☆ ~ 𝓦𝓇𝑜𝓃𝑔 𝒮𝒾𝒹𝑒 𝒪𝒻 ℒ𝒾𝒻𝑒 - Fanfic Milex ~ ☆ [+18]

8 - Noticia

Una sorpresa llegará a los chicos cuando menos lo esperen, pero no será suficiente. El destino se encargará de preparar a estos dos mejores amigos para lo que se avecina.

Londres

Estudio Miloco, Junio 2007

Alex

El último ensayo para el próximo concierto de Arctic Monkeys finalizaba junto con los chicos. Ya casi se hacía de noche, el pronto regreso a casa de Alexa era primordial. Al agarrar mi estuche, puse la guitarra adentro, lo cerré y tomé mi mochila. Entonces Jamie se acercó a hablarme.

—¿Hora de novia? —preguntó sonriente.

—Sí —contesté de igual manera —se me hace tarde —miré la hora en el reloj de pared que se situaba en la sala.

—Ok, nos veremos el lunes por la mañana, recuerda la Telecaster esta vez.

—Okay, te veo.

Abracé a Cookie rápidamente, luego, me despedí de Matt y Nick dirigiéndome en seguida a tomar el bus.

Prendí mi teléfono viendo en seguida las llamadas perdidas de Alexa. De inmediato decidí comunicarme con ella.

EN EL TELÉFONO

—Cariño —dije, a través de la línea

—Hola, Alex —enseguida habló en seco.

—¿Cómo estás hoy? —sonreí con el móvil en una mano sosteniendo el estuche con la guitarra en la otra.

—Bien, pero ha sido un día algo extraño —expuso.

—¿Ah, sí? —dije ya en el paradero de buses, mirando si se acercaba alguna locomoción.

—Sí. Te llamé antes sólo para contarte algo curioso que me ocurrió —comentó con voz de incertidumbre.

—Vi tus llamadas amor, ¿Qué es lo que ocurre? —pregunté interesado

—No quiero alarmarte, pero es algo importante, Alex —su tono de voz se puso más grave en el último vocablo.

—Cuéntame, quiero saber de qué se trata —volví aclamar con inquietud.

—No sé si sea bueno decírtelo por acá —ella suspiró hondo.

—Dilo mi vida, te escucho —dicté dispuesto a oírla.

Finalmente Alexa decidió platicar sobre aquello que ocultaba aunque pausó un poco sus palabras. Yo seguía atentamente escuchando con el celular pegado a mi oreja cuando me habló de que había tomada prestada mi laptop para revisar su correo como todos los días por la mañana, aunque esta vez había encontrado que sin querer el mío con la sesión inciada aún, haciéndome sentir escalofríos y el pulso acelerado.

—Y... ¿Qué ocurrió? —pregunté a través de la línea mojando mis labios.

—Sólo...—jadeó —, vi algo que quizás no debí ver, y no me agradó.