Capítulo XXXII: Encontrada

906 95 27
                                    


Franco

Tres horas.

Han pasado tres horas y aún no sabemos del paradero de Laura, o Dan. Aunque tenemos la certeza de que están juntos. Y es eso, lo único que me ha mantenido en control. Porque sé que, Dan, primero muere antes de permitir que alguien la dañe.

Obviamente eso no me da tranquilidad. Estoy más allá del límite de desesperado. Angustiado y furioso. Will fue por Fiorella y ahora estamos todos en casa de Segnini. Junto con otros chicos que trabajan para él.

 Fuimos a la autopista donde por última vez, pudimos rastrear a Dan, hicimos un perímetro y nos dividimos para buscar. Pero no hay nada. Es como si, se los hubiese tragado la tierra. Hasta ahora, solo tenemos un débil rastro del celular de Dan. Y el GPS de su auto. Pero quién los tiene, sabe cómo actuar. Como tapar cada paso que da. Y eso me frustra hasta la medula...

—Cálmate hombre, no es bueno para tu hermana verte así... —Will me pasa un vaso con ron puro y yo lo bebo al seco. Luego enciendo un cigarrillo.

—No sé qué hacer... tengo miedo. Creía que conocía el miedo ¿sabes? Cuando vi morir a mi hermano. Cuando Alayna intento matarse aún estando embarazada... cuando Ricky le conto todo a Laura... pero ¿ahora? Ahora si tengo malditamente miedo. Estoy cagado. Si algo le pasa...

—Nada le pasara. Ya sabemos que él no lo permitirá... solo debemos saber cómo manejar a ese maniaco...

—¿Quién podría ser? Lorenzo tiene a toda su familia de enemigos... y nos advirtió... pero nunca pensé que... seria de esta forma...

—No es alguien de su familia. No lo creo...

—Yo sí —Segnini llega hasta nosotros. Lleva un cigarrillo en una mano, y en la otra su tablet, nos muestra una fotografía —Les presento a Andrés, el bastardo de los Berardi.

Miro a Will, que se levanta de golpe y va por Fiorella. Mi hermana, llorosa y angustiada corre hasta nosotros.

—Fiore... ¿Es él? ¿El novio de la mamá de Lau? —Mi hermana limpia sus lágrimas y ve la foto. Sus ojos se amplían. Es toda la respuesta que necesito...

—Si... es... Andrés...

—Fue tan descarado como para seguir usando su nombre legal. Aunque cambio su aspecto. Pero es él... el hijo menor y bastardo de Luca Berardi, el abuelo de Laura. Antiguos dueños de la empresa que ahora pertenece a los Cifarelli—Continua Segnini —Carajo. Es mucho más complicado de lo que creí.

—¿Y ahora qué hacemos? —Pregunto a Segnini. Que, me lanza una sonrisa diabólica.

—Ahora, nos vamos de cacería...

—Pero este tipo... es como un fantasma... no podemos dar con él... —Insiste Will

—No es a él a quién buscaremos. Si no, a quién desde el principio lo ayudo a darle forma a su plan.

—Carucci —Digo y Will me mira sorprendido —Eso se veía venir.

—Franco... por favor... deja que Segnini se haga cargo... —Mi hermana me suplica.

—Fiore... estamos hablando de Laura, por supuesto que iré personalmente a buscar a Carucci y molerlo a golpes hasta que me diga donde esta mi chica... y luego, a ese jodido Andrés. Lo lamento hermana, pero no puedo complacerte en esto. Solo prometo que estaré bien. Volveré, y traeré a Laura y Dan conmigo.

Segnini saca un arma de su chaqueta y la carga. Me la da y luego mira a Will:

—Tú, cuida el fuerte. Dejare a dos de mis chicos de confianza aquí. El penthouse es muy seguro. Quédense dentro y nada pasara —Will asiente —Cifarelli. Aceptare que vengas con una condición...

Un Perfecto DesastreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora