Epílogo

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Cruzando las puertas de un cementerio, tres personas vestidas de negro entran en silencio. El Don mantiene un brazo en los hombros de Karamatsu mientras Choromatsu se mantiene a pocos pasos de ellos.

A la distancia Ichimatsu se encuentra observando tras el volante de un lujoso auto. Portando un impecable traje negro y corbata morada maldice por lo bajo.

- ¿No vas a acompañarlos? – cuestionó Atsushi desde el lugar del copiloto, con ropa más casual vestía una playera blanca de mangas largas, pantalón gris y chaleco del mismo tono.

- Acabo de recordar que era mi turno de traer las flores, debería conseguir un ramo primero - respondió mientras ponía en marcha el auto.

- Agradezco que me lleves, pero insisto que no era necesario.

- No importa ¿Cómo están los hermanos Ono? – cambio el tema para evitar los formalismos.

- Se encuentran bien, aunque me costó bastante convencer a Totty de que debía ir solo.

- Lo imagino, ese chico puede ser bastante terco, me sorprende que logres manejar su carácter.

- Es bastante adorable en el fondo – respondió con una sonrisa ladina.

- Muy en el fondo – recalcó el otro - ¿Y Jyushi?

- Se ha vuelto tan popular como DJ que ha tenido propuestas para iniciar una gira, pero por ahora eso no es parte de sus planes. Por cierto, fue bastante amable de parte de tu padre poner el club a nombre de Jyushimatsu.

- Realmente ya nadie de la familia estaba interesado en ese lugar, supongo que les traía recuerdos.

- No puedo creer que ya pasaron 6 meses – musitó tras un leve suspiro.

- Sí, realmente el tiempo ha pasado muy rápido, tantas cosas han cambiado.

- Extrañas a tu hermano, ¿Cierto? – se aventuró a cuestionar divertido.

- ¿Eh? ¿Qué tontería dices? Ahora tengo el lugar que merezco en la familia, lo mejor que pudo hacer mierdamatsu por mí fue morir – respondió con un tono molesto. Atsushi ya no se atrevió a decir más.

Ichi detuvo el auto cerca del aeropuerto – casi lo olvido – se estiró un poco hacia los asientos traseros y tomó una bolsa blanca con moño dorado – es para tu madre, Choromatsu dijo que no era propio presentarse sin un regalo después de tantos años – explicó al entregar el obsequio.

- Muchas gracias, no sé cómo pagarles por todo lo que han hecho.

- De momento es suficiente que dejaras todas las propiedades e inversiones a la familia Matsuno, si se me ocurre otra cosa te avisaré - su sonrisa colmilluda le recordaba al otro con qué tipo de persona estaba hablando – Aunque, lamento que tardaras tanto en reunirte con ella – aceptó ligeramente consternado.

- Esta bien, había muchas cosas que arreglar antes de mi partida, además, he esperado toda mi vida, este lapso no ha sido nada en comparación.

Ichimatsu solamente asintió ante lo dicho antes de verle bajar. Iniciando nuevamente la marcha se encamino a un largo viaje.

Un maserati negro se internó en un pequeño poblado, llamando la atención de algunos transeúntes que le siguieron con la mirada hasta verle estacionarse frente a un colorido local.

Ichimatsu bajó del auto y suspiro con cierto fastidio al notar el letrero tallado sobre la puerta: "Love flowers"

La pequeña campana resonó ante la entrada del cliente. Ichimatsu sonrió levemente al ver tantas flores diversas.

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