Veo veo

Descanso

Las clases estaban por finalizar y JongDae estaba cada vez más cerca de salir de la universidad, por lo mismo la mesa se encontraba llena de papeles. Cálculos, frases incompletas en inglés, nombres de científicos matemáticos, fórmulas de Excel, de todo relacionado con su carrera de pedagogo.
JongDae estaba apoyado sobre la mesa, medio cuerpo sobre la superficie mientras sus pies se balanceaban de adelante hacia atrás. La maldita fórmula no le funcionaba en el programa Excel, el resultado no le daba y eso era realmente frustrante. Llevaba más de media hora tratando de hacer el ejercicio y seguía sin encontrar el resultado. No sabía exactamente qué estaba haciendo mal.

Por otra parte estaba ChanYeol, distraído en el drama que estaban dando en ese momento, el actor era bastante guapo pero el papel que hacía era de un auténtico idiota superficial por lo que más de una vez lanzó palomitas a la pantalla por cada frase estúpida que salía de sus lindos labios.
Al acabarse las palomitas recordó que tenía un novio frustrado sobre la mesa, porque sí, JongDae seguía sin avanzar y estaba por ponerse a llorar. El que no le dieran los resultados realmente le frustraba.

El mayor se levantó del sillón y fue a la cocina a preparar más palomitas. Al terminar buscó el jugo y galletas favoritas del menor y lo puso todo sobre la mesita que tenían frente al televisor. Avanzó hasta su novio y de un solo movimiento lo levantó de la silla, robándole un chillido al joven.

— ¡Park ChanYeol! Casi me da un ataque, idiota. — Refunfuño, dándole un golpe en el hombro cuándo lo dejó sentado en el sillón.

— Veo veo a alguien que merece un descanso. Amor, llevas mucho en eso, necesitas distracción. — Sin más ChanYeol cambió el canal a un drama de humor, atrajo a Dae a su pecho y ambos se recostaron para mirar mejor la pantalla.
La comida pasó a segundo plano porque ambos estaban muy cómodos como para moverse a comer.

Una hora y media después ChanYeol se movió para acomodar a Dae sobre su cuerpo y acarició sus mejillas suavemente porque el joven estaba por quedarse dormido y era como un niño pequeño luego de pasar todo el día jugando con sus amigos. Apretó el cuerpo contra el suyo y siguió con las continuas caricias sobre el cuerpo más delgado.

— ¿Ves? Merecías un descanso amor. — Recibió un quejido como respuesta y el mayor miró la hora. Cinco de la tarde, si dormidan dos horas no estaría mal por lo que no hizo nada por despertar a su pareja, ya dormida, y acorraló al pequeño entre su cuerpo y el respaldo del sillón para tomar una siesta.