Capítulo 35: Aumento de todo

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Actualidad...

***Oliver***

•—Empezar Música—•

—Es mejor ir con Mathew. —Natalia empieza a caminar de regreso—. Nos vemos en el hospital.

—Está bien... —pronuncio en voz baja. Me siento en una roca grande junto a la lápida, mientras el frío de los alrededores causa que empiece a temblar.

Tengo una extraña sensación... los doctores, los enfermeros. Las personas de la institución, del hospital... todos se comportan de maneras horribles. Algo sucedió con la chica llamada Serina Blooming. ¿Qué habría causado su muerte?

—Esto no debió de haber sucedido... una muerte en este lugar. —Una voz conocida se hace presente de detrás de los árboles. Ella camina hasta estar junto a mí. Siento una negatividad incrementada desde la última vez que nos vimos.

—¿Sabes su historia? —consulto alzando la mirada. Tannia está descalza, el frío la está carcomiendo, pero prefiere tragar sus instintos.

—No. —Ella se pone de cuclillas, tocando la lápida suavemente—. No la conocí...

—Pobre de Mathew, acaba de aclarar mucho de su historia, sobre este lugar también —comento—. Necesitamos ayudarle.

—Necesitamos escapar. —Tannia me ve directo a los ojos—. Quiero escapar, no estoy lista para lo que viene...

—¿De qué hablas? —pregunto levantándome—. Acabas de sugerir que nos quedáramos, para saber las respuestas al pasado. ¿Acaso ya no te importa? Sé que sabes mi pasado, y que no me lo revelaste. Estás perdiendo mi confianza...

—La confianza entre nosotros nunca existió —dice tajante. Las lágrimas se hacen presentes—. No fui la única en guardar secretos... jamás lo fui.

—Tannia... —suspiro—. ¿De qué secretos me hablas?

—Tuve la ligera ilusión de que haríamos las pases en este lugar, pero si sigues creando lazos con ellos... no habrá escapatoria. —Ella se acerca lentamente hacia mí. Puedo sentir una vibra fría, paralizante. Sus ojos son penetrantes y amenazantes.

—¿Qué? ¿Pretendes que no ayude a mis amigos? —camino hacia ella—. No estás bien. Busca ayuda.

—¡Aléjate entonces! —grita con todas sus fuerzas, los cuervos de alrededor salen volando por los cielos, creando ecos deprimentes a los alrededores—. Él te tocó el corazón... jamás hubiéramos pensado así en el pasado. ¿Por qué me duele tanto? Deja de reflexionarte... déjalo atrás.

—Tengo que irme. —Empiezo a alejarme lentamente—. Y para que sepas, sé que tenemos una conexión. Sé que tuvimos algo en el pasado... pero también sé que se acabó.

—¿Se acabó? ¿Empiezas a recordar, acaso? —Sigue mis pasos mientras discute—. Si tanto quieres sobrevivir sin mí, adelante. Si quieres morir a manos de la realidad, no te detendré. Simplemente te advierto que chocarás de frente con la verdad.

—La verdad es bienvenida en mi vida. —Empiezo a caminar más rápido, para perderla, hasta que poco a poco sus pasos se dispersan—. Y la conoceré eventualmente.

Llego al hospital luego de unos minutos.  El doctor Wallace, el pelirrojo, está hablando con Natalia. Él me ve a los ojos, y me señala. Su voz es seria, y su traje es muy elegante. Las manchas en su piel tienen diferentes tonalidades, y por lo que veo las tiene en todo el cuerpo.

—Ahí estabas. Te estaba esperando —dice con una pequeña sonrisa—. Puedes seguirme, Oliver.

—¿Qué sucede? —cuestiono con inseguridad. Natalia sigue su camino, en búsqueda de Mathew.

—Podemos sentarnos aquí si te parece. —El doctor toma dos sillas del comedor y nos sentamos—. La terapia conmigo está a punto de empezar, quería ver si serías anuente ante ella.

