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Será común que haga saltos de tiempo, pero trataré de no hacerlos con tanta frecuencia.
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Había pasado una semana desde su llegada a aquella isla, y también desde que quedó alojado en el hogar de la morena. Por mucho que aún desconfiara de ella, esta nunca trató de apuñalarlo por la espalda, siempre parecía ser sincera con él y nunca le faltaba contarlo a la hora de cualquier comida, además de que por mucho que usara su Haki, este nunca le mostraba algo que ella pudiera atreverse a hacer, siempre actuaba normalmente, sin maldad alguna, cualquiera como él sospecharía, y aunque lo hacía, nunca resultaba en algo malo. En ese tiempo se habían tomado el tiempo de conocerse un poco más, no tenía idea de cuánto tiempo estaría allí y no le vendría mal conocer a la persona con la que se estaba hospedando, claro que muchas veces le costaba creerle lo que decía.
Pero estaba empezando a creer en sus acciones y palabras, inclusive recordaba una cosa en específico que le había dicho el día en que le mostraba la cocina.
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- Preparo los donuts en base al tamaño del cliente y obviamente al pedido que hagan.
- ¿Al tamaño del cliente?
- Sí, vendo mis donuts a todo tipo de razas, no me importa quienes o qué sean siempre y cuando puedan pagarme -Respondió observando una de susenormes máquinas.
- Entonces aceptas a cualquiera que esté dispuesto a pagarte de cualquier manera -Dijo mientras observaba algunas cajas de cartón, separadas por tamaño.
- Si tiene hambre, es un cliente, y así sea con trabajo, solo busco que me pague por el servicio que le he dado -Afirmó mientras seguía avanzando por el lugar- He notado que te gustan mucho los donuts, me gustaría tener tu opinión un día, estoy segura de que me ayudaría mucho.
- Me cuesta un poco verlo de ese modo.
- Podrías ayudarme a idear combinaciones, conoces los sabores -Volteó a verlo con su pulgar arriba- Y cuando los tenga, serás el primero en probarlos.
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Sin duda alguna esa mujer tenía algo malo en la cabeza, aunque esa idea no sonaba tan mal, no le importaba si eran de prueba, seguían siendo donuts. Y ahora que se tomaba el tiempo de pensarlo, solo se sentaban juntos cuando se trataba de alguna bebida o algo de bocados pequeños, pero ella siempre lo dejaba solo a la hora de la comida, contando que ella también comía sola, cosa que aumentaba aún más sus sospechas sobre el rostro que escondía bajo esa máscara.
