☆ ~ 𝓦𝓇𝑜𝓃𝑔 𝒮𝒾𝒹𝑒 𝒪𝒻 ℒ𝒾𝒻𝑒 - Fanfic Milex ~ ☆ [+18]

62.- Más cerca

Un encuentro con importantes recuerdos sumergirá por completo a Alex en una fuente de profundas emociones.

07 de Septiembre, 2013
Wirral, Birkenhead

Alex

El frente de su casa me tenía casi acorralado. No era tiempo de arrepentimientos después de aquel viaje de horas en metro subterráneo y autobús. Un pequeño timbre resbaladizo que por las orillas poseía pedazos de pintura quebrantada fue presionado con mi índice para realizar la espera. Al notar que nadie atendió, me moví por los costados de la casa limitada de espacio. De pronto, sentí el grito de unos pequeños jugando con un balón en medio de la calle. Los niños detuvieron su acto guiando hasta a sus manos el objeto con su pie derecho. Mi enfoque estaba en ellos evidentemente, así que se aproximaron dispuestos a interrogar.

—Hola. —saludó uno de ellos muy tímidamente —¿Buscas a la señora Pau? —indagó.

Cuando lo oí, me pareció de lo más dulce, y enternecí mis sentidos quedando casi mentalmente de la misma edad que aquellos infantes.

—Er, sí, ¿Saben si ella está en casa? —pregunté apacible.

El chico que se veía un poco mayor se anticipó.

—No lo sé, quizás está cocinando.

Justo ahí, entre cerré los ojos posando parte de mi mano en el mentón y labio inferior. Me acerqué un poco más al muchacho para preguntar sobre lo antes mencionado por él.

—Hmm... Los platillos son ricos, ¿no es así? —consulté mientras uno de ellos cerró sus párpados 

—Sus galletas son perfectas —culminó.

El más pequeño se mostraba muy intrigado, mientras el chico más alto lo golpeaba con su codo en parte del estómago.

—¡No!, ¡tendría a un guardaespaldas consigo! —bisbiseó, con intento de disimulo.

Pero el pequeño apenado, consultó de todas maneras. Se miraron, y luego se dirigieron a mí con dudas.

—Le gustas a mi hermana, ella escucha tus álbumes.

La incredulidad vino a mí y también esa sorpresa. El segundo chico bastante seguro, logró soltar de mis entrañas un caluroso regocijo al confundirme con el rey del rock and roll.

—Eres el señor Presley. —dijo con seguridad. —Aunque, eres un poco más feo en persona. —articuló transparente, haciendo que el siguiente riera.

—Sí —sonreí —¿Los años no pasan en vano, ¿no creen? —pasé mi mano por mi cabellera.

Mientras ellos se tentaban, el instante del crujido de la puerta me dejó algo paralizado. 

La manera en que viré hizo que ella arrugara su entrecejo. 

Era una mujer con gafas, cabello rizado, piel pálida, y ojos muy singulares, unos ojos color miel que distinguía de alguna manera. No me podía equivocar, se trataba de ella, la madre de mi mejor amigo y cómplice soñador, y, desconociendo el por qué, me invadió la timidez tan fuertemente que no sabía cómo contestar.

—¿Hola? —ella sonrió muy pacíficamente.

—Eh, H-Hola.

Ella acomodó sus gafas desde el puente nasal con un gesto premeditado.