VII

6.5K 707 69
                                    

—¿Depilarte? —preguntó su prima, una bonita castaña de cabello corto, de ojos café delineados de negro, y gruesos labios pintados de rosa.

—Sí, necesito... Depilarme, pues... Allí.

La muchachita arqueó una ceja, con una sonrisa divertida plasmada en su rostro.

—Lo entiendo, a las chicas no nos gusta mucho cuando-

—¿Puedes o no? —la interrumpió con el rostro completamente rojo, avergonzado.

Su prima era solo tres años mayor a él, y a era a quien le tenía más confianza para confesarle aquello.

—Creo que no será cómodo para ninguno de los dos —le dijo en una risita—. Pero tengo una compañera, que hace un muy trabajo también. Y descuida, es muy discreta —pronunció guiñándole un ojo—. Tus bolitas quedarán suavecitas como piel de bebé.

—¡Ariana! —exclamó apenado.

¿Con qué necesidad debía aclarar aquello? Además, aquella zona no era la única que quería depilar de su cuerpo.

🐇🐇🐇


—¿Cómo se ha portado?

—Ha sido un ángel —sonrió Masón, revolviendo el cabello de su sobrino.

—¿Ángel, Santino? Eso sí que no creo —sonrió su cuñada.

Los padres de Santino habían estado de viaje por motivos laborales, es por eso que Mason se había quedado cuidando al muchachito por casi un mes.

Pero ahora que su hermano y cuñada habían regresado, él ya podía volver a su hogar.

—El viejo barbón nos traerá pronto una nueva novia —acotó travieso el adolescente—. Anda muy acaramelado con su celular.

El economista observó curioso a su hermano, que lucía sorprendido, incómodo.

—Son sólo ideas de Santi, no tengo a nadie.

—Oh vamos, si hasta conejita le dices —rio—. O Bunny, es lo mismo.

Mason se aclaró la garganta y negó con la cabeza.

—Bueno, debo atender un asunto, nos vemos luego.

Su hermano sonrió y le dio una palmada en el hombro, agradeciéndole por cuidar a su hijo, que sabía que no era nada fácil.

—Ey, ya no molestes a tu tío, sabes que es muy reservado en estos temas —lo regañó su progenitora, luego de que su cuñado se fuera junto a su marido—. Sabes que luego de su divorcio, se le hizo muy difícil volver a salir con alguien.

—Ash, que sensibles, sólo estaba bromeando —pronunció con fastidio—. No llevan ni cinco minutos aquí, y ya me están regañando.

🐇🐇🐇

—Daddy, sólo falta un día, y aún no me has dicho en donde nos veremos, y a qué hora —le recriminó Aaron, hablando por celular con Samuel.

"—Bunny, hablando de eso..."

—No me vengas con estupideces, Samuel —le advirtió, molesto—. Dijimos que íbamos a vernos mañana.

"—No me presiones ¿De acuerdo? Se bien que es lo mejor para ambos. Y no creo que vernos mañana lo sea. Es muy pronto, y no nos conocemos lo suficiente. Tal vez-"

—Tal vez te puedas ir a la mierda —lo interrumpió, decepcionado—. No voy a seguir con esto.

"—Aaron."

—No, me cansé de esperar —pronunció antes de cortar.

Arrojó su celular por alguna parte de su habitación, sin importarle si se hacía añicos. Lo habían acordado, habían quedado en verse al día siguiente.

Y era evidente que para Samuel, él no era importante, ni su relación.

Sus ojos ardieron, y más rabia sintió, porque no quería llorar por algo como aquello. Santino tenía razón, tendría que haberle dejado de contestar hacía semanas atrás.

Buscó su antiguo celular y marcó el número del rubio, sintiendo un nudo en la garganta.

—S-Santi.

"—¿Aaron? —pronunció adormilado—. ¿Qué hora es? ¿Qué ocurre?"

—Son las dos y once —le dijo respirando profundo—. ¿Te desperté?

"—¿Tú qué crees? ¿Qué más podría estar haciendo a las dos de la madrugada?"

—Tenías razón, soy un estúpido. Le volví a hablar, y él no tiene interés en mi —le contó cediendo a las lágrimas, sollozando—. ¿Por qué soy tan idiota? ¿Por qué un hombre de su edad querría algo con un chico? ¿Por qué -?

"—De acuerdo, cálmate —lo interrumpió, pasándose una mano por el rostro, intentando abrir los ojos—. Mándame fotos, audios, todo, y quizás algo podamos hacer."

—¿H-Hacer? ¿Qué quieres hacer?

"—Denunciarlo, Aaron, es un adulto que no sólo acosó a un menor de edad, sino también que lo chantajeó. Es hora de darle una lección a éste enfermo. Mi mamá es abogada, sabrá cómo ayudarnos."

🐇🐇🐇

No tenía ganas de salir a ningún lado, pero Santino le había insistido de que fuera a la fiesta, de que le serviría para despejarse la mente.

Y hasta podría hablar con alguna de las chicas que asistirían. Aunque dudaba un poco que Aaron ahora les gustara las mujeres. Dudaba que fuera bisexual.

—Mason —sonrió la mamá de Santino al ver a su cuñado llegar a su casa—. No sabía que vendrías.

—Sí, tengo un caso que quizás sea más para ti —le dijo entregándole una carpeta—. Estoy intentando no tomar muchos ésta temporada, necesito unas vacaciones.

—Te entiendo, es bueno tomarse un descanso —sonrió abriendo la carpeta, para leer de que se trataba.

—¿Santi está de fiesta otra vez?

—Se —suspiró—. Ya le dijimos con Ángel que el límite es hasta las tres, mañana debemos levantarnos temprano, tenemos una reunión.

El abogado sonrió suavemente.

—¿Te molesta si paso a saludarlo?

—Para nada, ve. Eso sí, está lleno de adolescente —sonrió divertida.

Salió al jardín trasero de la casa, y observó a todos los amigos de su sobrino, bailando, riendo, tomando, hablando... Y buscó con la vista a aquel jovencito que le robaba el sueño y la mente.

Y lo encontró en una mesa, hablando animadamente con su sobrino,y dos chicos más de su edad. Él al menos se lo veía bien, feliz, contento.

Y aquella imagen le sirvió para darse cuenta que lo que estaba sintiendo, y quería concretar, no estaba bien. Eran de dos mundos diferentes, tiempos diferentes.

Lo más sano para los dos era dejar eso atrás, quedarse con el recuerdo no más.

Lo observó por última vez, y volvió a la sala para hablar con su cuñada, ultimar detalles del caso, y luego despedirse e irse.

...

Sugar baby boy (Bunny)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora