas que no me trataron con extremo desprecio cuando vivía allí, y pues, estoy listo para partir.

Le ofrecí a TY algo de agua del río por esforzarse en traerme tan raudo hasta este lugar, y luego de eso sentí culpa por sobreexigirle tanto. Sí, las ideas de Dong Young ya se estaban guardando en cada rincón de mi mente... Pero no siento una absoluta pizca de molestia.
Luego de dejarle descansar avanzamos a paso lento por el mismo camino por el cual vinimos.

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Era ya el tercer día de viaje de retorno y nos quedaba aún bastante por recorrer debido al cambio de velocidad y todos los descansos que le había permitido a mi nuevo caballito.
Muchas veces yo lo desmontada para que llevara menos peso encima suyo y le cubría con mi vieja mantita cuando las noches eran heladas. Solo quería que él estuviese bien. Él... Y el príncipe Dong Young que debió haberse sentido muy preocupado, asustado y quizás hasta ofendido por no decirle algo de mi viaje o robarme a su caballo.

Ya no sé ni como voy a ser aceptado de nuevo en el castillo... Ni siquiera estaba contratado como un caballero para poder pedir prestado un caballo... Tengo miedo de ser exiliado... Es la primera vez que no me quiero alejar de un príncipe. Solo quiero verlo en este instante de hecho, él me ayuda a tener fuerza.

Quisiera verlo ahora mismo, pero...

¿Pero qué? ¡No de esta forma!

Corro para encontrarme con él, quien luce agotado, sucio, demacrado... Y está tirado justo en medio del camino.

"¡Dong Yoouung!" - Grito tan fuerte como puedo mientras me voy acercando a él. - "¿Estás despierto?"

Y para mi alivio veo como abre sus ojitos... Y me enseña esa sonrisa que no tiene porqué enseñar, pero que quita todas mis preocupaciones.

Pero de pronto su sonrisa se esfuma y sus ojos se tornan vidriosos.

Tae, tus padres-... Y su cálida voz es interrumpida por una preocupante tos.

"Shh... Ellos ahora están bien" -Dije tranquilizándolo- "Ahora ven encima de TY y volvamos al castillo, no tenías porqué venir de esta forma, yo estaba bien"- Y lo subí a donde había indicado.

No entiendes, no podemos volver.

"¿De qué hablas?"

ㅡHe sido exiliado.- Decía con más lágrimas en los ojos.

Prince Kim DongYoung | DoTae 'TaeDoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora