Bloodborne. El hijo de La Luna. [En Revisión]

Capítulo 1. El comienzo.

???:-Vaya una futura promesa...No hace falta que me cuentes el por qué, todos vienen aquí para curar su enfermedad con la milagrosa sangre de Yharnam. Je, je, je, claro, pero primero necesito que firmes un contrato.

El extraño médico se dio media vuelta para coger un papel y ponerlo frente a la paciente. Ella estiró su mano con dificultad y agarró la pluma que le ofreció aquel hombre y comenzó a llenar los huecos vacíos de aquel viejo papel.

???:-Bien, todo sellado y firmado, comenzemos con la transfusión. No te preocupes, pase lo que pase, creerás que solo ha sido...Un mal sueño.

Eso fue lo último que escuchó la chica antes de recibir un pinchazo en el brazo. Sus ojos se cerraban mientras la sangre entraba en sus venas hasta que se desmayó.

...

Le dolía la cabeza, se sentía mareada y la silla de tela había sido sustituida por una fría camilla de acero. Intentó levantarse, pero no pudo, solo podía girar el cuello. Inspeccionó con detalle la habitación, hasta que un gruñido llamó su atención. Giró la cabeza hacia la izquierda y pudo ver un gran lobo de color rojizo. La criatura también se dio cuenta de su presencia y se acercó lentamente a ella mientras caía espuma de su boca.
La enorme garra de la bestia acarició con cuidado el cuello de la chica y antes de que pudiera hacer otro movimiento, la bestia se alejó de ella mientras ardía en llamas.
Del borde de la camilla empezaron a salir varios seres pálidos con rostros deformes e inhumanos. Volvió a desmayarse antes de ser totalmente sometida a los seres extraños.

???:-Hmmm...¿Dónde estoy?

Se levantó con ligero aturdimiento de la camilla, se sentía mejor que antes, pero todavía estaba mareada. Se acercó torpemente a la única puerta que había en la sala, la abrió con cuidado y salió del lugar apoyándose en la pared hasta llegar a otra habitación. Dio un par de pasos torpes. Sus zapatos se pegaban al suelo por alguna sustancia extraña pequeño. La chica ahogó un grito al mirar al suelo y darse cuenta de que la madera estaba roja y encharcada por sangre y partes humanas desmembradas. Avanzó unos cuantos pasos más y vio como había varios cadáveres apilados en el centro de la habitación.

???:-¡¿Qué lugar es este?! ¡¿Dónde estoy?!

Se quedó paralizada cuando vio a un gran lobo salir de detrás de una columna. Ella retrocedió mientras le temblaban las piernas. La bestia se acercaba cada vez más, la chica tropezó con una de las maderas sueltas y cayó de boca arriba. La criatura le saltó al cuello y la indefensa chica solo pudo dar un grito antes de que le arrancaran la laringe de un mordisco rápido y brutal. Sus ojos se pusieron blancos y el mundo a su alrededor se volvió negro.

...

La sensación de las flores acariciando su cuerpo era muy agradable, pero algo estaba mal, se suponía que no estaba en un campo de flores. Abrió los ojos, miró a su alrededor y volvía a estar en otro lugar. Parecía una pequeña islita que flotaba en mitad de la nada, un limbo con varios pilares que salían de ninguna parte y se perdían en las nubes que rodeaban la extraña parcela.
Se levantó y caminó con cuidado por la senda de piedra que llevaba a una pequeña escalera de hecha con ladrillos grisáceos. Dio un pequeño salto hacia atrás al darse cuenta de la muñeca que reposaba cerca de las escaleras. Se detuvo y miró con detenimiento a la figura de porcelana: estaba vestida con un elegante vestido largo y color marrón oscuro con detalles dorados, un gorro fino decorado con una rosa, unos guantes rojos que dejaban sus dedos de madera al descubierto y unas botas de cuero negras. Su pelo rubio se movía con la ligera brisa, sus ojos verdes parecían estar mirándola y daba la sensación de que sus labios rojos iban a abrirse en cualquier momento para decirle algo.
Siguió subiendo por las escaleras, intentando ignorar a esa extraña muñeca mientras contemplaba las varias lápidas con diferentes formas que adornaban la parte derecha del camino.
Llegó al final y se quedó quieta frente a la vieja casa de madera que estaba frente a ella. Abrió la puerta y entró al cálido interior.