XII

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—Sí, ma, estoy bien —bostezó, pasándose una mano por el rostro—. Regresaré a casa cerca del mediodía, no te preocupes.

Sonrió con los ojos cerrados, al sentir los suaves besos de Mason por su mejilla, y luego su cuello.

—Te llamo luego, te quiero —le dijo antes de cortar y tomar del rostro a Mason para besarlo—. Buenos días, Daddy.

Él sonrió divertido al escuchar aquello, y le dio un último beso en los labios, antes de ponerse de pie y tomar la bandeja que había dejado sobre la mesa de noche.

—Debes desayunar.

—Quiero darme un baño primero —le dijo estirándose en la cama—. Luego podemos desayunar juntos.

—De acuerdo, en una de las gavetas del baño hay toallas.

—Estás bien —sonrió, inclinándose hacia él para besarlo, saliendo luego de la cama.

Mason observó la puerta del baño, donde el joven castaño había entrado, y cuando escuchó el ruido de la ducha, tomó su celular, marcando un número.

"—Hasta que me devuelves el llamado ¡Hace una semana tendrías que haberlo hecho!"

—Estuve ocupado —pronunció bajo, saliendo de la habitación—. Te dije que te llamaría cuando pudiera.

"—¿Cuándo pudieras? ¡Eres un cínico! No se trata cuando tú "puedas" o quieras, es tu maldito deber, Mason."

—Ya te hice el depósito ¿De acuerdo? —le dijo en un tono molesto—. ¿Qué más quieres?

"—Que vengas a verla."

—No, eso no —pronunció serio—. Sólo confundiría las cosas, es mejor dejar todo así, tal cual está. Tú querías que te pasara la manutención, y lo estoy haciendo, no me pidas más.

"—Hoy cumple un año..."

—No puedo ir, lo siento.

"—No tienes idea de lo que te pierdes, Mason. Y juro que te arrepentirás toda la vida, por el desprecio que le haces a tu única hija."

—Ya hablaremos de eso luego —le dijo antes de cortar.

Y no era fácil para Mason aceptar que tenía una hija, con una mujer a cual sólo había visto una vez. La pequeña había nacido de un encuentro casual, en el cual no se había cuidado.

En ese momento no había pensando en la posibilidad de que ocurriera. Ni siquiera se encontraba en todos sus sentidos. Y sólo hacía tres meses se había enterado de su existencia.

Se había encontrado con la madre de su hija de casualidad, y cuando ella lo reconoció, le había dicho que la pequeña era suya. Ante la duda, porque Mason ni siquiera la recordaba con claridad, se sometió a una prueba de paternidad, que había dado positiva.

Desde entonces, el abogado se había hecho cargo de la mantención económica de la niña, pero aún no se sentía preparado para ser parte de su vida como padre.

Y que lo quisieran obligar a ejercer su paternidad, no iba a hacer que la quisiera. Ni siquiera la conocía, sólo la había visto dos veces.

🐇🐇🐇

Le dio varios besos cortos en los labios, sonriendo.

—Te veo luego.

—Sí, mañana seguramente —le dijo con una suave sonrisa Mason, acariciándole el rostro.

—Mañana tengo clases, tal vez podamos vernos un ratito cuando salga, porque mi mamá no estará muy de acuerdo que salga de casa, luego de que pasé toda la noche afuera.

Sugar baby boy (Bunny)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora