XIII

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Sí, tenía permitido entrar cuando quisiera al despacho de Mason, ya que la mayoría de los empleados sabían de su relación. Y aquella mañana no sería la excepción.

Llevaban una semana sin verse, ya que el abogado le había dicho que se encontraba muy ocupado con su trabajo, y Aaron con sus clases, no encontraba tiempo tampoco para poder ir a verlo.

Pero aquella mañana había sido antes, y ya que tenía tiempo, y sabía que Mason estaba en su despacho, había decidido ir a visitarlo.

Subió al piso de él, y sin tocar la puerta, entró a su oficina, sonriendo al ver la sorpresa de su daddy.

—Bunny ¿Qué haces aquí? ¿Faltaste a clases?

Negó con la cabeza, sonriendo mientras le colocaba la traba a la puerta.

—Salí antes y quería venir a verte, porque si tengo que esperar a que tú te desocupes, tendré treinta —sonrió.

Se acercó a Mason y le corrió la silla, sentándose sobre sus muslos antes de besarlo, saborear sus labios, su lengua. No entendía como podía gustarle tanto aquel hombre.

Mason guió una de sus manos hacia el trasero de Aaron, y lo apretó, sin dejar de besarlo, acariciarlo. Sí, ese muchacho era una buena distracción para tanto estrés.

Se separó suavemente de Mason, y lo miró a los ojos, mordiéndose un poco un labio inferior.

—Daddy —le dijo pasando sus manos por el pecho de él, suavemente, de arriba a abajo—. ¿Recuerdas por qué te pedí que me llamaras Bunny?

Sonrió divertido, apretándole el trasero con ambas manos, haciéndolo jadear.

—Porque te gusta saltar.

Aaron rozó sus labios con los de él, comenzando a desabrocharle los botones de la camisa.

—¿Quieres comprobarlo?

—Cariño no es un buen momento, estamos en mi oficina.

—¿Nunca tuviste esa fantasía? —susurró travieso, pasando sus dedos por el pecho de él, acariciando su piel.

—Sí, pero.

El joven castaño lo besó, lamiendo su labio para que lo aceptara. No iba a darse por vencido, sólo lo habían hecho una vez, hacía una semana atrás, y él quería volver a repetirlo.

🐇🐇🐇

—Ma, quiero que me ayudes.

—¿Con qué cariño? —le inquirió curiosa.

—Ya lo tengo decidido, quiero ser abogado como tú.

—¡Eso es fantástico, mi amor! —exclamó orgullosa su progenitora—. Seguirás con una gran tradición familiar, como tu abuelo, bisabuelo, y el-

—Sí, mamá, como toda tu familia —sonrió Santino.

Y es así como se habían conocido sus padres, gracias al trabajo de ella. Su mamá era estudiante de último año cuando había conocido a Mason, y a través de Mason, sus padres se habían conocido.

Y de dicha unión, sólo había nacido Santino, sus padres no habían querido tener más hijos. Hasta dudaba haber sido planeado.

—Y me gustaría saber hijo ¿Por qué te decidiste por ésta carrera? —sonrió emocionada.

—Para encerrar a viejos abusadores —pronunció con simpleza.

🐇🐇🐇

Sugar baby boy (Bunny)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora