Capítulo 14

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Kris despertó, no había dormido más de media hora, el hambre la había despertado. Se sintió perdida un segundo y luego recordó todo lo pasado durante el día, sonrió.

Escucho ruidos en la planta baja, sucumbió ante los sonidos producidos por su estomago y bajo rápido para cenar sin necesidad de que su madre le avisará.

- ¿Que habrá de cenar? - Kris husmeo entre las  bolsas de plástico que estaban en la mesa, pero se llevó una gran desilusión al darse cuenta de que no había nada comestible, lo único interesante eran un par de libros.

-¿Tienes hambre? Pensamos que ya habías cenado - su padre puso mala cara.

-Pues no, los estaba esperando - En estos momentos Kris sentía unas grandes ganas de aprender a cocinar, lo hará mañana llegando de la escuela.

-Lo siento hija lo olvidamos por un segundo, pero aún es temprano así que vamos a cenar a tu restaurante favorito ¿Que te parece? - 

- Genial - sonrió  satisfecha y subió por su chaqueta. Se mantuvo de un humor habitual para que sus padres no la abrumaran con preguntas sobre su inusual buen humor, no tenía ánimos de eso.

- Amor, vamos a un lugar elegante, ¿No te pudiste poner algo más decente? -  replicó su madre mientras se retocaba el lápiz labial en el espejo del auto. Kris soltó un largo suspiro ganándose una mirada de reproche por parte de su madre.

- Sólo vamos a cenar, no importa que lleve puesto - se cruzó de brazos.

- ¡Claro que importa! - esta vez habló su padre - no puedes dar una mala imagen de la familia - La sangre hirvió debajo de su piel, realmente odiaba que sus padres dijeran cosas como esa, pero prefirió quedarse callada y no alargar la conversación.

Eran clientes frecuentes del lugar así que tomar una mesa no les costó tanto trabajo. Kris odiaba las mesas que se encontraban en el centro ya que se sentía asfixiada por la gente que se encontraba alrededor, así mismo sentía paranoia de que alguien la mirara y se sentía vulnerable ya que no podía mirar a ningún lado sin parecer sospechosa o nerviosa.

Hoy no era la excepcion ya que después de cruzar una que otra palabra con sus padres y pedir su cena sintió dos ojos clavarse en su espalda, no quería voltear pero comenzaba a sentirse incómoda. Antes que pudiera decir nada, su padre, quien estaba sentado justo enfrente de ella, sonrió.

- Cariño, mira quienes están en la mesa de allá - el hombre se dirigía a su esposa, pero en cuanto Kris se percató de que se refería a la mesa de la cual provenía esa pesada mirada no pudo evitar voltear.

Su suerte no podía ser tan mala, los ojos que no se habían apartado de ella no eran los de nadie más que de Andreu. Andreu no sólo era su compañero de clase, sus padres eran amigos desde hacia años y trabajaban en la misma empresa, se conocían desde que tenían 6 años mas o menos y no conforme con eso, Andreu había sido su primer beso. Si, ese beso que tanto asco le había producido.

- No puede ser - lo dijo más para sí misma.

- Sería muy descortés no saludarlos ¿Verdad Kristina? - cuando volteo para reclamar su padre la estaba mirando de forma pícara, un escalofrío recorrió su espalda. "Por favor" le suplicó con la mirada, pero igual se levantó y la tomó del brazo, arrastrándola hasta la mesa vecina, los ojos de Kris sólo habían alcanzado a percatar la presencia de Andreu.

- ¡Víctor! viejo amigo - Empezó el padre de Kris.

- ¡Arturo! -  Víctor se levantó y los dos hombres se dieron la mano seguido por un abrazo. - Pero que agradable sorpresa encontrarte aquí, amigo - volteo a verla - Kris, tan hermosa como siempre - Kris forzó una sonrisa e inclinó la cabeza como muestra de gratitud. 

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