Parte 8

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- ¿Y bien? – Karl preguntó con impaciencia en cuanto Choromatsu entró a su habitación.

- No esperes mucho – respondió el menor revisando los papeles entre sus manos – te dije que es muy poco tiempo para lograr una investigación a profundidad – aclaró entregando los documentos al otro – tal parece que ese hombre es simplemente un empresario – comenzó a explicar mientras su hermano revisaba detenidamente la información – tiene numerosas inversiones y es un conocido benefactor de diversas causas, es alguien apreciado por la comunidad por sus constantes donaciones y obras de beneficencia.

- ¿Qué hay de su familia? – cuestionó sin despegar la vista de los papeles.

- Tiene un hijo, el tal Atsushi que has conocido, fuera de ello no hay nadie más.

El mayor le miró confundido - ¿Sólo ellos dos? ¿Estas completamente seguro?

- Te lo he dicho, con tan poco tiempo para averiguar esto es lo que hay, ¿Ahora podrías explicarme de que va esta repentina curiosidad por estos sujetos?

- Son conocidos de un amigo... - murmuro mientras dejaba los papeles sobre su cama y andaba en dirección a su armario.

- Nii san, si realmente quieres mi ayuda tendrás que ser sincero – se cruzó de brazos mostrándose ligeramente molesto.

- No quisiera involucrarte – respondió mientras se colocaba una gabardina negra.

- Es demasiado tarde, me involucraste desde el momento en que me pediste investigarlos.

El mayor suspiró – Tiene que ver con Osomatsu – respondió mientras miraba el reloj en su muñeca, las manecillas marcaban poco más de las once de la noche.

- Oh, ese chico, presiento que los problemas vienen de la mano con él, ¿Cómo esta relacionado con ese hombre?

- No lo sé, pero pretendo averiguarlo ahora – caminó hasta la cama, revisando una vez más los papeles.

- ¿Qué piensas hacer?

- Me veré con alguien a la medianoche.

- ¿Con quién?

- No sé su nombre.

- Tiene que ser una broma, te verás a medianoche con un desconocido, ¡Nada sospechoso! – finalizó en tono sarcástico y colocando una mano en su frente; la actitud de su hermano mayor le preocupaba en ocasiones.

- No tengo más opciones, Osomatsu necesita mi ayuda.

- Osomatsu, Osomatsu, Osomatsu, ese chico realmente afecto tu cerebro, ¿Por qué demonios estas interesado en él? – inquirió con fastidio.

- Porque... creo que me enamore – confesó con una ligera sonrisa.

El menor no dijo nada, su hermano era de aquellas personas que no dudaba en exteriorizar sus sentimientos, generalmente de forma dramática y hasta cierto punto dolorosa, pero debía admitir que nunca lo había visto enamorado – Bien, vámonos entonces – indicó al caminar a la salida.

- ¿Piensas acompañarme?

- Prefiero eso a ser interrogado por papá en torno a tu paradero, además, así podre vigilar que no hagas ninguna tontería – finalizó antes de salir.

Karl sonrió, agradecía tener a Choromatsu de su lado pese a todo. Del mueble cercano a la puerta tomo el MP3 y la nota con la dirección, guardando ambos en su bolsillo se dispuso a seguir al menor.


Un maserati negro se estaciono en una solitaria calle, apenas algunos faroles alumbraban los alrededores y el ruido más cercano provenía de un bar cruzando la calle.

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