Parte XIII

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Llegamos al supermercado, cogí una cesta y fuimos por las distintas secciones para coger los ingredientes.

Fuimos a la cola y esperamos a que nos tocaría a nosotros.

—¿Alguna vez has hecho bizcocho?—pregunté.
—Si, pero esta vez será distinta.
—¿Por qué?
—Porque lo haré contigo—dijo y no pude evitar mirar hacia abajo sonrojada.

~

Ya en casa, saqué todo de la bolsa y nos pusimos a hacer el postre.

Mezclando harina, leche y los demás ingredientes, nuestras manos acabaron blancas. Miré a Jungkook y restregué la mezcla en su cara.

—¡Minah!—hizo lo mismo y comenzamos una batalla por ver quien se manchaba más.

~

—Vale, luego me ayudas a recoger esto—dije, viendo el desastre que habíamos montado.
—Claro, pero primero vamos a adornar el bizcocho.

Ya estaba hecho, se había hinchado, así que quedó perfecto, sólo quedaba añadir lo que queramos por encima.

—Vamos a ponerle una capa de chocolate—propuse.
—No, es más rico el dulce de leche—puso ojos de cachorrito.
—Bueno, vale.

Cogí una espátula y extendí el dulce por todo el bizcocho.

—Vamos a añadir virutas de chocolate.
—Si y nata en los bordes.

Lo hicimos y quedó un precioso y delicioso postre.

—Vamos a prob...
—No, primero limpiemos este desastre.

Nos costó un poco, pero la cocina quedó limpia y ordenada.
Saqué un cuchillo y corté el bizcocho, cogí dos trozos y le di uno.

—Mmm... Que rico ¿Te puedo llamar manos mágicas?—dije saboreando el postre.
—Claro, puedo hacer magia con mis dedos—guiñó un ojo y yo aparté la mirada con vergüenza. Se rió de mí.

~

Fuimos juntos a trabajar. Estábamos ya preparados para servir, hablando mientras esperábamos clientes.

El bar se fue llenando a medida que pasaba el tiempo y como siempre, miraba la puerta con la esperanza de que aquel chico apareciera por la puerta.

Estaba a punto de rendirme, otro día más, hasta que vi un cabello castaño y una sonrisa con hoyuelos.

—¡¿Namjoon!?—esta vez sí, era él.

Corrí, dejando solo a Jungkook sirviendo. Cuando fui a la puerta para verle, no había nadie, se marchó sin decirme ni una palabra.

Me giré, decepcionada y volví a mi lugar.

—Jungkook, cuanto tiempo—saludó una chica a mi novio, nunca la había visto, no era coreana, tenía rasgos europeos.
—Hola, Kenya—Kook mostró una gran sonrisa, emocionado por ver a aquella chica.
—¿No me das un abrazo ni nada?—no me gustaba la mirada de aquella joven, sus ojos, su lengua humedeciendo sus labios mientras lo mira.

"Minah, deja de montar drama" pensé, no tenía que celarme por estas tonterías.
Decidí ir al baño y así mojarme la cara, intentando controlar mis sentimientos. Volví a la barra y Jungkook me miró.

—Preciosa, esta noche voy con unos viejos amigos, si no te importa.
—¿Con esa tal Kenya?—alcé una ceja.
—Si, era una estudiante de intercambio, pero también estarán otros compañeros más.
—Pero... Hoy íbamos a ir de fiesta nosotros dos.
—Lo siento, otro día iremos ¿Vale?—sonrió y yo asentí no muy convencida.

Guardian angel|K.NDonde viven las historias. Descúbrelo ahora