Capítulo 13

4 0 0
                                    

Esos colores que vio estando al lado de Kris se desaparecieron en cuanto Ángela llegó a casa. Su sonrisa había desaparecido.
¿Era solo eso? Vaya, los nervios habían hecho que se visualizara a sí misma haciendo el ridículo y volviendo el ambiente incómodo, sin embargo, las cosas habían fluido de una forma tan natural que al final todo eso quedó en su imaginación.
Pero ese ambiente alegre en donde Kris la había metido desapareció en cuanto entró a su casa.
Un golpe fuerte se escucho en una de las habitaciones seguido de varios golpes más leves.

Se escuchaban ¿Sollozos? No
¿Gemidos? Si

- ¿Madre? - Ángela no sabía cómo interpretar esos sonidos, al llamar a la puerta cesaron y se convirtieron en susurros nada discretos.

- ¿Madre, eres tú? - estuvo a punto de abrir la puerta antes de recibir una respuesta.

- Ahora voy - la voz de su madre se escucho al otro lado de la puerta.

Esperó pacientemente hasta que la perilla giró y la puerta se abrió. Una mujer de largo cabello castaño (al igual que Ángela) que no parecía mayor de 40 salió con una bata de baño alrededor del cuerpo cerrando la puerta tras de sí.

- Hola cariño - parecía ansiosa.

- ¿Esta todo bien? Escuche sonidos raros - intento asomarse pero su madre se interpuso entre ella y la puerta.

- No es nada, ¿Donde estuviste todo el día? - Ángela no quería entrar en detalles.

- Estaba aburrida, fui a dar una vuelta - metió las manos en los bolsillos de su desgastada sudadera.

- En lugar de perder el tiempo deberías buscarte un trabajo de una vez - la mujer se enderezó y se cruzó de brazos. Ángela rodó los ojos y abrió la boca para hablar, pero no alcanzó a decir nada.

- ¿Todo esta bien aquí? - un hombre de edad similar a la de su madre salió de la habitación.

- ¿Quien es? - Ángela se puso seria.

- Ammm - los nervios eran evidentes en la mujer.

- Aura, ¿que pasa? - el hombre era alto, 1.90m tal vez, su cabello era claro y llevaba puestos solo unos pantalones vaqueros y una camisa arrugada y mal abrochada. Ángela entendió al instante que pasaba.

- No importa, creo que iré a ver si esta lloviendo en la esquina - Con una cara de asco Ángela se dispuso a irse pero su madre la tomó por los hombros impidiéndole moverse.

- Ángela él es Víctor, Víctor ella es mi hija Ángela - dijo resignada la mujer.

- Así que tu eres la famosa Ángela, un placer conocerte por fin - el hombre extendió la mano hacia Ángela con una sonrisa.

- Me encantaría poder decir lo mismo - Ángela miro la mano del sujeto, pero no se molesto en sacar las manos de sus bolsas. Víctor recogió la mano y soltó una risa incómoda, por otro lado, Aura le lanzo una mirada de reproche a su hija.

- Bueno... ¿Que les parece si las llevó a cenar? - pregunto el hombre.

- No -

- Si - Ángela y su madre hablaron al mismo tiempo, pero claro, sí Aura ya había accedido, el que Ángela se negara era inútil.

Con mala cara Ángela se sentó en el sillón desgastado. A los 10 minutos su madre y Víctor salieron de la habitación.

Víctor se veía mucho mejor, con la camisa perfectamente alisada y un elegante saco negro encima, además su cabello estaba arreglado cuidadosamente hacia atrás, se veía muy atractivo.

Mi vida a cambio de Ti |•|LGBT|•|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora