Capítulo Nueve.

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「Mal entendidos que terminan en malos tragos」

Hospital central de Kanto.
Yokohama, Japón.
1 de julio del año 20XX.
Horario: 1:15 pm.

La pregunta del pelirrojo enunciando el nombre de el de hebras largas lo sorprendió de sobremanera, sus ojos estaban abiertos por la conmoción del momento y a la misma vez confusión. Randou tenía muchas preguntas acerca de que hacía Nakahara en el mismo lugar que él, es decir; un hospital. A su lado no sólo pudo divisar la cabellera roja de Chuuya sino la cabellera castaña de cierto hombre de ojos avellanas, su olor era muy fuerte a lo que dedujo que era el celo que le había venido; si él seguía así temía de que un alfa lo violara por ello sin importarle que estuviera marcado o no, la seguridad del joven era importante. También por su olor se dio cuenta rápidamente que ése era el omega de su discípulo, la persona la cuál había hablado, no lo conocía aún pero su rostro se le era familiar... ¿Quizás era una persona famosa y en algún momento había visto su rostro pero recordaba vagamente?

Volvió a la realidad y cerró la puerta del consultorio detrás suyo, pisadas dio hasta Nakahara pero sin antes otorgarle una bolsa que contenía comida a Fyodor que lo tomó en manos, la niña pequeña saltó con emoción para después pegar un chillido.

━ ¡Papá y yo lo hicimos para ti!━ Exclamó ella. Una sonrisa ligera se cruzó por los belfos del azabache y acarició sus hebras.

Por supuesto que surgieron los malentendidos entre el pelirrojo. No se podía creer que Randou era... Esposo de ése. Le debía una explicación, ¡era imposible! ¡Él ni siquiera le dijo que era casado! Siempre se hacía el misterioso. Por otra parte, Dazai miraba extrañado a ésa niña... Había algo que no le caía bien, le recordaba a alguien que había conocido pero el problema era que no recordaba su nombre.

El de hebras largas suspiró y se dedicó a hablar.

━ Chuuya. ¿Podemos hablar en la cafetería, por favor?

El pelirrojo asintió levantándose, Dazai hizo lo mismo para seguirlo pero antes de retirarse todos; el ruso habló:

━ ¿Pueden encargarse de Misha? Todavía debo atender uno que otro paciente...━ sus ojos se cerraron mostrando cansancio. ━ Los alcanzo en unos minutos. Será rápido.

Dazai aceptó cuidar a la infante, Misha se separó de las piernas de su padre a lo que éste le aseguró que regresaría, sus cabellos desordenó por una última vez y luego a pequeñas pisadas la niña se dirigió hasta el suicida donde tomó de su mano. Se fueron hasta la cafetería para que Randou arreglara con palabras lo que acabó de ocurrir. Por supuesto que estaba al tanto de lo que surgía en la mente del alfa menor, se estaba derritiendo como lava a través de pensamientos confundidos que eran malinterpretados por lo que había visto hace segundos. Hicieron el mismo recorrido que con Tsujimura, se notaba que el hombre mayor ya conocía el lugar del hospital por haberlo visitado, a la par que caminaban Dazai estaba hablando animadamente con la niña con nombre ruso pero sus facciones eran japonesas y eso era notorio. Bajando el ascensor nadie dijo alguna palabra, la niña tan solo empezó a conocer al omega que con dulzura la mantenía entretenida hablando de cosas triviales e infantiles, llegando al primer piso el primero en salir fue el mayor que fue seguido por los de menos edad que él. Giraron algunas derechas e izquierdas hasta llegar a la cafetería donde Chuuya se encontró con sus hermanos, principalmente con su hermana menor que lo abrazó debido a que lo extrañó.

Randou los saludó, primero a Fumiya quien lo elogió por haber crecido bastante éste año y también le preguntó las típicas preguntas que un padre le haría a un hijo; "¿Qué tal la escuela? ¿Te ha ido bien? ¿No haz tenido problemas?", preguntas que le haría su padre si supiera dónde estaba o si estuviera vivo. De último a la pequeña donde también le hizo el cumplido de su altura y su belleza juvenil, haciendo sonrojar a la omega de menor edad. Se sentaron en la mesa donde estaban ubicados sus hermanos, Randou les cuestionó a todos si tenían hambre y efectivamente; todos respondieron que sí, incluso la hija del omega doctor. Suspirando no tenía más de otra que gastar su dinero en comida para los alfas y omegas de esa mesa, avisó que iba a volver pronto mientras que todos se acomodaban en los asientos. Chuuya estaba a un lado con sus hermanos pelirrojos mientras que Dazai con Misha que apenas llegaba a ver la mesa, era bajita y pequeña. De hecho, tenía 4 años de edad y era mucho menor que Takako, ella tenía 8 años.

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