Emilia sintió que sus ojos se perdían en el tatuaje de la Logia de las Ánimas que decoraba la piel de Sergio Larraín. Pensó que si seguía mirándolo su mente perdería el norte y no le quedaría más que confusión y mareo. Así que se obligó a apartar la vista y a concentrarse de nuevo en el rostro del Médium.
A pesar de su aparente fortaleza y la expresión irónica de su rostro, Emilia se dio cuenta que lucía cansado y pálido. Tenía ojeras violáceas bajo los ojos, los labios resecos y un parche le cubría la herida que Rubilar le había dejado en el costado derecho de la cabeza. Esa apariencia de agotamiento y debilidad la tranquilizó en parte.
—Me esperaba —dijo en voz baja, conteniendo la rabia y los nervios que aún le recorrían los miembros—. ¿Cómo supo que vendría?
—La vigilamos, Emilia. ¿Puedo seguir llamándola Emilia? —Esta lo pensó, realmente lo pensó, durante unos segundos, para concluir que cuando alguien pretendía matarte no importaba mucho cómo te llamara. Se encogió de hombros—. Bien... La seguimos, desde hace mucho. No se sorprenda si conocemos sus movimientos.
—No me sorprende... En realidad no. —Dio los pasos necesarios para salir de la sala de revelado, aún sosteniendo sus fotografías y la de Gonzalo. Fingió estudiarlas con atención, pero lo cierto es que estaba atenta a cualquier posible movimiento de Larraín—. ¿La Logia les enseña a mentir tan bien?
El hombre soltó una carcajada que para Emilia fue como un golpe en el estómago.
—Digamos que la Logia tiene muy claro qué tipo de agentes necesita y saca lo mejor de cada uno.
—Y dígame... ¿es usted un miembro importante o solo un soldado de poca monta?
Si la joven creía que su pregunta borraría de inmediato la sonrisa de Larraín, se equivocó. Por primera vez desde que se había volteado para mirarlo, él se movió en su dirección. Fueron apenas unos pasos, insuficientes para quedar a poca distancia, pero aún así Emilia no pudo evitar retroceder.
—¿Quiere que le diga que la Logia mandó al más humildes de sus agentes y así usted pueda entender que apenas ha divisado nuestro poder? ¿O más bien quiere que le diga que yo soy el mejor y que ya se enfrentado a todo lo que podemos dar? —Larraín dio otro paso, dejando a Emilia al borde de la sala de luz roja, la que brillaba, a la espera, como una boca hambrienta—. Lo que usted aún no entiende, es que la fuerza de la Logia no reside en uno solo de sus miembros, ni siquiera en el más poderoso. La Logia es un animal de muchas cabezas, pero solo un estómago. Todos disfrutamos del festín, Emilia.
—¿Y cuál fue ahora el festín? ¿Qué fue lo que consiguió con todo esto? ¿Un golpe en la cabeza?
—No —susurró Larraín—. Conseguimos saber qué puede hacer la segunda nieta de Almonacid, los puntos débiles de los únicos fantasmas de Santiago que pueden darnos problemas y... también tenemos a Arsenio Marín.
La Médium, sin saber muy bien por qué, se tensó aún más al escuchar ese nombre.
—Arsenio Marín les teme... Sabe a lo que se enfrenta con ustedes.
—Y aún así, no hará falta más que un gesto para que se una a nosotros.
Larraín desvió la mirada hacia la puerta de su casa con cierta nostalgia. Por unos segundos volvió a ser el joven que Emilia había conocido hacía muy poco, a pesar de que pareciera ser demasiado tiempo. Al verlo, se preguntó cuántos más habían caído en sus engaños, qué otras misiones había cumplido para la Logia. Sintió una ligera náusea.
—Debo reconocer, Emilia, que usted era el objetivo —continuó Larraín—. Después de trabajar con su prima, la Logia no tuvo más alternativa que reconocer que a pesar de que Ulises Almonacid era un hombre bastante decepcionante, había dejado un par de legados que podían sernos de gran utilidad. Usted era una ficha muy apetecida por la Logia. Pero apenas la conocí supe que no había posibilidad de que se uniera a nosotros. Era un desperdicio de tiempo... tal como su abuelo.

ESTÁS LEYENDO
Figueroa & Asociado (Trilogía de la APA I)
ParanormalUna mujer sube las escaleras del edificio abandonado de calle Independencia con la mirada fija en el último piso, donde sabe que se encuentra la oficina de Figueroa & Asociado, la más extraña agencia de detectives privados de Santiago. Ellos tienen...