☆ ~ 𝓦𝓇𝑜𝓃𝑔 𝒮𝒾𝒹𝑒 𝒪𝒻 ℒ𝒾𝒻𝑒 - Fanfic Milex ~ ☆ [+18]

11 - Complemento

La mente de Alex hablará por si sola, esta le recordará que lo que está sintiendo es verdadero. Miles se siente completamente seguro para hablar.

Diciembre, 2007

🇫🇷 Francia 

Alex

Terminaba el año y continuaban las grabaciones para nuestro álbum "The Age Of The Understandment". Con Miles, quisimos hacer un documental explicando el proceso detallado de grabación del disco con ayuda de varios músicos. Después de que la grabación finalizara, parte del staff compartía en el departamento alquilado en París, junto a nosotros. Entre toda la gente que había, arrimó un chico que decía ser amigo del vocalista de Queens Of The Stone Age. Fue entonces cuando conocimos a Zachary Dawes; ingeniero, técnico y músico profesional.

Lucía algo serio, pero a decir verdad era un tipo agradable y divertido. Compartimos únicamente una noche junto a él, pero sentimos que de alguna forma era parte de nosotros.

(Imagen 2016)

Luego de entablar conversaciones desligadas nos dedicábamos a seguir emborrachándonos.

Cada día la gente iba y venía siempre contando con la indudable presencia de chicas a nuestros alrededores. Cuando todo el mundo se largaba, nos acostábamos como podíamos por nuestro estado. Despertábamos sin ropa, en la misma cama con Miles y las bromas no se cansaban por horas, sabiendo que obviamente nada inesperado o fuera de principio había ocurrido entre los dos.

—Levantémonos a ensayar, ¡será un gran día! —Miles chillaba semi desnudo empujándome hasta hacerme caer del colchón.

Abría las persianas de nuestra habitación encendiendo un pitillo con su pulso tembloroso y luego se dedicaba a pegar gritos en dirección a la calle.

—¿Dónde quedó tu asma? Apaga eso y déjame dormir.

—Nunca había hecho esto, deberías venir acá y gritarles a las nenas que van cruzando a esa vereda, Alex —decía, agitado —¡Escuchen esto!, ¡somos The Last Shadow Puppets!

Miles estaba contento y no le importaba hacer el ridículo para darlo a entender. No sabía cómo callarlo, pero sin duda me causaba gracia su comportamiento. Entregaba unas cuantas risas en tanto aprovechaba el avistamiento mientras se comenzaba a vestir y a reír de sus propias palabras las cuales él mismo pensaba que me habían hecho el día.

Lo había visto desnudo y no me importaba. Era algo demasiado corriente.

Desde que llegamos a Francia, Miles y yo estábamos juntos. No significaba que había algo romántico. Más bien, era un cariño único y personal, más era algo que no comentaríamos, porque no tenía relevancia para los demás. Teníamos una aventura amistosa especial jugando a golpearnos como niños, durmiendo juntos desnudos y disfrutando de composiciones por el día tan solo para sentirnos cerca el uno con el otro hasta que llegara el momento del absoluto descanso.