☆ ~ 𝓦𝓇𝑜𝓃𝑔 𝒮𝒾𝒹𝑒 𝒪𝒻 ℒ𝒾𝒻𝑒 - Fanfic Milex ~ ☆ [+18]

6 - Amigos ebrios

Primer bar, primera embriaguez, atracción prohibida.

Bar de Wembley, Londres.

Miles

Mientras veía a los chicos dando autógrafos presencié a Alex alejado de todo el mundo asumiendo que deseaba estar en su espacio luego de dar fotos y firmar los discos.

Todas las chicas tenían en mano ambos álbumes de estudio de la banda. Contemplé a una rubia en frente de mí bebiendo de su vaso en tanto me buscaba con su mirada, sin embargo, Turner me tenía muy intrigado, centrándome a cada minuto para saber qué pasaba por su mente. Se le miraba cansado, o quizás molesto. No lo tenía tan claro, pero parecía como si las ganas de huir de la celebración estuviesen en su mente en ese minuto. Sin duda era el más tímido y reservado de los cuatro.

~

Pasaron más o menos cuarenta minutos y los demás chicos de la banda se levantaban de sus asientos para marchar. Alex se iría también, pero una propuesta para quedar conmigo otro rato, sumando la promesa de que lo acompañaría a su departamento luego de un rato, hicieron que cambiara su plan de verse descansando en su cama a la hora esperada.  

Ansiaba compartir un poco más con él esa noche y pude convencerlo de quedarse. No sabía por qué, si al igual que yo, se estaba excediendo notoriamente con los tragos bebidos.

Matt se aproximó a bisbisear, ya que el bullicio del ambiente entorpecía aquel sentido del oído.

—Cuida a mi chico y llévalo hasta la puerta de su casa —se expresó dándome a entender de manera exigente la preocupación por su partner.

—Seguro que llegará a salvo, pero no te puedo prometer que sano —respondí con burla —Ni siquiera sé si llegaré sano.

—Bueno, con que esté vivo durante el día de mañana está bien —replicó apuntándome.

Matt y los demás comenzaron a despedirse y en segundos se marcharon del recinto. Alex, luego de unas últimas conversaciones con chicas acudió a mí con un bolso en su hombro.

—Supongo que nos iremos a casa pronto.

—Sí, pero disfrutemos otro poco  —propuse

—Espérame, ya regreso —espetó dirigiéndose al tocador

Para asegurarme de que se encontraba aún con los cinco sentidos, quise ir tras sus pasos. Justo cuando casi llegué a la entrada, un chico me acorraló.

—¡Oye! —clamó borracho— ¿Acaso eres el chico que toca el riff de 505? —miró el baño de hombres al dar cuenta que me dirigía hasta allá

—Hola, sí, soy el —sonreí reposado

—Diablos, Millie Kane, no pude conseguir las firmas de los chicos, ¿Me darías la tuya, por favor?—suplicó con un lápiz sharpie negro y una hoja que sacaba de su bolso.

Comencé a reír por como había pronunciado mi nombre

—¡Claro! —articulé al instante —¿Cómo te llamas?

—Steve. —Contestó a un tiempo.

—Okay, acá está —dije, terminando de prisa.