Parte 7

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Karl no se contenía en demostrar su felicidad por el avance con Osomatsu, la misma tarde en que había ido al acuario citó a sus amigos en un café para contarles la buena noticia, Jyushi no tardo en celebrar con el mayor mientras Totty aún mantenía una ligera desconfianza. La situación en su hogar había mejorado, aunque no tenía avances con el Don, ya no presentaba tantas quejas ante sus padres, mostrándose un poco más accesible cuando estos o Choromatsu le encomendaban una tarea; los desprecios de Ichimatsu tampoco le afectaban, era casi como si pasara a ignorarlo, claro que, esto último no tenia de buen humor al chico que no reparaba en desquitar su coraje con algunos desafortunados subordinados.

Sin embargo, acorde a palabras de Todomatsu: "Todo era demasiado bello para ser verdad"

Ya habían transcurrido tres semanas y Osomatsu no volvió a presentarse en el club. Toda la felicidad del DJ fue remplazada por constantes lamentaciones dramáticas que poco a poco se fueron transformando en pura tristeza y decepción. Continuó llevando a cabo sus shows programados, con una leve esperanza de atraer con su música al chico que le tenía en tal situación. En casa los problemas se acrecentaron cuando se negó a llevar a cabo actividades ya agendadas, dando prioridad a estar presente en el club; los roces con Ichimatsu también fueron en aumento, siendo menos tolerante con el menor no dudaba en callarlo cuando se sentía llegar al límite de su paciencia.

Karl era un desastre.

Un sábado al medio día, el DJ se encontraba como de costumbre en la oficina del club; recargado en el escritorio intentaba centrar su atención en unos papeles que llevaban demasiado tiempo frente a su vista.

- Nii san, detesto verte así – Totty le reprendió con suavidad desde el marco, al no tener respuesta se decidió a entrar.

Karl vestía un pantalón y chaleco blancos en conjunto a una camisa azul.

- Es que, no lo entiendo, creí que habíamos logrado conectarnos y ahora simplemente se esfumo – mencionó dejando los documentos en el escritorio a la par que se recargaba en su silla – sólo quiero saber si está bien... - murmuró con un pesado suspiro.

Todomatsu suspiro también, si bien él desde el inicio advertía que aquel chico no era de fiar, en el fondo deseaba estar equivocado para poder ver feliz a Karl – Nii san, creo que te haría bien relajarte un poco, ¿Te gustaría acompañarme hoy?

- No lo creo.

- Por favor – suplicó al colocarse frente al escritorio con una expresión tierna – Jyushimatsu nii san tiene show esta tarde y no me quiere dejar salir sólo, insiste en que sería peligroso – compuso un puchero infantil.

El gesto del menor cumplió su cometido e hizo sonreír levemente al mayor, Karl sabía perfectamente que lo dicho era mentira, Totty hacia lo que quisiera con o sin permiso, pero entendía la intención de su amigo y no podía negar que necesitaba un respiro – Esta bien, tu ganas, déjame guardar las cosas y mientras dile a Jyushi que me contacte si Oso aparece por favor.

Totty asintió de inmediato y salió apresurado, contento de haber logrado convencer de salir a su querido amigo.

Por fortuna contaban con la motocicleta de Karl, el DJ usaba su casco negro y el menor un casco rojo que el otro había comprado hace poco.

Llegando a su destino Karl observó a detalle la mansión en donde estaban ingresando, un joven de traje azul y corbata amarilla salió a recibirlos.

- Totty, me alegra que aceptaras m invitación – el anfitrión le saludo con una sonrisa antes de dirigir su vista al acompañante.

- Él es Karamatsu nii san, me acompaño en lugar de Jyushimatsu nii san – el menor presento al DJ con una dulce expresión.

Por su parte, Karl no tuvo intención de corregirle, su amigo aun no terminaba de acostumbrarse al nombre real y de igual modo no tenía intención de aclarárselo a quien recién conocía – Es un gusto, espero no ser inoportuno – saludó con una leve inclinación.

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