Training the Crows. (Haikyuu)

De regreso a Tokio.

Los días pasaron a gran velocidad, cada uno de los chicos del club de voleibol practicaba por su cuenta en su afán de mejorar y así apoyar al equipo, durante los entrenamientos grupales ambos entrenadores Ukai daban las explicaciones pertinentes y las recomendaciones para las mismas, de esa forma pasaron dos semanas y las vacaciones de verano empezaron.

-Estamos en vacaciones de verano, así que podremos entrenar todo el día- decía el profesor frente a todos- y a partir de mañana, seguiremos con los partidos en Tokio- su emoción se reflejaba en su rostro- esta vez, será toda una semana, será la primera y última concentración larga de las preliminares, tomaremos a este toro por los cuernos así no tendremos arrepentimientos.

“Veamos que tanto han avanzado” pensó para sí misma la peli-roja con una sonrisa.

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-No olvides empacar lo esencial- dijo el rubio al pasar frente a la habitación de Meredith.
-Ya lo sé- grito tras guardar un juego portátil.
-Entonces ¿Porqué no hay ropa en tu maleta?- cuestiono apoyándose por el marco de la puerta.
-Por qué eso ya lo guarde- respondió señalando la mochila que estaba encima de su cama.

Al contrario de su mochila la maleta que tenía frente a ella era mucho más grande, sin mencionar que en ella solo había videojuegos, libros, una tablet, muchos bocadillos y golosinas, por lo que su primo se golpeo la frente en un gesto de frustración.

-Empaca correctamente- le regaño- solo puedes llevar una cosa de cada cosa que tienes ahí- apunto con su dedo la maleta.
-Pero, pero… son cosas de suma importancia- aseguro ella cubriendo con su cuerpo la maleta.

Sin mucho esfuerzo Keishin movió a su prima y volcó todo el contenido que ella minutos antes con tanto esfuerzo y esmero había guardado dentro de su maleta.

-No necesitas llevar diez videojuegos diferentes, tampoco diez libros y mucho menos necesitas llevar tantas papas fritas- le recrimino mientras revisaba todo lo que había caído- ¿Por qué demonios llevas un equipo de espionaje…? Mejor dicho ¿De dónde sacaste este equipo?
-Tenía mucho tiempo libre en el hospital- se encogió de hombros- ya sabes, pase muchos meses sola allá mientras seguía mi tratamiento y fisioterapia, de alguna forma debía matar el tiempo- el rubio no pudo evitar sentirse culpable por sus palabras- además en el hospital había una enfermera muy mala, debía buscar la forma de evitarla.

Mirando el mini equipo de espionaje, el cual estaba conformado mayormente por varias mini cámaras, el mayor se dio cuenta de un detalle.

-¿No se supone que la familia de tu madre iba a cuidar de ti mientras estabas allá?

Ante aquella pregunta el cuerpo de la peli-roja se tenso, para luego maldecirse a sí misma por su bocota.

-Bueno… verás- decía con una sonrisa nerviosa- muchas cosas pasaron por lo que ellos no pudieron ir a visitarme- al ver el ceño fruncido de su primo se apresuro a hablar nuevamente- pero me daban dinero para mis gasto y cosas así, también me consiguieron un apartamento cerca del hospital para seguir mi tratamiento.

Aquello no era del todo mentira, si bien los primeros meses de su estadía allá sus abuelos maternos le ayudaron financieramente, cuando ella fue dada de alta tuvo que buscar un empleo para seguir manteniendo sus gastos y los costos de su tratamiento, pero eso no era algo que le diría a Keishin porque era muy seguro que se lo contara a su abuelo Ikkei, y esté a su vez no dudaría en llamar sus abuelos para reclamar aquel trato con su única nieta.

El rubio reprimió su enojo mientras apretaba sus puños haciendo que sus nudillos perdieran el color poco a poco, estaba molesto, más que nada consigo mismo por no haber insistido más en acompañarla en aquella ocasión confiando en que los abuelos de ella estarían a su lado en todo momento.