Hace 5 años...
***Oliver***
Estaba harto... completamente harto. Salí de mi casa, eran las tres de la mañana y los gritos de mis padres incrementaban. No funcionaría llamar a la policía de nuevo, sabía que no me harían caso, y ellos actuarían como si todo estuviera bien.
Corrí por las calles nocturnas, con mi libreta de escribir. Tenía que entregar un ensayo para el día siguiente, Hady no podría ayudarme, ella se encontraba de viaje con sus padres. Ella, quien era afortunada de tener una familia que la amara, y que se amaran entre ellos.
Llegué al parque, a aquel parque donde pasé toda mi niñez... aquellos felices tiempos que se desvanecían cada vez más rápido. Estaba cerrado, decidí saltar la cerca, para llegar a una mesa de piedra con un poste de luz encima. El lugar perfecto para escribir de madrugada, en donde solo los grillos y el frío me acompañarían.
Tomé mi lápiz, mis manos temblaban. ¿Por qué mis padres no se divorciaban? Era la mejor manera de lidiar con el problema. ¿Acaso romantizaban el pasado? El pasado, algo tan sobrevalorado... algo que ni siquiera importaba.
Empecé a escribir, pero no sobre la tarea, empecé a escribir lo que sentía y pensaba, como nunca había hecho. Las lágrimas caían en el papel conforme mis ideas salían al aire libre, conforme mi corazón sanaba lentamente.
Mi escritura se vio interrumpida por el sonido de pasos. ¿Por qué diablos estaría alguien en un parque a estas horas? Claro... además de llorar y desahogarse con la vida. Limpié mis mocos y lágrimas, al ver a una chica saltar la cerca. Ella estaba llorando, realmente estaba desconsolada.
Llevaba puesto un traje extraño. Al parecer era un traje para practicar esgrima, también llevaba su espada consigo. ¿Por qué estaba vestida así a estas horas, y en el parque? ¿Qué le había sucedido?
Ella se acercó lentamente a mí, dejando ver su cara, quitándose la máscara de protección. Se sentó frente a mí, sin percatarse de mi presencia, ella seguía llorando, golpeando la silla de piedra con sus puños.
•—Empezar Música—•
—H-hola... —pronuncié tímidamente.
Ella se volteó, se asustó, limpió sus lágrimas rápidamente, levantándose.
—Disculpa. —Se empezó a alejar.
—Puedes quedarte —sugerí—. Digo, si quieres...
Ella parpadeó lentamente. Me vio a los ojos... con esos ojos negros, profundos... directos. Soltó su largo cabello, y soltó una diminuta sonrisa. Se volvió a sentar, esta vez consciente de mí.
—Supongo que aceptaré la invitación... —comentó, poniendo su espada en la mesa—. Supongo que esta noche no estaré sola.
—Supongo que yo tampoco —dije con una pequeña sonrisa—. Supongo que yo tampoco...
Los dos hicimos silencio. No tenía idea sobre qué decir, ella seguía algo triste, aunque reía a veces.
—Disculpa... me río porque parezco estúpida. ¿Quién viene a un estúpido parque a las tres de la mañana a llorar sus penas? —Se quejó, riendo y llorando a la vez.
—Cierto, una estúpida idea... —comenté intentando ser gracioso.
—Hm. Gracias, chico inteligente... —Su sonrisa se detuvo, volteó a ver hacia los árboles de alrededor.
—L-lo siento, digo, pues... yo también vine a eso... —dije intentando recuperar nuestra conversación—. Digo, no soy algún deprimido o algo así, lo que quiero decir es...
—Entiendo, tranquilo... —suspiró—. No la sigas cagando, campeón.
—Lo siento. —Cerré la libreta, poniendo el lapicero delicadamente en la mesa.
—Cuéntame... ¿qué te trae por aquí? ¿Quién te hizo llorar? —preguntó, analizándome con detalle.
—¿A mí? Nadie... —Intenté disimular—. Lo siento, las alergias de media noche me atacan, tuve que salir a tomar aire fresco.
—Entiendo. —Empezaba a perder interés rápidamente—. Suerte con tus alergias. Nos vemos.
—¡No! Espera. —Me levanté—. Disculpa... hablemos, seamos honestos.
—Sé honesto entonces, te escucho. —Ella limpiaba sus lágrimas—. Adelante...
—Mis padres se pelean siempre, eso es todo. Cada vez es peor... cada vez se gritan más, tengo miedo de que algún día lleguen a algo peor. Supongo que sabes a qué me refiero —comenté con dolor.
—Oh... lo siento mucho, sí, entiendo... —Respiró profundamente—. Veo que eres honesto.
—Es tu turno —dije viéndola directo—. Digo, si es que quieres compartir...
—Compartir... compartir es algo que no hago. Eso debes saberlo desde ya —declaró—. Sin embargo, está bien, te contaré, porque es el destino que estemos aquí, a esta hora.
—Claro. Te escucho —dije deseoso por saber su historia.
—Este no es un disfraz de Halloween. Esto que llevo puesto es mi traje de entrenamiento. Estoy en la academia de esgrima más importante de la Ciudad Evocativa, en donde se entrena gente de élite... estoy ahí desde hace un año. ¿Qué es lo que me molesta? Te lo diré.
» He entrenado como loca, dos veces al día, todos los días... ¿por qué? Porque quiero ser la mejor. Ese es mi objetivo, ese es mi deseo... para eso vivo. Sin embargo... esta chica me ha dejado en lo peor. Esta estúpida chica... Vicky. Ella me ha ganado en los dos últimos torneos... y hoy ha sido el peor día de mi vida.
» Mi entrenador es el mismo que el de ella, y ha empezado a comparar nuestro rendimiento. ¡¿Qué clase de entrenador hace eso?! Sí, está bien que ella tenga mejor desempeño en este momento... pero... ¿sacármelo en cara? ¿Quién es él para decirme quién soy yo?
» Yo... yo soy la única que decide qué me define, yo soy quien digo quién soy. No es nada complicado de entender, eso es lo que me molesta más que todo. ¡Las estúpidas etiquetas! Y juro que lograré ser mejor que Vicky, así como siempre lo he sido...
—Entiendo tu sentimiento —comenté—. Pero bueno, pues... supongo que ha sido bueno que nos encontráramos aquí. Aquí tienes a un nuevo amigo que te escuchará sin juzgar.
—Tú también, chico misterioso. ¿Cuál es tu nombre, por cierto? No vas a mi colegio, de eso estoy segura. —Ella se quitaba los guantes.
—Me llamo Oliver, mucho gusto. ¿Cómo te llamas tú? —pregunté extendiendo mi mano, estrechando la suya. Era cálida y suave. Al estar un poco más cerca me permitió oler su perfume... era dulce.
—Mi nombre es Tannia. Y este momento... creo que es clave para el futuro de ambos —declaró con una sonrisa en el rostro.
Momentos que determinarían toda una vida por delante... momentos buenos, o malos. ¿Quién lo sabría?
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Hospital psiquiátrico Lunezca (#2.5 ¡Ya disponible!)
Mystery / ThrillerUn lugar de promesas diluidas por la lluvia y el viento, por el movimiento del bosque, y por las almas que cautivas estuvieron. Un lugar de ayuda para los dispuestos, y de pérdida para los ilusos. El lugar al que Oliver ha acudido luego de una exper...