Sisisi, por fin, aquí está, ya apareció, lo tengo, lo tienen, lo tenemos ¡Vivaaaaa! Espero que lo disfruten.
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El sudor caía por su frente, sus músculos palpitaban, al igual que su ligeramente acelerado corazón, su oponente jadeaba por el cansancio, pero con aquel brillo asesino aún presente en su mirada, una mirada que expresaba lo mucho que deseaba probar su sangre. Esquivó nuevamente sus ataques, pero desgraciadamente le sujetó la pierna con tal fuerza que sus largas uñas se clavaron en su piel, provocándole un grito de dolor, la acercó con brusquedad para propinarle un puñetazo en el estómago, en un intento por evitarlo se posicionó de costado cubriéndose con ambos brazos; el impacto contra el suelo fué la peor parte, escupió algo de sangre a la par que sintió como una de sus costillas se rompía, para que una vez libre de sus garras, la sangre en su pierna herida fluyera de inmediato. A pesar del innegable dolor, le costaba pensar en su situación, él era más grande y posiblemente fuerte, pero si seguía siendo más lista, tendría grandes oportunidades de vencerlo.
Apoyó su peso en su pierna sana para en ese preciso segundo agacharse, y como si aquello sucediera en cámara lenta, se levantó para asestarle un puñetazo en la mandíbula, para una vez desequilibrado, girar sobre su extremidad y clavarle una patada en las costillas; casi como si se las estuviera cobrando, sintió el hueso ceder ante la fuerza de su golpe, dejándolo tirado en el suelo, aprovechó el momento para volver a clavarle un golpe en la misma zona, sintiendo como más huesos cedían ante el impacto; nuevamente escupió aquella sangre fluorescente, antes de sujetarla por la herida, clavando sus garras una segunda vez, la jaló para tirarla al suelo, pero en un intento de no golpearse directamente, arqueó la espalda apoyando sus manos; mantuvo la postura mientras su oponente se levantaba sin gran problema, apretó los dientes con fuerza al sentir como volvía a apretar su herida para lanzarla contra la pared, cayó al piso adolorida, sintiendo como el sabor metálico de su propia sangre se intensificaba en su boca, escupió hacia otro lado, viendo de reojo el cráter que se había formado. Maldijo en voz baja, volviendo a levantarse para quitarse a tiempo, atestiguando el como el pelo rosado se volvía a estrellar contra la pared, provocando un segundo agujero en el salón.
- Se recupera el doble por no decir el triple de rápido... -Tomó distancia, viéndolo levantarse- La única forma es atacarlo más rápido de lo que se pueda curar... ¿Pero cómo? Si me defiendo...
Su diálogo consigo misma se cortó al momento en el que un pedazo de pared casi impacta contra su rostro, logró moverse a tiemponpara evitar el golpe, aunque igualmente el objeto le dejó un ligero raspón en la frente. Recibió una embestida bastante brusca, se cubrió el abdomen con ambas manos poco antes de sentir como el hombro de 1000 impactaba contra su cuerpo, para luego volver a estrellarla contra la pared, el aire la abandonó haciéndola caer como si fuera una muñeca de trapo, trató de tomar una respiración profunda, sus pulmones se sentían apretados y su esofago ardía, una patada la mandó lejos, rodó por el piso quedando boca arriba, aahh si Katakuri viera todo estaría furioso, no solo porque la estaban golpeando, sino también por el hecho de que su aterradora esposa no podía lidiar con una pelea.
No, no iba a dejarse pisotear por una creación de laboratorio, no ahí, si algún día iba a morirse, sería anciana, posiblemente viuda y con un hijo, quizás hija, en su adultez con su propia familia hecha.
Si tan solo pudiera hablar con Kinsei, saber lo que tenía que hacer.
- Oye...
¿Qué había sido eso?
Mientras su enfrentamiento se llevaba a cabo, en el laboratorio principal donde la líder de la investigación observaba, notó claramente el extraño comportamiento defensivo de la morena, un poco extrañada buscó por el lugar, hacía varios días ya que había pedido un análisis completo, quedándose con la sospecha de que le ocultaban algo; buscó entre los destrozos, encontrando la carpeta en la que se suponía estaban los análisis, revisó su contenido viendo el listado, análisis de sangre, resultados de pruebas físicas y algunos exámenes teóricos, pero lo que ciertamente llamó su atención fué la solicitud de un ultrasonido ¿Cuándo lo había autorizado? Si nunca lo hizo... No pasaron más de unos segundos cuando sintió el filo de un bisturí sobre su piel, mientras escuchaba la respiración agitada de quién se hacía llamar su mano derecha.
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Soy como tú (Katakuri X OC)
Diversos¿Dónde estuviste toda mi vida? Después de la tormenta viene la calma, o quizás... el amor.