Y pues aquí estamos, aunque aún quedan secretos por revelar, aquí se viene el comienzo de la pelea por la libertad.
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Empezaban con otro tortuoso día para la tripulación de Big Mom, estuvieron buscando hasta el cansancio por mucho tiempo, pero lo único que pudieron encontrar, fué la bata corta que pertenecía al conjunto de pijama, más de un hermano comenzaba a darse por vencido, siendo los mayores el reducido grupo que aún no lo hacía, en cambio Linlin comenzaba a hartarse cada vez más, no sabía cómo había sido posible aquel acontecimiento, pero claramente estaba muy pero muy molesta, no había postre que pudiera calmar el sabor agrio que tenía en la boca, le costaba creer que estaban armando tanto problema por una mujer, la cual no le importaría mucho de no ser por su valor, única en su raza, líder de una isla, repostera excepcional y esposa fiel, además de que no era molesta, más bien la encontraba agradable, así que en parte no se atrevía a dejarla del todo.
Pero era un hecho que de entre todos el más afectado era Katakuri, se la pasaba la mayor parte del tiempo encerrado, casi no dormía y comía poco, además de que su calma habitual se veía perturbada por un constante mal humor, adoptando un comportamiento igual de frío, pero ahora era... Bastante agresivo. Se habían alejado mucho de Totto Land, y los resultados eran prácticamente nulos, aún teniendo todo tipo de gente buscando, inclusive con Ginger bajo el uso constante de su técnica de búsqueda, el detector de auras, entre tantas que encontraba le era difícil fijarse en una sola, mientras que el Charlotte no paraba de analizar todo lo que tenían, pero sus intentos eran equivalentes a mirar fijamente el mismo punto ¿Cómo podía ser tan difícil? Tenían los mejores buscadores, los mejores equipos, inclusive una gran flota que cubría kilómetros de mar, era algo tan... Tan frustrante, solo quería que volviera, que lo despertara molestándolo con piquetes de dedo en la cara, que le dijera incontables incoherencias para intentar hacerlo reír y acabar riéndose de todos modos, inclusive cuando le chiflaba al verlo sin camisa le causaba gracia, o cuando simplemente se quedaba a escuchar sus ideas, ya fuese retomar el ballet por completo o abrir una boutique para niñas y muñecas, cualquier cosa estaba bien, aunque fuera solo verle la cara y saber que estaba viva, eso era más que suficiente.
No quería simplemente rendirse y renunciar a ella, mucho menos recibir la noticia de que ya no estaba, toda la esperanza que tenía estaba depositada en su anillo de matrimonio, el cual tenía cierta similitud con un Eternal Pose, la energía del otro se guardaba en las piedras de los anillos, y dependiendo de la dirección en la que girasen estas les iban a indicar la posición de la otra persona, pero aquí había un problema, llevaban cerca de tres semanas siguiendo la dirección que las piedras indicaban, pero cuando parecían dar con su cercanía, estás comenzaban a señalar montones de direcciones diferentes, como si alguna segunda señal hiciera de interferencia para cambiarla.
Pero para su fortuna, finalmente hubo una respuesta.
Una llamada que contestó de inmediato, era Ginger- ¿Dieron con algo?
- Al fin... Al fin encontré algo -Su voz sonaba forzosa, como si estuviese tratando de mantener una señal- Se... Se acercan a... La isla Sphinx... El lado norte creo... Ve rápido, ahí los veremos... -Se escuchó una exclamación, como si finalmente volviera a respirar- Ya... Ya no puedo más, solo ve, volveré a intentarlo y... Y llamaré.
La comunicación se cortó con su respectivo "catcha" antes de dejar todo en completo silencio, Sphinx no estaba tan lejos ¡Estaba a tiempo! Salió de su camarote dando un portazo, llamando la atención de todos- ¡Pongan rumbo a Sphinx de inmediato! Tenemos una ubicación ¡En marcha!
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Soy como tú (Katakuri X OC)
Rastgele¿Dónde estuviste toda mi vida? Después de la tormenta viene la calma, o quizás... el amor.