Pero ahora, era otra la que veía sus hoyuelos, me daba envidia. Por mucho que me intentase engañar, seguía colada por él.
Y como lo dramática que era, lloré, lloré mirando la portada del libro, lloré tumbada en mi cama, lloré recordándole a él.
Además, no tenía forma de contactar con él, no sabía ni dónde estaba. Sólo sabía de él cuando me lo cruzaba, si no, era como si no existiese, ya que en ningún momento me dio su dirección ni su número.
Alguien llamó a la puerta, fui a abrir y era Jungkook. Entonces me percaté, estaba maquillada y seguramente se había corrido mi rímel, también tendría la cara roja de tanto llorar.
-Minah ¿Qué te pasa? -Nada... No me pasa nada.
Sin decirle nada, me abrazó, fue tan inesperado a la vez que reparador, me hizo sonreír en aquel momento, donde pensaba que nadie podría conseguirlo.
-Gracias. -Vamos adentro, me vas a decir ya que te pasa-dijo llevándome de la mano hasta mi habitación.
Nos sentamos en la cama, tenía la mirada agachada y jugaba con mis manos.
-Simplemente soy muy dramática, no le des importancia-hice como si pasase del tema, pero no me dejó. -Déjame adivinar ¿Mal de amores? -Algo así...-decidí contárselo-me gustaba un chico, pero ahora tiene novia y hace días que no lo veo. -¿Sabes qué? Él es el que se lo va a perder, una chica como tú no tiene que llorar por tonterías así-sonrió y me limpió el maquillaje con un pañuelo de su bolsillo-el amor es secundario ¿Sabes que va primero? La amistad. Tienes un montón de amigos que te apoyan y eso vale mucho más. -Tienes razón-le abracé, apoyando mi rostro en su hombro. -Mañana ven a mi casa, haré que te olvides de la persona que te daña el corazón-sacó algo de su bolsillo-bueno, la razón de mi visita es porque te dejaste el pintalabios en casa de Jin. -Gracias, Kook y gracias también por traerme el labial.
Se fue y yo me preparé para ir a dormir, sin cenar, ya que no me dio tiempo.
~
Al día siguiente, me desperté y después de hacer mi habitación y el desayuno, me preparé para ir a casa de Jungkook.
Cogí mi bolso, como siempre y me dirigí a su hogar.
Llamé al timbre, me abrió y ahí estaba él, con una camiseta blanca de tirantes y un pantalón de chándal corto.
-Buenos días, Minah.
Me ofreció entrar y acepté.
-Vamos a mi habitación, se está mejor.
Fuimos a su cuarto, adornado con algún póster de videojuegos, una play y un escritorio, aparte de la cama.
Nos sentamos en su cómoda cama y puso su mano en mi rodilla, transmitiéndome paz y confianza.
-¿Sabes? Estás preciosa cuando sonríes-ese cumplido me hizo sonreír más y sonrojarme el doble. -Me va a estallar la cara, para. -La mayoría cuando se pone colorada, se ve como un tomate, sin embargo, tú te ves súper tierna-siguió haciéndome cumplidos y yo no sabía ni como responder. -¿A qué viene esto? -Pues verás, no puedo aguantar más, necesito decir todo lo que pienso sobre ti-intentó mirarme a los ojos, pero rápidamente bajó la mirada-no sé que tienes, pero todos están coladitos por ti y yo no soy la excepción.
Tenía muchas preguntas en ese momento ¿Desde cuándo? ¿Y quién más se gusta de mí? Además ¿Qué iba a hacer ahora? A ver, él siempre me ha atraído, pero ¿Hasta qué punto?
-¿Quién más está "coladito" por mí?-pregunté primero. -Se supone que no podía decírtelo, pero... Taehyung, además, estoy seguro de que tu mejor amigo, Jimin, está enamorado de ti, se nota por la forma en la que te mira.
Me había quedado sin palabras, así que pensé detenidamente antes de seguir hablando.
-¿Entonces tú...? -Quiero salir contigo, Minah y si no funciona, pues nada.
¿Sería buena idea? En ese momento no lo podía saber, así que, si, acepté.
-Salgamos-puse mi mano en la suya, la cual seguía en mi pierna, colocó su mano en mi cuello y se acercó a mis labios para besarlos, los acepté y la pasión nos envolvió.
Me tumbó en la cama y siguió besándome, con más lujuria, casi dolía, pero en ese momento no me importaba, tenía la mente en otras cosas.
Y me dejé llevar...
~
Ahora me sentía rara, tumbada, al lado de mi compañero de trabajo, amigo y ahora novio, todo tan rápido que me costó procesarlo.
Si había aceptado salir con él era porque dentro de mí, estaba abierta a algo más que una amistad para él.
-Eres perfecta en todos los sentidos-dijo, tras un suspiro.
~
No sé cuanto tiempo estuve abrazada a él, en su cama, no quería irme, pero tenía que hacerlo.
-Me tengo que ir, Jungkook. Llámame después. -Vale, nos vemos.
Me puse la ropa, cogí mi bolso y me fui. Llegué a casa y lo primero que hice fue mirarme en el espejo ¿Que habías hecho, Minah? Fue lo que me pregunté en ese momento, sin embargo, lo hubiera repetido.
Comí y limpié mi hogar. Me di una ducha y mientras estaba en albornoz, me llamó Jimin.
-Hola Minah ¿Estás en casa?-preguntó. -Si, ven.
Aceptó y colgué. No le iba a decir que estaba con Kook, eso le iba a herir y no es lo que quería.
Me preparé, hasta que él llamó al timbre. Fui a abrir y lo vi, pero esta vez con una sonrisa de oreja a oreja, me encantaba verlo tan feliz.
Sin saludarle, le abracé. Pude sentir su felicidad sin tan si quiera mirarle.
-¿Qué tal, Minah? -Muy bien, pasa.
Nos sentamos en el sofá, yo me recosté en su hombro, como solía hacer.
-Le voy a hablar-soltó y yo me sobresalté. -¿¡En serio!? ¿A qué esperas? -Tranquila, mañana le hablaré. -Ya verás como todo sale a pedir de boca-posé mis manos en sus mejillas-o sea, mira quien eres, Park Jimin, pura perfección. -Gracias por los piropos, pero sigo sin creérmelos-le lancé mi mayor mirada de desprecio, él apartó su rostro. -Pues yo no miento, así que créetelos.
Vi un leve sonrojo aparecer en sus mejillas, indicándome que me haría caso, que se valoraría más. Yo por mi parte, no entendía porque un chico como él podría tener baja autoestima, era guapo, tenía un cuerpo perfecto y era la persona más buena y tierna del mundo.
Después de un rato hablando, se fue y me quedé sola, así que aproveché para hacerme mi rutina de cara. Me gustaba echarme cremas y mascarillas mientras escuchaba algo de música, era uno de mis pasatiempos favoritos.
Volvió a sonar la puerta y me dio un vuelco al corazón ¿Era él?
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