Venganza a los Dioses del Olimpo (Luke Castellan)

CAPITULO 6 - Lo pensare...

°°°°CAPITULO 6°°°°

Con la navaja casi le corto lo que sería creo que la cara pero se movió y sentí solo un roce.

-¡hey! ¡¿Qué te pasa?! ¿Acaso quieres matarme?- dijo burlón una voz que ya conocía.

-¿Luke?

-¿quién más?- fui y prendí la luz-linda habitación-dijo acercándose a mis cuadros en las paredes para mirar

-¿qué haces aquí? y ¿cómo entraste?

-fácil, tenis con alas-mire sus zapatos y era cierto, tenía puestos unos converse negros de los cuales salía una ala a cada lado

-como....

-tu eres hija de Poseidón y yo de Hermes, tengo mis ventajas, fui a visitar una vez su casa y me encontré con varios pares de estos

-¿son reales?-asintió- pruébalo-las alitas de los tenis empezaron a agitarse y él se elevó un poco- oh por...

- ¿ahora si me crees que eres hija de Poseidón?

-creo que tienes alas en los zapatos y talvez que seas hijo de ese tal Hermes pero no soy hija de Poseidón

-deja de ser tan necia, si lo eres

- no es posible

-puesto a que puedes aguantar 7 minutos bajo el agua

-hmmm

-¿estoy en lo correcto?

-si...

-sabes distinguir palabras en Griego, te sientes uno con el agua, tienes THDA y a veces sientes que alguien te sigue

-¿como lo sabes?

-todos los semidioses tenemos los mismos problemas, unos más que otros

-si decido creerte ¿Qué pasara?

-intentare convencerte de venir conmigo

-¿y si no quiero? Además ¿Por qué iría contigo?

-porque si te quedas todos los de tu alrededor corren peligro y podrías morir devorada por un monstruo tal vez un ciclope o furia, no lo sé; conmigo estarías a salvo y Emma y George no estarían en peligro

-digamos que decido ir contigo ¿después que pasara?

-eso es la mejor parte, te enseñare a pelear con espada, arcos o con tu propia cuerpo, aprenderás de tus habilidades y créeme, será lo mejor, además de la dulce venganza hacia los Dioses a lo cual ocuparíamos su puesto, tu reinarías todos los mares

-¿esto va enserio?

-muy enserio ¿Qué decides?

-yo.... Tengo que pensarlo

-vendré mañana —se dirigió a la ventana saco un pie y me volteo a ver — por favor, no vuelvas a intentar apuñalarme- me sonrió y se fue.