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Conste que en guía del vídeo, Ginger es la de azul y Butsu la de rosa.
Advertencia: Esto va a estar meloso.
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La noche no tardó en llegar, y justamente a las siete en punto, toda la gente se encontraba reunida en el centro del pueblo, donde todo era adornado con lámparas, listones, globos y papeles de colores, las últimas en llegar fueron las líderes, quienes usaban vestidos iguales pero con distintos peinados, en cambio Katakuri permanecía detrás de todas las personas, observando en silencio de brazos cruzados, las mujeres se posicionaron en medio de un espacio desocupado para ellas, listas para hablar.
- En una noche como hoy, los primeros habitantes llegaron a esta isla, en la que todos serían capaces de vivir sin importar nada más que la paz y apoyo entre todos... -Empezó la menor.
- Para que la gente fuese libre y agradecida con esta bella tierra, para aprender de los errores y crecer no solo como personas, sino también como pueblo -La secundó la mayor.
- Y para conmemorar esa fecha ¡Que la fiesta comience! -Hablaron a unisono, recibiendo como respuesta los gritos emocionados de las personas.
Al instante la gente con instrumentos comenzó a tocar una melodía animada, dejándole a ellas el primer baile, cosa que hicieron presentando un pequeño número de ballet, coordinándose a la perfección, era obvio que no habrían tenido tiempo de ensayar ¿Ya lo tenían planeado? Era un poco obvio, pero era innegable que ambas tenían talento, sin dificultades por la diferencia de tamaño. En cuanto su número terminó hicieron una elegante reverencia siendo aplaudidas por todos, al alejarse del centro del lugar, la música cambió y distintas personas se acercaron a bailar, tanto solas como en pareja. El Charlotte simplemente observaba en silencio, ya que apenas el baile de las hermanas había terminado él dejó de ponerle atención a todo lo demás, no pasaron más de un par de minutos cuando la causante de su confusión se acercó a él, con una caja de cartón en manos, ahora que la veía más de cerca notó el diseño de donuts en su vestido y su peinado de un moño con trenza, adornado con un par de flores falsas, ciertamente se veía encantadora, pero se sentía en la obligación de disimular, no podía exponerse de ese modo.
