45.- Todas mis propias mentiras

299 59 87
                                    

Por estar entre la espada y la pared, la decisión de otra persona tendrá que ser consentida.



22 de Marzo, 2011, Londres, Departamento de Alex

Alex

Ni siquiera daban las ocho de la noche cuando ella entró en mi habitación para reclamar una respuesta a todo lo que estaba pasando por su mente. Navegó bastante para hallar lo suficiente y hacer que sus ánimos se desplomaran al dar cuenta de la verdad. No se disponía a continuar el enlace que conectaba nuestros supuestos profundos y resistentes sentimientos, dejando el camino alumbrado a la realidad, la verdad que ya los dos sabíamos desde hacía mucho.

Ella habló como si fuese lógico para mí, tanto así que la obligación de asumirlo debía ser normalizada en totalidad. Replicó lo cansada que estaba, que ya era suficiente. Mi tono vibrante lo expresó con sinceridad. Le dije que cometía un terrible error. Mis manos se fueron al rostro para frotar íntegramente, dejando restos de transpiración. Pude gritar que lo dejara a un lado, que no era apto ese tipo de conversación porque mi mente estaba a punto de estallar junto con mi estómago.

Ella no desistió. Afirmó con seguridad en tanto grité entre medio. Alzó su voz totalmente convencida de sí misma. Esto ya no era una plática sana, no es apropiado continuar de esa manera.

Ella caminaba de un lado a otro. Mi tono descendió mencionando su nombre, necesitaba detectar cómo excusarme, incluso cuando el tiempo no iba a mi favor y el vocablo estuvo endurecido para mí.

Ella examinaba mi semblante

¡S-sé que estuviste con más mujeres!, me has estado engañando, en esta maldita cama!

Demonios.

Me miró fijo. Mi cara estaba ocultando toda esa impresión acumulada. La conversación no fue provechosa, inclusive, no era una conversación, porque por más que ansiáramos apaciguarlo, después de todo, los decibeles que habíamos subido en nuestros tonos eran poderosos. Solo tenía en mente que Alexa pudo enterarse de la verdad, y de ninguna forma lograba sacarse de la cabeza que yo había compartido la habitación de los dos con otras mujeres. 

Johanna había sufrido de esto, pero ahora no era necesario inventar alguna chica desconocida, porque nunca estuvo. En cambio, la persona que vive ocultamente en mis íntimos pensamientos, y que no se trataba precisamente de una chica, resultaba ser, después de todo, un engaño incluso más maquinal a ojos de una mujer, o eso alcancé a percibir dentro de mí.

Probablemente, el hecho de que no pudiera hacerle la propuesta de matrimonio le causaba más dolor de lo que ella pensaba. O quizás no, tal vez solo necesitaba estar un tiempo sola. Yo estaba confundido y ansioso.

—Ni siquiera conoces lo que deseas en tu vida, y es por eso que esto no da para más —exclamó triste, tratando de hacerme comprender que todo terminaba para los dos esa misma noche.

Yo no lograba prudencia frente a su figura. Ella estaba rompiendo conmigo, y realmente no era la manera de terminar aquella discusión, porque mi intención consistía en arreglar el asunto de manera pacífica, sin embargo, por su parte, no había posibilidad de ejercer otra opción, ya que, no existía otra disponible entre sus planes.

¿Por qué deseas seguir manteniendo esta relación si sabes que ni siquiera tienes un objetivo claro?

Ella pronunciaba todas las palabras con lágrimas en los ojos, mientras que mi saliva bajaba hasta mi garganta. Jesús. Sabía perfectamente en el imbécil que me convertí por lo que estaba causándole. Mi respuesta era sumisa, e intentaba reparar lo irreparable una y otra vez por miedo. Hablé intentando detener su decisión, pero Alexa quería ir más allá con todo. Mis palabras solo resultaban ser insultantes. Me examinó de pies a cabeza, un tanto perpleja y lo dijo. Dijo algo que me hizo dudar.

☆ ~ 𝓦𝓇𝑜𝓃𝑔 𝒮𝒾𝒹𝑒 𝒪𝒻 ℒ𝒾𝒻𝑒 - Fanfic Milex ~ ☆ [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora