Capítulo 20.

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Advertencia: Capítulo con alta dosis de salseo adolescente.

[5 días después de La mujer de blanco]

—¡Que gire! ¡Que gire!— exclama Beverly, embriagada por la euforia que da a los adolescentes una cerveza.

Resulta que esta es la última noche que pasaran en la cabaña de Ben antes de volver a Derry, donde solo les quedarán dos semanas de vacaciones.

Y, según Richie y Beverly, una fiesta antes de marcharse era algo imprescindible.

Bueno, básicamente es por eso que ahora los siete están sentadas en el suelo entre cojines, mantas, cerveza (jugo para Eddie y Stan) y palomitas, jugando a la botella.

—No estoy seguro de esto— Stan frunce levemente el ceño, deteniendo la mano de Richie antes de que este gire la botella—. Ni siquiera están sobrios, podrían...

—¡Nos seas aguafiestas, Stanny!— Richie le revuelve los risos y luego se inclina hacia Bill y le pasa un brazo por los hombros—. Solo son besos, Bill y yo nos tenemos confianza, ¿verdad, mi tartaja?

Bill rueda los ojos, pero le besa fugazmente en los labios.

—P-P-Por supuesto— luego mira a Stan—. S-Solo es un ju-juego, Stan.

Stanley sigue con el ceño fruncido.

—¿Qué dices tú, Eddie spaguetti?

Eddie mira a Stan mientras sorbe jugo de su cajita con la pajilla.

—Si tú juegas, yo también.

—¡Uh! ¡Depende de ti, Stanley!— le dice Beverly, riendo, mientras pone sus piernas sobre las de Mike.

Stan suspira.

—Esto va a acabar mal, pero bueno, ya que.

Y, en realidad, no se equivoca.

....

Al final, quien gira primero la botella es Bill.

Después de unos largos segundos de divertida tensión, el cuello de la botella apunta a Eddie.

—¡Eso es!— Bev se muestra entusiasta. Al ver que Richie frunce levemente el ceño, aprovecha para bromear—. Anda, Richie, ¿no que tú y Bill tenían confianza?

Richie le sonríe, desafiante.

—Y así es— y le da un trago a su cerveza, para luego mirar a Eddie—. No te propases con mi Bill, Eds.

—Beep Beep Richie.

Bill (que ha bebido también) se acerca a Eddie y le da un beso en los labios. Es corto, casi solo un roce. Se nota que Bill ya está bebido, porque en vez de avergonzarse (como Eddie, que retrocede hacia Stan muy rojo), se larga a reír.

—Que aburridos son— dice Beverly—. Yo quería más salseo. Bueno, ¡me toca!

La pelirroja gira la botella. Si le toca Ben o Mike, sin duda estará de suerte.

Sin embargo, a quién acaba por apuntar el cuello de la botella es nada más y nada menos que a Richie Tozier.

—¡Bevvie, mira esas vueltas de la vida!— ríe Richie.

—Tozier— Bev se muestra levemente preocupada, recordando que antes, Richie y ella tenían encuentros fugaces, no quiere acabar reviviendo eso. Pero, al final, el calor del momento le gana a la sensatez—. Bien, vamos a jugar un poco.

Te quiero y no estoy bromeando | Staddie & Bichie.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora