El verano pasado fue el más emocionante y la vez el mas duro de mi vida. Pero nada comparado con lo que sería este invierno...
Ahora me doy cuenta de que igual, yo no era tan fuerte como creía.
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Aaron❤️
- ¡Abby! -grité en cuanto la vi.
Dios, estaba muy asustada gritaba aterrorizada. Por eso pude encontrarla. Los gritos me llevaron hasta ella. Cuando la perdí me asusté de verdad. Ninguno se había dado cuenta, pero yo no le había quitado los ojos de encima. Cuando el mini capullo (porque el capullo es su hermano claro) casi la asfixió, quise darle una paliza.
En cuanto la rubia me vio, se aferró a mí, rodeando mi cintura con sus brazos y me apretó con fuerza hundiendo su cara en mi cuello.
-Sácame de aquí por favor Aaron- me pidió sin apartarse ni un centímetro de mí.
-Tranquila, nos vamos. Pero tienes que soltarme para que podamos andar, rubia- no sé que me pasaba esa noche, pero el odio que sentía por ella había disminuido. Me producía ternura verla así, tan desprotegida, asustada. Solo tenía ganas de abrazarla, de hacerla sentir segura.
Seguramente estaba haciendo el imbécil de nuevo. Pero en aquel momento no pensaba en ello.
Abrió sus brazos, los separó de mi cuerpo y se puso a mi lado. Entonces hizo algo que me pareció verdaderamente adorable. Se agarró a mi camisa. Yo cubrí sus hombros con mi brazo y nos fuimos en busca de una salida.
Cuando el aire de la calle la tocó, Abby respiró aliviada. Anduvimos hasta mi coche, allí esperaríamos a los demás que aún no habían salido.
Abby se apoyó en la puerta del conductor. Su rostro estaba cubierto por manchas negras, imagino que por esa cosa que maquilla las pestañas. Aun así, estaba preciosa.
Pasé mi pulgar por sus mejillas y sequé la lágrima que caía por ella.
-Me has encontrado- dijo con la voz temblorosa.
-Abby, a pesar de nuestro caos, iría a secarte las lágrimas al fin del mundo si me lo pidieses.
Era la verdad. Seguía y seguiría siempre loco por ella.
Sus ojos cristalizados me miraron con dolor. Nada me cuadraba, ella también estaba sufriendo. También le dolía no poder estar conmigo. No lo había visto hasta ese momento. Esos ojos querían decirme algo que no podía hacer su boca.
-Aaron, yo... Tengo que contarte algo-dijo entonces sin dejar de mirarme. Estaba muy intrigado.
- ¿El qué? - pregunté alentándola a que siguiese hablando.
-Pues...Veras...
- ¡Apártate de ella ahora mismo! – gritó el mayor de los Foster empujándome. No tuve tiempo de reaccionar, cuando ya estaba en el suelo.
