¿Por qué lo recordaría? [Rusia x Alemania]

[•9]

El alemán caminaba a las afueras del edificio, mirando al suelo. El no tiene buena condición física más aparte que sus lentes estaban sucios y no lo dejaba ver así que no pasó mucho tiempo para que  los demás países lo alcanzaran.

Que patético.– el alemán pensó.

Wey que pendejo se me olvidó que me vine en mi bochito.– después de hablar el mexicano corrió a su auto abrazándolo.– súbete a mi carroza.– se separó y con una mano presento a su carro.

Acto seguido el ruso no tardó en llegar y entrar en el auto en el asiento del copiloto para después México sentarse en el asiento del chófer.

Ya estás, espero que no vaya a llover por qué se ve bien culero el clima.– y al momento de encender el auto pequeñas gotas empezaron a caer.

Deberías ser adivino ¿sabías?– dijo el ruso con una pequeña risa mientras el auto ya se empezaba a moverse

Oye si.– dijo alargando la letra "i"– mira ya tengo la lona, puedo agarrar mi mesa y mi silla que aveces ocupo para los tacos, la pinto y ya quedó.– respondió el mexicano encantado.

Si, deberías...– el ruso miro a otro lado sin quitar su pequeña sonrisa, miro la manija para la ventana y la giro para bajarla y poder sentir el aire fresco, pequeñas gotas posaban en su cara.

¡Wey, cierra la ventana!– dijo  México

Pero... Esta fresco.– respondió el ruso

¡Si pero me estás mojando!– empujó levemente a Rusia.

Bien.– giró la manija para subir la venta a la mitad.– ya.

Este wey.– siguió manejando, el silencio abundó, hasta que oyó un sonido proveniendo del celular de su acompañante.– ¿A quién estás llamando?–

A Ucrania le voy avisar que me quedaré en tu casa.– de pronto vibró en la chaqueta de Rusia un móvil que después sacó del bolsillo.– oh

Chales.– sus risa se hicieron notar en el mexicano.

Vio de reojo a Rusia como guardaba su teléfono en su pantalón.– espera ¿Le vas a llamar desde el teléfono de Ucrania?– a lo que el ruso asintió.– ¿Y te sabes la contraseña?– aló que volvió asentir su acompañante.

Lo ví desbloqueandolo un día.– respondió el ruso.

¿Y por qué no lo llamas desde el tuyo?– dijo México.

No quiero gastar mis datos.– llamó al número de Bielorrusia a lo que rápidamente respondió.

Hola Rusia, ¿Ya llegaste a la casa? Nosotros estamos comprando pollo frito.– dijo Bielorrusia.

Rusia vuelve a la cama~ te amo~
Dame más~ ah~.– empezó hablar México hasta que Rusia le tapó la boca.

Eh... No de hecho de eso quería decirte que me voy a quedar en la casa de México.– risas se escuchaban por parte del mexicano.

Oh... Amm.... Sí.– se podía sentir la incomodidad de la Bielorrusa mientras ruido se escuchaba.– Kazajistán deja ahí ese no es nuestro.–Bielorrusa reaccionó y se iba a despedir de él.– bueno adiós Rusia.– antes que antes mencionado se despidiera Ucrania se acercaba al teléfono.–¿Es Rusia?– tomó el teléfono y hablo lo suficientemente alto.– Oye Rusia eres un ¡Estúpido!– Rusia le iba a contestar pero antes de hacerlo el contrario colgó la llamada.

Chale, oye neta aveces pienso que no es mame sus peleas.– el mexicano quedó sorprendido al terminar de escuchar la conversación.– detuvo el carro viendo el semáforo rojo.

Es... Complicado sabes.– guardo el celular y se volteó a ver la ventana sacando su mano derecha y dejando que las gotas caigan sobre su mano mientran el viento pasaba sobre su cara.

De pronto vio pasar al alemán sobre la banqueta, tenía una postura esbelta, delicada con seguridad pensó eso el ruso pero tan pronto se dió cuenta no pudo evitar sentirse raro.

Su brazo, el alemán se llegaba a tomar del brazo lastimado algunas veces, sus pasos eran lentos amaba y odiaba que caminara así el ruso.

"Podríamos llevarlo a su casa, me disculparia con el y las cosas ya no serían tan raras" pensó Rusia, estaba a punto de hablarle pero su cuerdas vocales no podían hacer nada. "Que buen momento para que tú garganta se hiciera mierda" volvió a pensar.

Empezó a tocar tratando que su voz sea normal pero la resaca lo evitaba.

Ay verga se te metió el chamuco.– tan pronto el semáforo cambio a verde el auto aceleró.

Rusia solo se podía lamentar en por qué no salir del auto e ir por el sería mejor, mientras veía a lo lejos como Alemania caminaba hasta perderlo de vista.