No hay presencia de parte de Aalbert en toda la hora del almuerzo, a lo que reacciono con intriga.
—Él está con Flor, está tratando su herida. —Mathew está comiendo lentamente, mientras Natalia se ha devorado el almuerzo y nos observa.
—Entiendo... —suspiro—. Está bien.
—Miren... —Natalia señala hacia una mesa en la esquina, alejada completamente de todos. En ella se encuentra una chica.
—¿Quién es? —pregunto con curiosidad—. ¿Tiene el cabello azul, o es una peluca?
—Su nombre es Azula, es lo único que sabemos. Ella llegó aquí hace un mes y es todo lo que sabemos. No ha dicho una sola palabra... y evita el contacto con quien sea. Se ve normal, dentro de lo que cabe la "normalidad" en este lugar—. Natalia come un trozo de pan—. Quise acercarme a ella un día de estos, pero casi me pega en la cara...
—Azula... —digo en voz baja.
—Y no, no tiene una peluca. Se ha teñido el cabello. —Mathew levanta los hombros—. Cada quién tendrá sus gustos, en fin.
En la otra esquina del comedor se encuentra Jephrey encadenado, tiene enormes moretones en la cara y está junto a Raúl, quien ve hacia el frente estrictamente, como si fuera un soldado. Jephrey está comiendo mientras está esposado.
El dolor de mi cabeza se ha calmado. Me siento mejor gracias a haber comido, pero necesito descansar. Camino hacia la salida del comedor, pero antes de salir me acerco a la chica de cabello azul, quiero saber más de ella.
—Ni lo intentes. —Ella está tocando su comida, pero no la come—. No sé qué tipo de persona eres, ni quiero saberlo... hablo en serio.
—Está bien. —Ha sido realmente hostil... supongo que habrá pasado por mucho antes de llegar a este lugar.
•—Empezar Música—•
Llego a mi dormitorio luego de algunos minutos de caminar por el oscuro lugar, y me acuesto. La cama es algo dura y las sábanas no son lo suficientemente gruesas como para cubrirme del evidente frío, y la indiferente neblina que se asoma por la ventana, junto a algunas ramas de un árbol.
Me acomodo silenciosamente, es una de las primeras veces que he tenido una oportunidad de soledad en el lugar... un sentimiento del cual tengo pensamientos variados, pero no malos... no tanto, al menos.
Cierro los ojos, aferrándome a la sábana, intentando no pegar la herida con la almohada, y empiezo a dormir en unos segundos.
En mis sueños puedo ver imágenes del pasado, imágenes borrosas, situaciones lejanas, hipótesis inconclusas y misteriosas caras. Sentimientos variados rasguñan las telarañas de la oscuridad conforme avanzan las imágenes...
—Chrystel desapareció hace una semana... —suspira alguien junto a mí, me encuentro en una habitación muy oscura—. Nadie hizo nada para ayudar, nadie hizo nada para seguir la investigación.
—El Agente Steiner ha pasado por la casa de alguien, preguntando por ella. ¿Cuál fue la respuesta de aquellos viejos conocidos? —cuestiona la misma voz, es femenina—. Exacto... nada útil.
—Intenté buscarla... intenté por todos los medios... —excuso—. No lo entiendes...
—¿Quién eres? No te reconozco, nunca tuvimos cierta cercanía, pero no lo entenderás, jamás, porque en la mente de los egoístas, nada más importa. ¡Felicidades! —Hady está frente a mí—. Felicidades, lograste destruir absolutamente todo.
—Hady... —suspiro—. ¿Por... qué?
Ella sonríe de manera siniestra.
—Lograste ganar lo que siempre quisiste, y hablo de cosas mejores que lo material, que el oro, diamantes, festines, o incluso cuerpos enlutados, víctimas del canibalismo amoroso que desarrollaste a lo largo del tiempo. —Agarra su mandíbula y la empieza a jalar con mucha fuerza, hasta quebrarla. Una sonrisa deforme empieza a hacerse más grande, y sus dientes son filosos.
—¡Aléjate! —grito con todas mis fuerzas—. ¡No más!
Corro con todas mis fuerzas por el oscuro pasillo, mientras se empiezan a formar cuadros de pintura a mis alrededores. Todos tienen la cara de Hady pintados en ellos, en todos ella está llorando.
—¿Por qué corres? ¿Cómo puedes sentir culpa por algo que no hiciste? ¿¡Cómo es que tienes sentimientos intactos luego de lo que hiciste?! —El terrible monstruo desgarra su voz, haciéndola más grave. Me toma del tobillo, arrastrándome hacia la oscuridad total, en donde solamente veo el brillo de sus ojos amarillos—. Hipócrita...
Despierto de golpe, sudando terriblemente, y en un profundo llanto. Una confusión me rodea, estoy en total desubicación. La habitación está realmente oscura, solo puedo ver el reflejo de la luz de la luna por la ventana...
Me siento en la cama, secando el sudor de mi frente junto con las lágrimas. Tomo un suspiro... y veo que algo se mueve, en la esquina de la cama está alguien sentado.
—Veo que tienes serios problemas al dormir. —Jephrey está observándome, con sus ojos penetrantes, sonrisa punzante y piel palidezca.
Trago en seco, un escalofrío consume mi ser.
—¿Q-qué haces aquí? —pregunto con terror en las venas.
—Esta noche es especial. —Él se levanta, haciendo un ligero sonido. Tiene esposas en sus manos y pies—. Quería que fueras parte de esto.
Restriego mis ojos, confirmando que no se trate de otra pesadilla. Lo observo de nuevo, él se está masturbando a la luz de la luna, mientras me observa.
—¿Parte de qué? —cuestiono, midiendo los pasos para llegar a la puerta en caso de que necesite escapar.
—¿Sabes por qué tengo estas esposas? —cuestiona mientras toca su miembro suavemente, sonriendo—. ¿Sabes a cuánta gente he matado?
No hay objeto alguno que pueda tener para defenderme en caso de un asalto. Decido mantener la calma, en caso de escapar él lograría llegar primero a la puerta.
—Odio el silencio. —Él golpea la pared—. Responde.
—No lo sé... no tengo idea. —Él guarda su miembro, empieza a tocar su cabello, pero solo con la mano derecha, mientras la otra guinda como si estuviera muerta.
—Tengo el síndrome de la mano ajena. —Él sigue tocando su cabello lentamente, mientras observa hacia la luna—. Nadie lo ha logrado diagnosticar de una manera... al cien por cien, por decirlo así.
—¿"Síndrome de la mano ajena"? —cuestiono—. Nunca había escuchado tal síndrome.
—Mi mano derecha tiene vida propia. Ella hace cosas sin que se lo pida. —Él me observa con sus profundos ojos, mientras su mano acaricia su cabeza—. Por eso estoy aquí, ella ha matado a veintiún personas.
Tantos síndromes diferentes... ¿Qué me estaría afectando a mí?
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Hospital psiquiátrico Lunezca (#2.5 ¡Ya disponible!)
Mystère / ThrillerUn lugar de promesas diluidas por la lluvia y el viento, por el movimiento del bosque, y por las almas que cautivas estuvieron. Un lugar de ayuda para los dispuestos, y de pérdida para los ilusos. El lugar al que Oliver ha acudido luego de una exper...