Sugar baby boy (Bunny)

XI (+18)

⛔⚠️🔞 ¡Especial +18! Contenido adulto, insinuaciones (y más) sexuales.

Si no les gusta este tipo de lectura, no continúen 💕❤️

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Domingo 10 de noviembre, 03:36 hs.

Luego de la fiesta que habían hecho por su cumpleaños número dieciocho, Aaron había salido con sus amigos a un club, dónde habían seguido tomando algunos tragos.

Y después de perderlos de vista, había salido por la puerta trasera, dónde lo estaba esperando Mason en su auto, para saludarlo también.

Subió al auto, y antes de que lo pusiera en marcha, Mason lo tomó del rostro para besarlo, susurrando un feliz cumpleaños contra sus labios.

Aaron lo miró a los ojos, sonriendo.

—Estoy... Ansioso —le dijo en un risita nerviosa.

—¿Quieres que vayamos primero a comer o algo así?

—No, vamos a tu casa.

Sonrió divertido y puso el auto en marcha.

—En el asiento de atrás tengo tus regalos.

Lo miró entusiasmado, y luego se giró sobre su asiento, para ver que en los asientos traseros había un enorme conejo blanco, con un moño rojo en el cuello.

Habían varios paquetes más a su alrededor, de brillantes papeles, y algunas bolsas. Pero lo que más llamó su atención, fue un mini pastel de crema, decorado con gomitas rojas en su exterior.

Se inclinó hacia atrás para tomarlo, y sonrió al ver que arriba decía "Felices dieciocho años, Bunny"

Miró a Mason, y le dio un suave beso en la mejilla.

—Gracias.

—Me hubiera gustado estar en tu fiesta, y ya que no pude, yo también quería comer pastel —sonrió—. Si no lo quieres ahora, podemos comerlo en la mañana.

Lo pensó por un momento, y asintió con la cabeza.

—Sí, creo que mañana está mejor. Y... Perdón.

—¿Por qué? —inquirió confundido, girando en una esquina.

—Por no invitarte, pero es que como dijiste que no querías que nadie se enterara aún, pensé que no querrías venir.

—Hiciste bien, Bunny —sonrió—. No sé cómo lo hubiera tomado Santi, y no quería que nos opacara la noche. Además, nosotros hoy tenemos una celebración especial, solos.

Se mordió el labio, sonriendo. Sí, había deseado tanto que llegara aquel día. Qué incluso ya tenía puesto, bajo su ropa, la lencería especial para aquella ocasión.

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Luego de casi treinta minutos manejado, finalmente habían llegado al departamento de Mason. Y Aaron se había metido rápidamente al baño, para quitarse la ropa, y terminar de colocarse sus accesorios.

Había comprado lencería muy bonita, con encaje. Había optado por un color blanco, que le quedaba perfecto con su tono de piel. Y en su cuello, llevaba un collar con un cascabel.

Y vaya que lo harían sonar aquella noche.

Tenía unas medias largas blancas, que llegaban por encima de las rodillas, cubriendo gran parte de sus muslos. Sus bordes altos tenían dos moños blancos a cada lado.