Otra fiesta y una confesión

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Vestido diario:

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¡Y con esto se viene un nuevo arco!

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Cayó la noche, el barco y los preparativos estaban listos, por un lado irían los trillizos, la ahora mujer casada y los subordinados de los hermanos, mientras que por elección propia, la morena mayor iría en su propio barco acompañada del Charlotte primogénito, claro que no iría nadie más puesto que la dueña del transporte no había autorizado a ningún otro de abordar. Y claro que la pareja de recién casados vió cierta gracia en el asunto, después de todo, solo ellos conocían su tan privado secreto.

- Sigo sin entender porqué yo no pude ir ahí -Bufó el ministro de horneado mientras observaba el barco que tocaba música detrás de el de ellos.

- La estresas un poco, si tal vez dejaras de preguntarle si está soltera cada que la ves, podrías llegar a parecerle soportable -La respuesta de su cuñada hizo que un aura triste apareciese a su alrededor.

- No me agrada y estoy de acuerdo -El comentario de su hermano de azul solo hizo que aquella aura aumentase- Por cierto ¿Cuánto tiempo de viaje queda?

- Bueno, zarpamos hace unas horas, con buen viento y sin imprevistos, llegaríamos al anochecer -Dijo mientras veía como los homies y la tripulación iban de un lado a otro- Creo que ya es hora de cenar.

Y como si hubiera sido una orden, el llamado al comedor del barco se hizo presente, los mellizos fueron al lugar indicado mientras que la morena fué en busca de su marido, para encontrarlo en la cubierta del barco, se acercó tranquilamente mientras el volteaba a verla al haber escuchado sus pasos aproximarse.

- Ya es hora de cenar ¿Te espero en el camarote?

- He sí... Iré en un momento.

- Te ves pensativo.

- Hay algo que no entiendo ¿Por qué te molestaste tanto en cuanto esos hombres aparecieron? -Preguntó cruzado de brazos, y sí parecía intrigado con esa historia.

Un suspiro de molestia se le escapó, había sido un mal tiempo- Ellos eran básicamente los busca pleitos de la isla, irresponsables, groseros, abusivos y destructores, la peor de las combinaciones, tuve más de un mal encuentro con ellos, y cuando padre pasó a mejor vida y me declararon Jefa, fueron de mal en peor, de por sí robaban pero solo cosas como el dinero de alguien o algún alimento, tuve que ponerme seria cuando destrozaron y bandalizaron la casa del bibliotecario solo porque no se dejó robar, pero la gota que derramó el vaso fué cuando en mi ausencia rompieron mis ventanas y se metieron a mí casa a robarse el dinero de los impuestos, se hubieran llevado el de mi negocio también de no ser por el vigilante nocturno y la caja fuerte... Eso fué un desastre, tuve que deshacerme de ellos por medio del exilio, era eso o castigos violentos que no podía cumplir... Al menos no estando consciente... -Se pasó la mano por el cuello, girando un poco la cabeza haciéndolo crujir- Nunca había visto a la gente tan furiosa, tuve que tomar medidas pacíficas pero algo duras, un bote sin proviciones y solo tres tontos con remos para que se fueran a donde sea que llegaran a parar, unos querían algo más severo, pero no es lo mío -Suspiró al recordarlo, era incómodo- Ser Jefa es de todo menos divertido.

Soy como tú (Katakuri X OC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora