Capítulo Cinco.

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「Odio mutuo」

Boulevard de Yokohama.
Yokohama, Japón.
26 de junio del año 20XX.
Horario: 12:07 pm.

Tres días para ser exactos, habían pasado desde que Chuuya Nakahara comenzó a vivir con Dazai Osamu. Las cosas no iban "bien" descritas por Chuuya. El castaño no se dignaba a ayudarlo con nada en el apartamento. No sabía como encender la lavadora y lavar su propia ropa, no sabía cocinar, tender las cómodas, preferiría ensuciar que limpiar... Lo peor de todo es que se quejaba de ésto, la misma mierda que hacía; se quejaba y Chuuya tenía que limpiarlo. Poca paciencia el pelirrojo tenía con personas de alta clase, muchas veces incluso le tuvo que enseñar de mala gana como hacer ésas cosas. Por supuesto... A Dazai no le entró nada en la cabeza y siguió siendo un bueno para nada, lo único en que era bueno era; en ayudar a sus hermanos con las tareas y buscarlos de la escuela. Tomaba mucho tiempo pero Dazai, se le ocurrió ir en tren bala. Era un poco más caro pero en cuestión de 20 minutos, llegaba al epicentro de Yokohama, el corazón de la ciudad. Por otra parte, él seguía yéndose en bus, dinero que juró ahorrar; lo gastaba para irse en bus temprano a sus dos trabajos. Llegaba alrededor de las cinco de la tarde a casa, le daba tiempo para comer de la comida preparada por su hermano, hablar con ellos y Dazai un poco y luego; dormir con el suicida. Le pareció extraño que Takako se llevara tan bien con ese omega... Hasta celos fraternales le daban.

En éste momento. Estaba en su trabajo ordenando cajones de frutas para que luego, éstas se fueran distribuyendo en el mercado local, llevaba cargando una pesada caja de madera, que contenía manzanas verdes y jugosas. Las posaba a un costado para que demás de sus compañeros, comenzaran el proceso de escritura y luego empezar a ordenar los frutos. El olor a frutas, penetraba sus fosas nasales, le dio hasta hambre pero ya había devorado de su almuerzo, debía esperar a que saliera del trabajo. Tenía a eso de dos horas más de turno así que las aprovechó para ganar más dinero; cargando esta vez dos cajas de maderas. Una con tomates y otra con plátanos. Alfas y betas observaban lo insano que era, al cargar dos cajas en sus dos hombros. ¡¿Cómo era posible qué un solo hombre fuera tan fuerte?! ¡Muchos juraba que hasta podía cargar un camión si era necesario! Aunque siendo sinceros... Chuuya quizás era un alfa fuerte como para cargar a cuatro personas a la vez, pero con un camión... No era esa clase de persona fuerte que todos creían. Pero en si, podía romperle el cuello a alguien sin hacer mucho esfuerzo.

━ Chuuya, ha faltado otra vez nuestro cajero y la taquilla 4 necesita uno. ¿Puedes cubrirlo?━ el encargado de todos los empleados hizo presencia enfrente suyo, Nakahara dejó ambas cajas de madera en el suelo para observarlo con curiosidad escuchando sus palabras. Nunca le había tocado tener un trabajo fácil pero ésta vez, le tocó un pequeño receso. ━ Te pagaré el doble, no te preocupes. Gracias por tu buen trabajo.

━ No hay de qué Ayatsuji-san. ━ comentó con respeto hacia el rubio, éste le respondió un cabeceo para después; supervisar a los demás.

Nakahara se adentró en la tienda. Estaba bastante fresco y había bastante gente comprando productos, clientes pudieron percibir su olor provocando que algunos se giraran hacia su dirección; observando como ciertas personas de distintas clases en la jerarquía, posaran sus orbes en él. Al llegar a la taquilla, indicó con un botón que estaba abierta y la luz lo indicó. Recibió esa tarde sus primeros clientes, con facilidad, experiencia y rapidez; les brindó un buen servicio a ellos. Con una sonrisa claro... Se notaba su felicidad. Ganaría más dinero. Quizás pensaría un poco más en él e iría a comprarse un poco de ropa nueva. Quizás haya camisas en oferta cerca aunque... ¿Tal vez debería de consultar a Randou primero? Aunque era muy temprano para pensar en ello, cobraba el viernes y hoy era el inicio de la semana.

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