Cartas Anónimas.

¿Confesión? ¿De Retz?

—¿Cuándo piensas decírselo, eh?— una dulce voz femenina se escuchó a sus espaldas.

Sin voltear, Killua respondió.—no te incumbe, Retz.

Se dió la vuelta, encontrándose con la chica rubia apoyada en el marco de la puerta.

—¿No me incumbe? Espera, espera, quisiera decirte algo.

Killua alzó una ceja.—Habla.

—bien—. Suspiró—. Siento haberme entrometido en tu relación con Gon. — sus lindos ojos azules se dirigieron hacia sus manos; sus dedos jugueteaban entre sí.—creo que me dí cuenta de que Gon es feliz a tu lado, le das un placer que yo nunca podría darle, y quiero que no se separe de aquello que lo hace feliz. Me dí cuenta el día del juego.

Killua estaba en shock. ¿En serio la chica loca que días antes había intentado quitarle a Gon le estaba diciendo eso? Al parecer sí. La temblorosa voz de Retz le hizo volver en sí.

—¿P-podrías prometerme que nunca le harás daño?

"¿Hacerle daño a Gon? No lo haría ni aunque mi vida dependiera de ello."

El albiceleste pensó.

—Prometo que nunca le haré daño a Gon...

Retz se despidió, dejando a Killua sólo. En eso, su teléfono sonó.

—hola. ¿Retz habló contigo?— la voz de su rubio amigo sonó al otro lado de la línea.

—Sí. ¿Por qué lo preguntas?

—oh, por nada. Suerte con Gon.

Colgó.

—¡Genial! Leorio, sí funcionó hablar con ella. — exclamó, volteando a ver a los dos chicos que se encontraban en frente de él.

—¿Ves? Te dije que entraría en razón. ¡Agh, Kuroro, ¿Quisieras quitarte de encima?!

—sí, claro, cuando Kurapika me ame.

"O sea, ¿nunca?"

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¿Y bien? ¿Qué les pareció? Ya extrañaba actualizar esto, pero no tenía ideas.

(Por si no saben, yo no tengo planeado nada, sólo el final. Escribo en base al capítulo anterior.)

Saludoooos. 💕