(En multimedia tenéis un hermoso edit que resume la hermosura de la película, gracias a la hermosura de Troye Sivan. No sé si funciona el vídeo pero con que se escuche la música yo soy feliz)
Scott se pasó las manos por la cara y finalmente por su pelo azabache, los dedos enredándose en sus mechones oscuros. Respiró hondo, una y otra vez, y finalmente volvió a darle un trago a su vaso de vodka, acabándoselo de una. Sentía un sudor frío y suaves escalofríos. Carmella se había ido a ver a sus padres dos semanas, y quedaban cuatro días para que volviera. Y la soledad le estaba matando. Sentía que la vida se le echaba encima. ¿En qué había fallado? Solamente quería ser mejor persona, había dejado aquel patético pasado, ya no frecuentaba aquellos lugares. Ya no se prostituía. Ahora solo frecuentaba aquellos lugares aceptados por la alta sociedad, porque quería llegar a ser como su padre. Pero no lo había conseguido. ¿Qué le faltaba, por qué se sentía tan vacío?
Scott jadeó, exasperado, y negó con la cabeza. Necesitaba salir a tomar el aire. Las calles de Portland, al ser tan tarde, no estaban muy abarrotadas. Scott caminaba dando tumbos por las frías calles de la ciudad, sin saber muy bien a dónde iba. Se vio a sí mismo caminando sin rumbo, hundido en sus pensamientos.
Había dejado la prostitución, había empezado a vestir como un buen hombre, solamente se relacionaba con gente de su alta clase social... Estaba cumpliendo todo aquello que su padre quería para él. Lo que él mismo prometió que haría. Y se había convertido en una pesadilla. No había una sola noche en la que no tuviera pesadillas, con la voz de Bob* resonando en su cabeza, con el rostro de decepción de su difunto padre. Se sorprendía a sí mismo lamentando su propia existencia. Ya no había pasión en su matrimonio. Aquello que confundió con amor cuando conoció a la bella italiana a las afueras de Roma. Ella también lo sabía. Ninguno había hecho nada por arreglar su matrimonio.
Scott se paró un segundo, sintiendo como la fría brisa le revolvía el pelo, y respiró hondo, intentando centrarse en dónde cojones había acabado. Se sorprendió al descubrir que había acabado en el Hawthorne Bridge. Frunció suavemente el ceño y se acercó a las vigas del gran puente y se asomó, admirando las calmadas aguas del río Willamette. Respiró hondo de nuevo, intentando apartar todos aquellos pensamientos.
Y si... ¿Y si se lanzara? ¿Y si se olvidara de todo? ¿Moriría si se lanzara? Los pensamientos de Scott no estaban siendo lo bastante coherentes como para pensar las posibilidades, solamente pensaba en volver a descansar. En lanzarse y olvidar todo. Pero justo cuando había tomado su decisión, se fijó en una silueta.
Estaba tumbado, como si descansara apoyado en las vigas. Scott se acercó lentamente a la silueta, con un extraño presentimiento. Reconoció aquella cabellera rubia al instante. Y descubrió a un tembloroso Mike dormido en medio del puente. Se notaba que había sido otro de los ataques debidos a su narcolepsia, por la manera en la que yacía en el suelo y temblaba suavemente. Y no se le veía en buen estado. Su ropa estaba sucia y arrugada, su barba de dos días estaba descuidada, su pelo un poco más largo de lo aceptable y estaba bastante pálido. Y esos factores tan preocupantes para Scott tampoco evitaron que le siguiera viendo como un ángel postrado.
-M-mierda... Mike... -El pelinegro se agachó frente al chico que yacía en el suelo.- Mike, eres tú... -Su salvación. Él era su salvación. Mike Waters, frente a él. Tan vulnerable como solía, o incluso más. Scott sonrió con los ojos vidriosos y le tomó en brazos. No iba a dejar que se quedara ahí. Iba a llevarlo a su casa, y a llamar a un doctor. Seguramente estaría más intoxicado que él la última vez. Scott llamó a un taxi y se llevó a Mike a su gran ático en el centro. Cargó con él hasta el ascensor, y, más tarde, al ático.
Lo llevó hasta su habitación y lo dejó en la cama de matrimonio que compartía con Carmella. Antes. Dejó a Mike sobre las sábanas y lo arropó como pudo. Llamó a su médico particular, quien no tardó en venir. Además de la narcolepsia, el doctor dijo que sufría los inicios de lo que podría ser una terrible neumonía. Y además las drogas estaban haciendo un terrible trabajo con su sistema. Tras recetarle varios medicamentos y pedirle a Scott que cuidara su reposo, el doctor se marchó. Scott suspiró, mirando a Mike. Aquel que fue su mejor amigo durante tantos años. Su... Mejor amigo. Se sentó en el borde de la cama y estiró la mano hasta el hermoso pelo de Mike, en aquellos momentos estaba húmedo y algo sucio, pero eso no le importaba a Scott. Entreabrió los labios y susurró.
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I won't miss him.
Teen FictionScott al fin ha conseguido dejar atrás su vida llena de excesos. Pero hay algo que le falta. Se siente vacío. Su matrimonio ya no funciona como esperaba, y empieza a entrar en una profunda depresión de la que no puede salir. Cuando siente que la vid...