¿Gon descubrirá quién es?

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El moreno se había decidido por ir con Leorio, Killua y Kurapika. Quería saber que pensaban ellos de su idea.

En camino a la habitación de los anteriormente mencionados, se encontró con Kuroro. Intentó evitar verlo, pero no sé resistió.

—¡O-oye!— intentó llamar su atención. El pelinegro volteó a verlo, saludando "amablemente" con la mano, mientras se acercaba.

—¿Ocurre algo? Digo, no es normal que me hables. Creí que me odiabas. — rió levemente el de ojos negros.

—¡No te odio, sólo no me agradas mucho! ¡Quiero decir! Ah, olvídalo. ¿Podrías escribir un "hola" aquí?— le entregó una hoja y un bolígrafo. Kuroro aceptó sin rechistar, tenía prisa. Había quedado con sus dos mejores amigos, Illumi y Hisoka.

—¡Gracias!

—no es nada, mándale besos a Kurapika de mi parte 😏.

Gon se volteó rápidamente, para que el de ojos negros creyera que no lo escuchó. Siguió su camino al segundo piso, pero en el ascensor se encontró con Retz.

—¡Hola, Gon-kun!— la rubia le intentó sacar conversación al moreno, pero este sólo le saludó con la mano.

Al ver que los dos iban a ir en el mismo ascensor, Gon decidió decirle a la rubia que este estaba mal de la garganta. Realmente, no quería hablar con ella en este momento, por lo que no le pidió su letra.

Al bajar, fue directo a la habitación de los mencionados. Esta era la primera del pasillo. Logró ver cómo la rubia se metía a la habitación de Senritsu, Neon, y Feitan.

Gon tocó la puerta algo fuerte. Pasaron unos minutos hasta que alguien le abrió.

—¿Se te ofrece algo?

La voz del rubio llegó a los oídos del ojimiel. Hasta que por fin se volteó y vió que era Gon.

—¡Oh, Gon, eres tú! Perdón, pero es que recién me estaba acostumbrando a la luz.

—¿Estabas durmiendo?

—Sí, en las noches no puedo dormir bien, Kuroro y Leorio se la pasan peleando. — era de esperarse, ¿No? Pronto se iban a agarrar a escopetazos.

—¿Y Leorio?

—meh, él tampoco duerme bien. Por cierto, ¿Quieres pasar? — el ojimiel llevaba ya un tiempo parado en la puerta.

Gon pasó, y se sentó en la cama de Kuroro, viendo cómo Kurapika se sentó en la cama de Leorio mientras esté dormía.

—¿Y bien? No es normal que vengas a visitarnos.— Kurapika creía que Gon tenía algo de que hablarle.

—¿Puedes llamar a Kill?

El rubio afirmó, y se paró de la cama, para ir a buscar se celular. Marcó un par de números, y pegó el teléfono en su oreja.

—Killua, ¿Estás ocupado?

—ahora no, Gon se fue y Retz no está. Quiero aclarar que no es como si me agradara.

—¿Puedes venir un momento a mi habitación? Gon vino, y dijo que quería que te llamemos.

—...voy para allá...— colgó y fue por zapatos. Acostumbraba a estar descalzo en la habitación.

Kurapika colgó la llamada.

—en un momento viene. — fue lo que dijo, mientras volvía a sentarse en la cama de Leorio.

Pasaron los minutos, y la puerta empezó a sonar. Un albino se hizo presente.

—iré por café. — Kurapika anunció, para luego ir a la cocina. —¿Y bien, Gon? ¿Qué era tan importante?

—creo que empezaré a buscar al dueño de las notas, quiero saber. — todos sabemos que Gon no lo decía en mal modo, sólo tenía curiosidad.

Cuándo el ojimiel dijo eso, a Kurapika se le cayeron las tazas de café, y Leorio se despertó. Mientras Killua sólo estaba en un estado de shock.

—¡Kurapika! ¿¡Estás bien!?— Leorio no pudo evitar ir a ayudarlo.

—¡Sí, sí! Es solo que.. — empezó a susurrar. —¿Has oído lo que Gon dijo?

El mayor hizo un sonido de afirmación.

—debemos detenerlo, aún no puede saber quién es.

—¡Ah, Gon! ¿Y cómo lo harás?— Killua habló, mientras veía nervioso a Leorio y a Kurapika.

—creo que pediré sus letras.— se llevó una mano al mentón. —¡Mira, ya tengo la de Kuroro! Iré a pedir las demás. — explicó mientras saltaba de la cama, para ponerse de pie.

—¡O-oye, es tarde! ¡No creo que debas molestarlos a todos a esta hora!— Leorio apoyó a Killua.

—¿En serio? ¡Lo haré mañana!

—¡Gon!— el rubio se hizo presente mientras se levantaba del suelo.

—¿Sí, Kurapika?

—¿No crees que es más lindo si no sabes quién es?— trató de sonar lo más calmado posible, aunque Killua ya se hubiera desmayado 3 veces.

—ahora que lo dices. — lo pensó bien, y estuvo de acuerdo.

En cuanto Killua despertó, Gon y él se marcharon a su habitación.

—hey, podrá ser castroso, pero tiene linda letra. — el rubio rió levemente mientras le enseñaba a su pareja la letra del pelinegro.

—¡Sí, sí! Buenas noches.

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En conclusión, sus amigos le dijeron a Gon que esperara.

Cartas Anónimas. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora