Capítulo IV

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No podía rechazar a mi compañero, así que accedí a bailar con él.

Nos alejamos un poco de Taehyung y Seokjin para tener más espacio. No era muy buena bailando, así que intenté no moverme mucho y tratar de no hacer el ridículo.

-¡Más ritmo, Minah! ¿O acaso me tienes vergüenza?-preguntó divertido Jungkook.
-No es eso, es que no bailo muy bien...-dije en un tono casi inaudible.
-No pasa nada, solo tienes que sentir la música y moverte a su ritmo.

Traté de hacer lo que me explicó. Movía mi cintura al ritmo de la música y mis brazos fueron al cuello de Jungkook, rodeándolo. Él posó sus manos en mi cadera y me acercó a la suya, provocando en mí un fuerte sonrojo el cual no se podía ver gracias a la oscuridad del antro y las pocas luces de colores que lo medio iluminaban.
No sentía nada por Jungkook -o eso creía- , pero siempre me ha parecido alguien atractivo y no solo a mí, ya que muchas chicas iban al bar donde trabajábamos para verle a él. No me parecía extraño, ya que era un chico de cara perfecta, ojos inocentes, la forma de su mandíbula demostraba lo contrario a su linda mirada de ciervo. Respecto a su cuerpo, no sabía qué tipo de pacto hacía para tenerlo así de musculado, además tenía la altura perfecta, concretamente 1.78.

-Estás muy guapa, Minah.
-¿Tú te has visto? Pareces una obra de arte-dije entre risas, pensándolo muy en serio.

Al terminar la canción, nos separamos y volvemos con los dos chicos que esperaban en la barra, tomando algo.

-Bailas muy bien-dijo Taehyung.
-Gracias.

En ese momento, mostró una peculiar sonrisa cuadrada y se levantó, me cogió de la mano para llevarme hasta la pista y comenzar a bailar conmigo.

No sabía porque me había sacado a bailar, quizá porque quería llevarse bien conmigo.

Tengo que admitir que él bailaba bastante bien, se movía al ritmo de la música como si esta fluyera en él. Se acercaba lentamente a mí y lo único que podía hacer es intentar no morir de la vergüenza, si, era bastante tímida.

Alguien agarró mi cintura y yo ahogué un grito. Me dio la vuelta y vi quien era, Jin.

—Me toca a mí.

Bailé con él, lo que destacaba de su baile era su rostro, su prácticamente perfecto rostro, el cual mostraba una mirada sexy que imponía, así que prefería mirar al suelo o el ambiente que había alrededor, lleno de gente borracha o un poco ebria.

—Hey, mírame—levantó mi rostro con los dedos índice y corazón elevando mi barbilla—No me tengas vergüenza, soy muy majo, divertido y además guapo.

Me reí, se le veía una persona simpática y quería confiar en lo que decía.

Se hizo tarde y mi cuerpo me estaba pidiendo dormir, eso significaba que era hora de irse a casa.

—Kook, me voy a casa, me ha encantado pasar el tiempo con vosotros—le dije a mi compañero.
—Eres muy divertida, Minah—sonrió—te acompaño a casa.

Quizá unos días antes me hubiera negado, hubiera dicho que iría sola con mi móvil en marcación rápida, pero después de lo que pasó, dejé que me acompañara, él y sus amigos.

En el camino, hablábamos como si fuéramos amigos de toda la vida.

—Yo soy como el padre del grupo, cuido a estos dos para que no se metan en líos—comentó Seokjin, el cual tenía tres años más que Tae y Kook.
—Si, además siempre nos hace de comer, le llamamos papá Jin—afirmó mi compañero sonriente.
—Esta responsabilidad la adquirí gracias a mi hermana pequeña, tuve que hacer de padre y madre al mismo tiempo...

Guardian angel|K.NDonde viven las historias. Descúbrelo ahora