V

7.3K 761 125
                                    

"—Bunny, aunque quisiera estar ahí, sabes que es imposible" —le dijo en un tono pesado.

Aaron jadeó profundo, apretando el celular entre sus dedos, cerrando los ojos con fuerza.

—¿P-Por qué? —le preguntó soltando su erección, para guiar la mano hacia su trasero, y acariciar suavemente con sus dedos entre sus glúteos.

"—Cariño no me hagas esto, porque me harás cometer una locura. Entiende que... Qué eres menor aún y-"

Lo escuchó gemir, al momento en que se penetraba con uno de sus dedos.

—Eres malo, Daddy —gimió, cerrando los ojos—. No quieres complacerme.

🐇🐇🐇

Gruñó al eyacular, apretando sus dientes, sus dedos alrededor de gruesa erección, jadeando. Era imposible no masturbarse, al recibir aquellas fotos de su baby, de su Bunny.

El muchacho sabía muy bien como provocarlo, y le había contado que había comenzando a hacer ejercicio. Y aunque él lo seguía viendo delgado, si había notado que lo único que le había crecido era el trasero.

Cada semana, podía notar como los glúteos de ese adolescente provocador tomaban una forma más redonda, prominente y deliciosa.

Lo que deseaba apretar su culo entre sus dedos, morderlo, nalguearlo... Hundirse profundamente en él.

Principal motivo por el que hacía dos días no le hablaba. Necesitaba tomar cierta distancia de Aaron, no podía involucrarse más de lo que ya lo había hecho.

Abrió el grifo y se lavó las manos, antes de salir del baño e ir a acostarse. Había tenido un día largo en su despacho, trabajando en algunos casos.

Y siempre al final del día solía despejarse con Aaron, leyendo al muchacho, aconsejándolo. Simplemente pasando el rato con él.

Pero ahora ni eso, debía contenerse y no hablarle, no contestarle los mensajes.

Se acostó en la cama, y tomó un libro para continuar la lectura. Ahora, se quedaba leyendo hasta muy tarde, hasta lograr quedarse dormido.

Y cuando iba por la tercera página de aquella noche, su celular comenzó a vibrar. Cerró el libro y tomó el teléfono, observando que se trataba de Aaron.

No lo había llamado esos dos días, pero ahí estaba el jovencito, insistiendo para saber de él.

Respiró profundo y deslizó su dedo por la pantalla, para aceptar la llamada.

—Bunny.

"—¿Qué te pasa? ¿Ya no quieres saber más nada de mí? No me atiendes, no respondes los mensajes... ¿E-Estás molesto conmigo?"

Respiró profundo y negó con la cabeza, recostándose mejor en la cama, sobre los almohadones.

—Claro que no, cariño. Es sólo que he estado muy ocupado.

"—No me mientas, no soy estúpido. ¿Pretendes que creas que en dos días no tuviste un puto minuto para tomar tu maldito celular y mandarme un mensaje? No soy un niño, dime la verdad."

—Aaron-

"—¿Sabes qué? ¡Al diablo contigo! ¡Al diablo con todo este puto juego de mierda! Me harté de todo esto, de que-"

—Lo siento —lo interrumpió—. Lo siento, tienes razón, no quise responderte. Pero no por el motivo que puedas llegar a imaginarte... Es que en este tiempo, en verdad he comenzado a sentir algo por ti. Ya no se trata de curiosidad.

"—¿P-Por qué no podemos vernos? Y-Yo no voy a r-rechazarte, Daddy."

—¿Estás bien? ¿Estás llorando?

"—No —mintió, respirando profundo—. Creo que mejor me voy a dormir, ya es muy tarde y mañana tengo clases."

—Cuando cumplas los dieciocho años, te haré mío —pronunció bajo—... Tenemos que esperar hasta entonces, Bunny.

Lo escuchó producir una risa falsa, sabiendo que no le creía nada.

"—Faltan cinco meses para que cumpla dieciocho, y para entonces, estaré preparándome para el examen de admisión en la universidad. Ni siquiera sé si seguiremos hablando para entonces."

—Mañana te depositaré algo dinero ¿Sí? Cómprate lo quieras. Te prometo que no volveré a ausentarme.

"—¿Es qué no lo entiendes? No se trata sólo de dinero ¡Nunca fue por el dinero, imbécil!" —exclamó, antes de cortar la llamada.

Tener una relación con una mujer, o un adolescente, era igual de dramático.

🐇🐇🐇

Le dio una probada a su malteada, y observó curioso a su amigo, quién lo había invitado allí.

—Entonces ¿De qué querías hablar?

—Tengo un Sugar daddy —soltó sin cuidado.

Santino al escuchar aquello, rompió a reír divertido, en una carcajada. Pero Aaron no se estaba riendo, lucía serio.

—¿Hablas en serio? ¿Cómo vas a tener un "Sugar daddy"? ¡Eso es para mujeres! —rio.

—Tal vez sea gay —pronunció en un tono bajo.

El joven rubio dejó de reír luego de eso, abriendo sus ojos sorprendido, incrédulo.

—¿Cómo que gay? Pero si saliste con Silvana durante un año casi.

—Sí, pero —murmuró, desviando la mirada—. Tal vez ahora me gusten los hombres.

—¿Hablaste con tus padres ya? ¿Cómo lo tomaron?

—No, tú eres el primero en saberlo. No sé cómo decírselos. Ellos dicen que no son homofóbicos, pero sé que tienen ciertos prejuicios aún.

—De acuerdo, vamos por parte. ¿Cómo te diste cuenta que eras gay?

—Me gusta un hombre... Mi Sugar Daddy —susurró.

—¿Lo del Sugar daddy es cierto? —preguntó aturdido—. ¿Estás loco? ¿Cómo vas a meterte en una cosa así? ¿Ya conociste al tipo? ¿Es muy viejo? Demonios Aaron, que puto asco.

—No es lo que crees. Él no es un viejo, tiene treinta y seis años, y un muy buen cuerpo. Jamás me obligó a hacer nada, y tampoco nos conocemos en persona. Llevamos esta relación hace más de un mes.

—De acuerdo, te diré esto como amigo. Aléjate de ese tipo, no es una buena idea que continúes con esto ¿Qué pasará si te enamoras? Te lleva casi veinte años, Aaron. Sólo piénsalo, cuando tú tengas veinticinco, él tendrá casi cincuenta cinco ¿Y te imaginas teniendo sexo con un viejo de cincuenta y cinco años? ¡Es un asco!

—Ni siquiera nos conoces en persona, Santi. No te preocupes, esto sólo es un juego —reconoció, muy a su pesar.

—Juego o no, descubriste que por él te gustan los hombres. Así que, si yo fuera tú, tomaría más en serio el asunto, y me alejaría completamente de él.

Aaron miró hacia abajo, y luego sacó un collar que llevaba guardado en el bolsillo de su chaqueta.

—Este es uno de sus regalos.

Santino leyó lo que decía el dije del collar, y luego miró con el ceño fruncido a Aaron.

—¿Ahora es tu dueño o algo así?

...

Sugar baby boy (Bunny)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora