Capítulo 14. Hemwick.

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El sonido de las botas de cuero chocando contra el barro acompañaba perfectamente al  lúgubre bosque del que empezaba a salir un olor a carne quemada y podredumbre.

Grey:-Estamos cerca.

Shadow:-Chica, no te separes y mantente alerta en todo momento. Esta aldea es muy peligrosa y ya hemos perdido a varios cazadores en esta zona.

Aria:-¿Cuántos cazadores han muerto aquí?

Grey:-Cinco.

Shadow miró de reojo a su compañero, como si fuera a decir algo, pero no dijo nada.
Los tres ya estaban en la entrada de la aldea. Delante de ellos había una escena digna de una película de terror: en una especie de plaza rodeada de montones de tumbas danzaban alrededor de una estatua varias mujeres vestidas con largas túnicas polvorientas y rasgadas mientras agitaban sus azadas y guadañas.

Shadow:-Vamos...

Una de las extrañas mujeres se percató de la presencia de los cazadores y alertó a sus compañeras con un grito.
Grey extendió su arma y eliminó una a una a todas las que se le acercaban.

Shadow:-Chica, no pierdas la concentración.

Aria agitó su cabeza y convirtió su arma en látigo.
Las mujeres se acercaban gritando cosas ilógicas. La chica dejó todos sus pensamientos de lado y degolló a una de sus atacantes con un fuerte golpe. La sangre manchó el suelo y el cuerpo sin vida cayó al suelo al instante.

Shadow:-No te bloquees ahora.

La chica salió del trance a tiempo para esquivar un golpe de azada. Aria convirtió el látigo en bastón y atravesó el cuerpo de la mujer.

Aria:-(Grey:-No dejes de golpear hasta que estén destrozados.)

Aria agarró con fuerza su bastón, desenterró el arma del torso de su rival y le fracturó el cuello con un golpe potente.

Grey:-Detrás.

La mujer encapuchada se acercaba corriendo a la chica de espaldas mientras levantaba su azada al rojo vivo. No obstante, su avance se detuvo al recibir tres disparos en la cabeza por parte de Grey.
Aria miraba con una extraña mezcla de emociones el lugar donde desapareció el cadáver de la mujer que mató.

Shadow:-Bien. Te felicito por haber sido capaz de defenderte. Asegúrate de seguir así.

Su extraño compañero pasó a su lado mientras le dedicaba esas palabras que tenían cierta ironía.

Grey:-Aria, ¿Ocurre algo?

La mirada perdida de la chica volvió tras la pregunta de Grey, se dio un par de palmadas en el rostro y miró a su compañero.

Aria:-No, todo está bien.

La sonrisa de Aria parecía esconder más de lo que ella estaba dispuesta a mostrar, pero Grey no podía hacer nada si ella no estaba dispuesta a decir nada.
El olor era insoportable. Los múltiples cadáveres podridos envueltos en sacos, desperdigados por el suelo o calcinados en hogares apartadas del camino desprendían un hedor muy desagradable del que no se podía escapar.

Aria:-Todos los cazadores que han estado aquí...¿Vinieron en grupo?

Grey:-Sí. Los tres primeros vinieron en equipo, pero fue enviada una pareja de cazadores de rango alto al no recibir señales de los otros tres.

Aria:-¿Cuánto hace que no dan señales de vida?

Grey:-El primer equipo lleva desaparecido tres meses y el segundo un mes.

Se adentraron en la profundidad de la aldea. Evitaron las emboscadas de un oscuro granero, acabaron con la multitud que les esperaba más adelante y Grey decapitó a la mujer que custodiaba una palanca que abría una puerta hecha de troncos de madera. Tras acabar con toda la resistencia de la aldea solo quedaba un lugar al que ir.

Shadow:-Allí, ese debe ser el lugar.

El chico señaló a la casa de madera que descansaba sobre una rampa de tierra rodeada por múltiples tumbas de gente que nadie recuerda. Gente que nadie recuerda, ese pensamiento era el único que rondaba por la cabeza de Aria antes de que Grey se pusiera en guardia.
La chica miró al frente y vio a una imponente y robusta figura con una máscara de verdugo y un gran hacha de carnicero a dos manos.

Grey:-Mierda...

Tras el carnicero había un grupo de mujeres armadas con guadañas al rojo vivo.
Grey se puso en posición para dar el golpe giratorio, no obstante, no fue capaz de atacar antes de que el carnicero saltara para partir en dos a Grey. El chico esquivó el hachazo en el último momento.
Aria saltó con su látigo en mano para alejar a las mujeres que se acercaban corriendo.
Los pesados y potentes hachazos del carnicero eran evadidos por Grey con cierta dificultad.
Las harapientas mujeres cayeron presas del los latigazos de Aria.
El arma dentada se transformó en un puntiagudo bastón que la chica usó para perforar el robusto cuerpo del carnicero. La imponente figura se giró hacia la chica, demostrando que su ataque apenas había surtido efecto.

Grey:-¡Aaaah!

Un potente hachazo desde arriba hizo que el carnicero se volviera a enfocar en Grey.

Aria:-Nuestros ataques no le hacen nada.

El impasible carnicero comenzó una lluvia de ataques brutales. El dúo se apartó del rango del carnicero mientras este continuaba con su hachazos.

Aria:-¿Qué hacemos?

Los ataques a diestra y siniestra se habían acabado. El carnicero se acercaba lentamente hacia ellos mientras Grey pensaba en algo. 
El rojo pelo de Aria ondeaba junto con las cálidas brisas de la aldea de Hemwick al igual que la pequeña bolsa en el cinturón del chico.

Grey:-Pues claro.

Grey sacó una botella anaranjada de su bolsa y se la arrojó al carnicero.

Aria:-¿Qué era eso?

Grey:-Aceite.

El chico cogió una cerilla de su bolsillo. La prendió con un rápido movimiento contra su ropa y se la arrojó al carnicero. La imponente figura empezó a retorcerse de forma brutal mientras la llamas le consumían. La suave luz del fuego se apagó a los pocos segundos.

Aria:-...

Grey:-Lo lamento por él. Morir quemado es horrible.

Aria se cubrió la nariz con su mano para evitar la arcadas que le provoca el olor de la carne quemada.
Entraron a la gran casa que esperaba en lo alto de la rampa de tierra. Su interior no era más agradable que el exterior de la aldea: el olor de los cadáveres semi descompuestos en el suelo era muy intenso y la oscuridad volvía el ambiente muy tétrico.

Aria:-Hay...hay muchos...

Shadow sacó una pequeña linterna de mano de su bolsa y alumbró con cuidado los cadáveres que yacían en el suelo. Entre la sangre seca y los miembros cercenados había un brazo cubierto por una manga de cuero negro.

Aria:-Eso es...

Grey:-Shadow, alumbra aquí.

En la esquina donde miraba Grey había dos cadáveres juntos con varias partes del cuerpo arrancadas y el cuero negro que cubría sus cuerpos parecía estar quemado.

Shadow:-Conservan los brazos...creo que ya hemos confirmado del todo tres muertes.

Aria miraba con irrealidad todo a su alrededor. La luz que salía del farol del chico iluminaba lo suficiente para darse cuenta de que los cadáveres tenían algo en común: ninguno de ellos tenía ojos.
Llegaron hasta el final de la sala mientras evitaban pisar los cadáveres. Abrieron sin dudar la puerta que tenían delante y entraron con cuidado a la enorme sala que había al otro lado. La puerta se cerró fuerza detrás de ellos y el suave sonido de una campana empezó a sonar.

Bloodborne. El hijo de La Luna. [En Revisión]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora