Dicen que del odio al amor existe sólo un paso, y Joaquín Bondoni tenía esa frase completamente clara y afirmaba que de eso se trataba la vida, pero lastimosamente esa no había sido su suerte, no le había tocado vivir tal destino, sino que al revés.
Del amor al odio existe sólo un paso.
En su corazón sólo existía fastidio, odio y frustración, cuando antes sólo existía amor, admiración, protección y paciencia. Su vida se había transformado en una bola de preocupaciones que lo enfermaba, que no le hacían sentir bien y todo su malestar tenía un culpable.
Emilio Osorio.
Para él, ahora el sinónimo de felicidad era lo lejos que estaban el uno del otro, pues Emilio comenzó a absorberlo, a atarlo a él y no era sano, para nada, todo bajo la excusa que 'lo cuidaba'. Aquella práctica se remontaba a sólo 5 meses atrás y era sinónimo a cautiverio y no libertad. Emilio lo controlaba, le decía qué cosas debía hacer y cuáles no, además de criticarlo por sus malas decisiones cuando Joaquín no las consideraba así.
Pero ahora él estaba ansioso, enojado y frustrado, propias emociones cuando Emilio estaba cerca, además de estar en el hospital una vez más.
—Volvimos el brazo a su lugar —escuchó a las afueras de la habitación al doctor. Estaba en la camilla lleno de analgésicos por el dolor de su dislocación de hombro. Pero a pesar del cansancio, dolor y frustración, estaba con su ceño fruncido esperando a que Emilio se adentrara a la habitación.
—Muchas gracias doctor —y ahora venía la tempestad que Joaquín tanto detestaba.
Emilio entró a la habitación con sus brazos cruzados fulminándolo con la mirada, mientras que tras sus piernas se escondía con timidez la niña de 6 años, mirando con terror y preocupación al castaño.
Hacía un año, los deseos de Joaquín se vieron finalmente comprendidos por Emilio y ambos comenzaron con un duro camino para ser padres. Comenzaron a regularizar un par de cosas legales y adaptar su hogar para una adopción. Lo lograron y fueron hasta una asistente social que los ayudó aún más en el proceso. Buscaron en diferentes casas sociales de acogida a menores y no tuvieron una conexión adecuada con ninguno, hasta que en una de estas residencias, notaron a una niña apartada de los niños escalando un árbol con una venda en cada una de sus manos, sus rodillas todas magulladas y diversos hematomas en su cuerpo. Se preocuparon, pero las encargadas del lugar aseguraron que no existía violencia, y en medio de tal explicación, la niña llegó hasta una rama del árbol y se lanzó, cayendo de rodillas, pero gritando con todo el aire de sus pulmones
—¡Hasta el infinito y más allá!
Ellos corrieron a su rescate que estaba manchado de lágrimas y lodo. Emlio se puso de cuclillas y la subió a su regazo, mientras que Joaquín limpiaba sus lágrimas y le comentaba que aquel lanzamiento estaba perfecto pero que le faltaba práctica. Luego Emilio tomó las manos de la niña y le dio besitos a sus heridas, mientras que Joaquín observaba todo con ternura.
Ahí quedaron completamente enamorados de la niña. Comenzaron a visitarla para crear un vínculo y conocerse. Cuando les dieron la custodia hace seis meses, su vida se llenó de felicidad.
Joaquín y Emilio tenían una gran familia en compañía de el Señor Cara de Papa y Winnie Osorio Bondoni.
Por supuesto que fue mera coincidencia el nombre de la pequeña.
—Te dije, no la dejes escalar y tú insistes en darle la oportunidad del peligro —comenzó a reprender Emilio y Joaquín rodó los ojos, mientras que Winnie se escondía aún más entre las piernas de su padre de cabello negro —¡NO ESTÁ BIEN QUE RECREEN LA ESCENA DE SCAR Y MUFASA! ¡YA LO HABÍAMOS HABLADO!
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KISSES 「emiliaco」
FanficJoaquín es un chico que es propenso a enfermedades y lesiones. Tiene a Emilio, su mejor amigo quien es demasiado sobreprotector. ¿Cuál es el problema? Su madre desde pequeño, le daba besos donde estaba su dolencia y Joaquín, se sentía un poco mejor...