Quinto algo: 17 años.

3.3K 442 177
                                    

—Entonces repasemos esto amigo, y quiero que de verdad seas sincero... ¿estás seguro de lo que vamos a hacer?

Emilio apretaba sus manos con fuerzas, mientras que observaba a Joaquín que caminaba por la habitación con nervios, escuchando como en la habitación de al lado sus hermanos discutían porque José no quería prestarle alguna de sus camisas a Renata.

—Sí, estoy seguro, debo decirles ahora. Renata pronto se irá por seis meses de intercambio a Estados Unidos y José se irá al otro extremo de México por asuntos de trabajo. Quiero decírselos cuando estemos todos juntos y tendría que esperar meses para que eso pase, ahora estoy listo.

—Pero Joaco, acabas de terminar con Sebastián como para ahora salir del clóset. Tus emociones explotarán en cualquier momento... —comentó Emilio, para luego arrugar su ceño— Tu problema es que también estás obsesionado con la sirenita... un Ariel y ahora un Sebastián, ¿Quién sigue? ¿Un Eric o un Flounder?

Joaquín dejó de caminar por su habitación y observó a Emilio con una mueca en su rostro por la estupidez que le escuchó.

—¿Hablas en serio?

—¿Me ves cara de comediante? —contestó Emilio arrugando su ceño, y lo mantuvo así mientras que Joaquín comenzó a reírse a carcajadas en su lugar, notando la importancia del asunto para Emilio, porque en serio creía que tenía una obsesión con la sirenita.

—Ay Emilio. Por cosas así eres mi mejor amigo aún...

—No, soy tu mejor amigo aún porque sigues siendo un terco de primera que necesita toda la atención posible, además que soy una de las únicas personas de tu círculo de amistades con la que te amistaste sin ningún personaje infantil de por medio...

—¿De qué estás hablando? —preguntó curioso Joaquín, cruzándose de brazos.

—Ya tuviste a tu Ariel y tu Sebastián como parejas. De amigos tienes a Bella como la princesa, Tiana como esa princesa sapo, los hermanos Hans y Elsa como los de Frozen, Anastasia como la hermanastra de Cenicienta y así —se encogió de hombros Emilio luego de su explicación, observando como la expresión del rostro de Joaquín cambiaba.

—Oye, tienes razón... aunque, para que no se te olvide, Anastasia además de mi amiga es tu novia —recordó el rubio caminando hasta Emilio para inclinarse ante él— O sea que por obvias razones también cargas sobre tus hombros la carga de relacionarte con personajes Disney —y con su dedo índice, tocó el pecho de su amigo, para luego separarse con una sonrisa.

—Ew, no. Tu Anastasia amiga es hermanastra de Cenicienta. Mi Anastasia novia es sumisa de Grey, así que no confundas las cosas —se defendió el chico mayor, haciendo que Joaquín rodara los ojos ante el detalle de la vida sexual de su amigo.

—Eres un animal —concluyó Joaquín volteándose sobre sus talones para volver a caminar por la habitación en busca de concentración para la gran revelación.

Finalmente le diría a su familia que le gustaban los chicos.

—Oye, relájate —captó Emilio una vez más al estado nervioso de Joaquín, quien miraba el suelo mientras se paseaba por su habitación— Todo saldrá bien. Tus hermanos te aman, te protegen y son los primeros en hacer una comitiva de seguridad cada vez que abandonan el hospital luego de que te sucede algo. Tus padres para que decirte. Siempre te apoyan, te protegen, te cuidan y te aman por demasiados motivos. Cumples en la escuela, no te metes en problemas y siempre les ayudas aunque estés expuesto a peligros. Podría decirte que has sacrificado tu salud por la de tus padres y, por eso y mucho más, ellos te aman y dudo que lo dejen de hacer porque conocen tu verdadera orientación sexual. Debes tranquilizarte y confiar. Es tu familia.

Joaquín miraba a Emilio con mucha atención, captando cada una de sus palabras, notando toda la razón que tenía, la confianza que existía y cuánto lo conocía. Emilio realmente apoyaba a Joaquín en todo, era su mejor amigo y siempre estaría con él. Una prueba de la lealtad de Emilio y le cariño que le tenía a Joaquín, era justamente ese momento, donde lo acompañaría a decirle a toda su familia que era gay.

—Muchas gracias... —murmuró el menor con sinceridad, dedicándole una gran sonrisa a Emilio quien asintió, comenzando a caminar hasta la puerta.

—Para eso estoy Joaco. Eres mi mejor amigo y siempre estaré aquí para ti.

Estuvieron en un silencio cómodo e intenso contacto visual, por un minuto, hasta que se animó para abrir la puerta y dirigirse a las escaleras,  seguido por Joaquín, por supuesto.

—¡Renata! ¡José! ¡Necesito que bajen! ¡Reunión familiar! —gritó Joaquín mientras descendía las escaleras siguiendo a Emilio, mirando hacia atrás por un segundo cuando escuchó como la puerta se abría, un segundo que fue vital.

En aquel segundo de distracción, Joaquín pisó una de sus agujetas y cuando volvió su vista al frente, fue muy tarde, pues se resbaló y cayó, teniendo un efecto dominó sobre Emilio, a quien empujó sin querer para que ambos cayeran de las escaleras.

Emilio llegó de espaldas al suelo, con sus pies enredados y adolorido en sus rodillas por la caída, pero lo que más le dolió fue cuando Joaquín cayó en su entrepierna, enterrando el codo justamente en su parte sensible, mientras que este ya sentía el dolor en su cadera, pues cuando cayó, su cadera había quedado atrapada en una de las maderas de la escalera, esas de protección para no caer hacia un lado. Cuando el lado derecho de su cadera había sido prisionera, su cuerpo y la gravedad, hicieron que siguiera su camino hacia adelante y esa cadera no era lo suficientemente fuerte.

—¡AAAAAH! —gritaron ambos amigos por sus dolores. Emilio por su pene aplastado y Joaquín por su cadera fracturada, ya la sentía así.

—¡Emilio! ¡Joaquín! —chilló la madre del castaño cuando vio el desastre de piernas y lágrimas que estaban en los ojos de los chicos. Los hermanos de Joaquín ya bajaba las escaleras con su teléfono en la mano.

Una nueva desgracia.

—¡SI ES TU PENE APLASTADO COMO LO ESTÁ EL MÍO JURO QUE NO TE LO BESO MALDITO MONSTRUO PENDEJO QUE QUIERE DEJARME INFÉRTIL!










------

editado.

quise poner al hermanastro de Joaco porque no supe cómo repartir los diálogos cuando en la historia original hablaban ambos hermanos del protagonista, sólo eso alv. cabe aclarar que aquí son hermanos, no hermanastros.

KISSES 「emiliaco」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora