XVII

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Respiró profundo, y observó a esa niñita que lo miraba curiosa. Era la primera vez que aceptaba quedarse con la niña, conocerla. La bebé tenía un año y cuatro meses, y para ella también era la primera vez que se quedaría a solas con su padre.

Sólo serían un par de horas, hasta que la bebé se acostumbrara a estar con él. Mason ya llevaba un mes con visitas semanales a la casa de la madre de su hija.

Y luego de un mes más, finalmente podía llevársela.

—Bueno cariño, intentaremos llevarnos bien hasta que regreses con mamá ¿De acuerdo? No sé mucho de bebés, pero daré mi mejor esfuerzo.

La niña lo miró a los ojos, y se llevó un puñito a la boca. Su segundo diente había comenzado a salir, y es por eso que la bebé solía llevarse a la boca todo lo que encontrara.

Mason la miró, y sonrió. Era una niña muy bonita, cabello castaño claro, largas pestañas oscuras, y ojos café. La bebé solía tener un temperamento muy tranquilo, y esperaba a que asi siguiera por el resto del día, hasta que tuviera que llevársela a su madre de vuelta.

🐇🐇🐇

—Ey ¿Puedes prestarme un poco de atención? Siempre que nos juntamos te la pasas con esa mierda —le dijo molesto Johan.

—Estoy ocupado ¿De acuerdo? Así como tú trabajas, yo también lo hago.

El muchacho negó con la cabeza, dejando el dinero de lo que habían pedido sobre la mesa, y miró a Aaron, quién ni se inmutó por su reacción.

—Cuando tengas ganas de verme, y tiempo para hacerlo, me llamas —le dijo alejándose de él.

El joven castaño lo ignoró y siguió chateando por su celular. Ya sabía que Johan solía ser así de dramático, pero luego se le pasaba con un par de besos o sexo.

Además, estaba ocupado. Estaba terminando de ultimar día y hora con uno de sus mejores acompañantes. El viejo ese solía pagar muy bien.

Pero claro, él también debía brindar un buen servicio...

🐇🐇🐇

—Es una ternura —sonrió Santino, cargando a la bebé, acariciando suavemente su espalda, mientras la niña dormía.

—Es muy bonita. Y aunque me costó darle de comer, porque no quería, lo logré —sonrió orgulloso.

—Te la tenías bien guardada, barbón eh —pronunció divertido su sobrino.

—Créeme que para mí también fue una sorpresa enterarme de ella. Y más aún, aceptarla. No estaba preparado para ser padre.

—¿Pero qué complicación puede ser cuidar a un bebé? Exageras, tío.

—No va sólo por lo complicado, sino también por el hecho de que es una responsabilidad. Los bebés necesitan mucho tiempo y atención, y yo con mi trabajo no puedo dárselo.

—Hasta hoy.

—Sí, a partir de hoy se quedará todos los viernes en mi casa, desde el mediodía hasta las nueve de la noche.

—¿Por qué sólo nueve horas?

—Porque la niña es muy pequeña aún, cuando ella sea un poco más grande, y se acostumbre a mí, se quedará más tiempo.

—Entonces me tendrás aquí todos los viernes ¡Al fin tengo una primita!

🐇🐇🐇

Se observó en el espejo, jadeando bajo al tocarse la mejilla derecha. Esa bestia le había dado un cachetazo muy fuerte, cuando Aaron se había negado a estar con él, por un monto menor.

Y reaccionando de forma violenta, luego del cachetazo, lo había tumbado en la cama, teniendo sexo de todos modos.

La única preocupación del muchacho en ese momento, era como tapar ese moretón. Sus padres no lo dejarían pasar por alto. Respiró profundo y se sentó en la cama, produciendo una mueca de dolor.

Su zona íntima también estaba muy adolorida, y aunque se sentara con cuidado, dolía igual. Eran cerca de las diez de la noche, y él aún no había vuelto a su casa.

Tal vez... Podía decir que había tenido una discusión con Johan.

🐇🐇🐇


—Oye tío, tengo una profesora que está soltera. No es fea, y es agradable.

Mason sonrió divertido, mientras sacaba una pizza del horno. Santino se había quedado a dormir en su casa, luego de que ambos llevaran a la bebé con su madre.

—No estoy buscando novia, Santi, pero gracias, lo tendré presente.

—¿Y cuándo buscarás una nueva mujer?

—No lo sé, no está en mis planes ahora tener nada con nadie.

—¿Y cuándo, tío? Ya no estás tan joven —rio tomando una porción de pizza—. Terminarás siendo un viejo verde y solo.

—Tal vez ese sea mi destino —sonrió.

—¡Claro que no! Nadie merece estar solo. Es más, a partir de mañana, saldremos juntos a buscar novias.

Río bajo al escuchar aquello, sirviéndole soda al muchacho.

—¿Ahora quieres qué me busque un jovencito de tu edad? Después sales con que soy un viejo verde.

El rubio rodó los ojos, mientras mordía la pizza.

—Creo que ya me acostumbré a esto, por... Aaron. Supongo que si él está de acuerdo, y tú también, entonces no tiene nada de malo.

—Sí, pero eso no es lo único que influye en una relación. Cuándo la diferencia de edad y madurez es mucha, simplemente no funciona. Por más que ambos quieran, o sólo uno, no funciona.

—¿Ya te ha pasado?

—Algún día te hablaré de eso. Hoy no creo que sea buen momento.

—¿Por qué no? ¿Era muy joven?... ¿Ilegal?

—Mm algo así.

El muchacho le dio un sorbo a su bebida, mirando pensativo a su tío... No, no era posible.

—¿Y cómo empezaste las clases? Sabes que tanto tu mamá como yo podemos ayudarte —sonrió Mason—. ¿Te adaptaste bien?

—Sí, ya tengo un grupo con los cuales hacemos los trabajos, o nos juntamos a estudiar.

—Eso es genial, se hace más amena la vida estudiantil así. Yo así conocí a tu madre —sonrió.

—Sólo que mamá es cinco años más grande que tú.

—Y tu papá se hacía el hermano mayor del año, viniéndome a buscar —recordó sonriendo—. Ni que estuviera en el primario.

—Sí, una estrategia muy mala, pero le sirvió. Aquí está la prueba perfecta —le dijo con diversión, señalándose asi mismo, haciendo reír a su tío.

...

Sugar baby boy (Bunny)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora