☆ ~ 𝓦𝓇𝑜𝓃𝑔 𝒮𝒾𝒹𝑒 𝒪𝒻 ℒ𝒾𝒻𝑒 - Fanfic Milex ~ ☆ [+18]

44 - Empapados

Un lugar alejado y tranquilo será testigo de aquella conversación y acción preconcebida.

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Alex & Miles camino al parque (Continuación)

Alex

Miles vio lo sorprendido que estaba. Él manifestó cómo logró encontrar la parada de este lugar, confesando la ocurrencia de traerme hasta allí esa noche. Él comentó que hace un tiempo paseaba con Jay Sharrock y tuvo mucha ambición por el camino hacia el parque en el que ahora estábamos, prometió no dejar de visitarlo por segunda vez, pero en compañía de su partner de banda. Aquel momento había llegado, porque tenerme de pie allí fue lo más extraño de aquella noche en concreto.

—Pensé que podríamos venir  —sonrió de forma cómplice

—Sí, seguro.

—¿Ah?, ¿Qué es eso?

—Yo...

—Como siempre, ¿será con tan poca expresividad? 

—No suelo utilizar idealismo en parte de mi día...

—¿Qué hay de tus composiciones?

Asumió mi poca atención ante aquellos que, para mí, no se transformaban en soñadores momentos como sí lo son para él. Puede que asumiera mi falta de interés. Tuvo toda la razón, como siempre. Miles no falla jamás a la hora del lanzamiento, da justo en el punto central al hacer que el dardo golpee a la perfección en la diana.

Mi voz permaneció inmóvil durante unos segundos antes de responder. Mis párpados se encargaron de abrirse y cerrar repetidamente.

—Pienso que el señor Sharrock debió mirar en profundidad este sitio, es... tranquilizador, lo es.

Al oírme, sostuvo un expresivo avistamiento, y eso no esquivó mi sentimentalidad somnolienta, haciéndola despertar de golpe. 

Viajamos por quince minutos para bajarnos del taxi y adentrarnos en el gigantesco paisaje lleno de naturaleza, un exceso de flores que se veían repletas de diferentes esculturas. Quizás fue algo inusitado. Un parque con una enorme pileta que reflejaba algunos destellos de luces de diferentes tonalidades que, de un extremo a otro, salpicaban chorros inmensos de agua por algunos agujeros cercanos. Por sus alrededores, nos apuntaban seis llamativas estatuas de diferentes dimensiones. La luz de la luna nos pegó de frente junto a la brisa tibia dando el toque perfecto para una noche íntima esperada. 

Lo sentí demasiado dispuesto a expresar conmigo su lado romántico. No existía absolutamente nadie que pudiese pensar en encontrar a dos chicos ocultos en un sitio así esas horas de la noche. Todo bastante sereno, aunque advenedizo, a decir verdad. En tanto me preguntó por cual era el lugar adecuado para establecer una conversación, traté de investigar cada rincón con un único objetivo; sentir confortabilidad. 

Eso fue imposible. 

Esa noche, la fragancia de Miles se esparcía de un modo sobrehumano por todos los alrededores. Quizás su perfume estaba llamando a mis subrepticios deseos otra vez. Estuve observando lado a lado, casi como buscando algo que yo sé, no existía, y él, con ojos pasionales, dictó suavemente lo atractivo que yo lucía con el atuendo que elegí para esa ocasión. Resultaba ser un sortilegio el caso de siempre vestir adecuadamente perfectos el día de nuestro cumpleaños. O el empalme justo de nuestras miradas y acciones que el destino quería mostrarnos.