—Está bien. —Muero de nervios. La discusión con Tannia me ha movido el piso, además del haber visto la lápida de Serina...

—Ha pasado cierto tiempo desde tu terapia con la doctora Ophelia. Sé que ha sido algo fuerte, pero ahora que empezaste es necesario llevar las otras terapias para poder dar con el problema de raíz. —El doctor saca una libreta—. Me he tomado el tiempo de investigar un poco sobre tu pasado.

—¿En serio? —pregunto con interés—. ¿Qué investigaste?

—La ausencia de tus padres, en general, ha sido algo fuerte para tu infancia y adolescencia. —Él observa sus apuntes—. Pude hablar con la doctora, algo sobre un trofeo... sobre cierto deporte, también influenció sobre tu vida de gran manera.

—Tengo esa imagen impregnada en la memoria, y no trae buenos sentimientos —recuerdo—. Es como si quisiera alcanzar algo imposible, y como si el piso se quebrara ante mí. He tenido esa pesadilla las últimas noches. También he soñado con Hady...

—Hady fue una compañera que tuviste en el colegio. —Él sabe de lo que habla, claro que la recuerdo—. Sin embargo, algo sucedió con ella.

—¿Qué sucedió? ¿Por qué me siento tan culpable? ¿Acaso...? —Me preparo para el impacto.

—Hady falleció hace algunos años —revela, causando nauseas en mi ser—. Ella fue atropellada en la ciudad Superflua.

—¿Es... esto cierto? —pregunto con el corazón en la garganta.

—Según pude descubrir en mis investigaciones, Hady ha estado presente en cierta parte de tu vida. En este momento puede que no lo recuerdes. Un pequeño empujón, una noticia fatídica como la expuesta... ¿hace que pienses en algo? —interroga, es algo seco con sus preguntas, pero no por la manera de plantearlas, sino por su manera de decirlo.

—Desde hace algún tiempo he aceptado su fallecimiento. Eso no hace menos impactante esta noticia, y la manera en la que murió. ¿Por qué me siento culpable? No la he matado, de eso tengo seguridad. —Me levanto, siento una profunda tristeza. Una tristeza que siempre estuvo ahí, una que me asfixia poco a poco, que se alimenta de mi impotencia y carcome los nublados pensamientos que me agobian.

—Como sabrás, mi terapia es la llamada "Terapia de Reacción". Necesitaremos estímulos de distinta naturaleza para poder activar diversas memorias, algunas... no muy placenteras. Es parte del proceso, debes entender que el sanar no es una línea constante, y por eso tu pasado encuentra maneras incómodas de manifestarse. —El doctor Wallace explica—. Vamos a tener que hablar de un tema un tanto sensible.

—¿De qué tema? —pregunto—. No sé qué podría ser tan sensible para incrementar los efectos de esa terapia...

—Un tema que discutimos entre los doctores si debía tratarse con tanta... anticipación, por decirlo así. Sin embargo, hemos decidido que es hora. Es hora de hablar de tu relación amorosa. —Él me ve directo a los ojos—. Nos veremos pronto, y debo decir que esa sesión será un tanto intensa. Adiós.

Se levanta lentamente y camina hacia el edificio, con una expresión seria... mezclada con una pizca de superioridad al ver a los pacientes. ¿En qué demonios me estoy metiendo?

—Tengo noticias. —Azula toca mi hombro—. He estado investigando por mi cuenta.

—Azula... ¿qué sucede? —cuestiono.

—Hablé con Flor, la enfermera. Me ha dado cierta información, ahora tengo clara la historia de Lucrecia, y creo que nos incumbe a todos —revela, tomando asiento—. ¿Sabías que esta noche le tocará a ella hablar en la fogata? Qué mejor tiempo para saber su pasado.

Tannia, su negatividad, sus secretos... ¿y... los míos?

Hospital psiquiátrico Lunezca (#2.5 ¡Ya disponible!)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora