Capítulo 1|¡Buenos días America!

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-Se preguntarán -Tomando una bocanada de aire- ¿Qué es Casa Blanca? -Dirigiendo la mirada hacia los presentes.

Todos permanecían callados. Sus ojos cuestionaban, y otros... Solo esperaban que la respuesta de está pregunta saliera de mis labios.

-No es un plato que hace compaña, tampoco un día soleado, es mucho más que eso -Mi mirada se fijó en él ventanal del salón de presentaciones.

Hermosa mañana, él sol nos vino a visitar. Caminé hasta él ventanal, perseguido por las miradas de los inversionistas y del sonido de mis zapatos chocando contra la cerámica.

Coloqué uno de mis dedos en él cristal, permitiéndole calentarse gracias al sol. Les estoy dando la espalda, no es de muy buena educación.

-Es un estilo de vida -Acariciando con dicho dedo él cristal- Es hacer a un lado, la ignorancia, él egoísmo y la toxicidad de vivir de deudas o incluso engaños -Quitando mi dedo del cristal y volteando hacia ellos.

-Lamento interrumpirle, pero, estamos hablando de todos los públicos. No de una clase en específico, los ricos saben como volverse pobres y como volver a tener sus joyas -Dijo uno de los inversionistas que estaba en él medio de la mesa, recogiendo algunos papeles que estaban sobre ésta.

Todos permanecieron mirándome. Incluso se le escaparon risas, a dos de ellos. Ya veo a que se quieren referir.

-Claro señor, ¿Anton o Borris?... -Dije mirandole fijamente esperando su repuesta- Prefiero que me diga Borris -Respondiendo sin rodeos.

-Bien señor Borris. Supongo que para entrar en esta sala tanto usted, como yo debimos informarnos en que consiste todo esto -Asintió inmediatamente con la cabeza- Entonces, usted sabrá que hablamos de emprendimiento -Empecé a dar vueltas alrededor de los presentes, pasando por detrás de sus asientos- Ser pobre no es una enfermedad terminal, nadie lo decide; Es simplemente un obstáculo del diario vivir. No tener herramientas ni condiciones de vida favorables, no es un chiste; Es un reto, y Casa Blanca es una marca que promete ser esa herramienta, aquel impulso que todos necesitamos. Casa Blanca te brinda lo necesario para tener una vida justa, en la que puedas desarrollarte tanto tú, como tú familia de forma sana en él ambiente correcto. No volvemos a los pobres ricos, ni a los ricos más ricos, o incluso pobres -Colocando mis manos sobre los hombros de Borris, todos me miraban-  Solo creamos seres humanos con los valores y disciplinas necesarias para seguir adelante.

Noté como todos en él salón empezaron a aplaudir rápidamente.

-Exactamente señor Casa Blanca -Saliendo de sus labios mientras me iba alejando de él-  Usted promete algo ilógico, ¿Como va a brindar atra vez de un papel lo necesario?, piense, la gente no necesita que le repitan las palabras, la gente necesita acciones -Dijo recogiendo aún más papeles de la mesa.

-Veo que usted no investigó de mi, y yo si de usted -Sonriendo nuevamente en frente de la mesa de conferencias- Cada año hacemos sueños posibles, tenemos en 5 estados "Zonas Casa Blancas", las cuales aportan dependiendo de las necesidades que se requieran; Brindamos trabajos incluso en nuestros hoteles, cualquiera de nuestras revistas. Sometemos a debate quién merece un trabajo y dónde, aquí no jugamos con él dinero. Invertimos de forma realista -Dije mientras arreglaba mi saco, con mi mirada fijada en él.

-Pero -Uno de los hombre interrumpió a Borris- ¡Lo firmaremos!

-Maravilloso, les dejaré con mi abogada cabecera para que les asista -Sonriendoles mientras abrochaba mi saco- Es un placer tenerlos aquí.

Me despedí de ellos, he inmediatamente salía del salón, Támara entraba con una gran sonrisa posada en su rostro.

Realmente me daba igual si ellos deseaban aportar de alguna forma, ya todo está construido. Y no hay forma de que lo desmoronen.

Mientras caminaba por los pasillos notaba algunas oficinas vacías, ¿Qué hora es?.

-Son las doce con cuarenta y cinco -Una voz femenina atrás de mi.

Volteé rápidamente y me di cuenta que era Bianca. Lleva una semana transitando en la empresa, me pone nervioso ver como pasa por los pasillos.

-Bianca -Dije con una falsa sonrisa.

-Lo sé, lo sé, tienes hambre -Arreglando él cuello de mi camisa- Era de esperarse, mejor vayamos a comer -Sonriendome acercándose cada vez más a mi cuerpo.

-Debo trabajar -Dije volteando mi rostro, mirando los alrededores.

-Ni tanto tiempo que llevemos de casados para que me niegues un almuerzo -Acercándose más a mi cuerpo, hasta depositar unos besos sobre mi cuello.

Sentí sus cálidos labios sobre mi cuello, mientras sus brazos iban bajando a la parte inferior de mi espalda.

-¿Ya encontraste la secretaria? -Dije seguido de sentir como su cuerpo se separaba de mi, y volvía a su posición anterior.

-Todas se quieren acostar con él personal -Dijo mientras arreglaba la cartera que traía sobre sus hombros.

-No. Tú te imaginas que harán eso conmigo, entiende que no tengo tiempo para tus celos caprichosos. Necesito una secretaria, no puedo mandar a los de recursos humanos a que dejen su trabajo solo para que vengan a agendarme una cita -Arreglando nuevamente mi saco.

-Mañana en la mañana tendrás una que te resiva -Arreglandome mi saco.

Separé sus manos de mi saco y la miré fríamente.

-Almuerza con Eva, recuerda que mañana almorzaremos en los Hamptons. Solo nosotros y algunos compañeros de trabajo, nada serio -Con una levé sonrisa posada en mis labios.

-No más sexo en él trabajo.

Noté como se fue. Su silueta iba desvaneciéndose entre los pasillos y él ascensor.

 Su silueta iba desvaneciéndose entre los pasillos y él ascensor

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