5.

267 10 0
                                    

Estaba arreglando mi bolso para irme a trabajar cuando escuché que tocaban a mi puerta, era David.

-Enana, necesito que me dejes tu coche. El mío se descompuso - dijo tranquilamente.

-¡Y yo como me voy al trabajo! - le grité. Iba a llegar tarde.

-Yo te llevo y te recojo a la ahora de comer. No te enfades, enana - dijo riéndose.

-Pues date prisa que voy a llegar tarde y además ya no me da tiempo para ir a buscar mi desayuno.

-Pues vayámonos ya - dijo agarrándome del brazo.

Entramos al coche y condujo hasta llegar a la empresa. Aparcó en la entrada y me bajé.

-Vicky ¿A qué hora tengo que venir a buscarte? - preguntó.

-A las dos y a las seis en punto - le contesté -no tardes -le advertí.

Llegué al despacho  y ahí  estaba él,  con su taza de café.

-Buenos días - saludé.

-Buenos días - dijo sin mirarme a la cara - necesito que pases estos documentos al ordenador y después vas y haces dos fotocopias de cada hoja - ordenó.

-De acuerdo - me senté en mi mesa y comencé a hacer mi trabajo.

Pasaron dos horas. Acabe de traspasar los documentos y fui a hacer las fotocopias.

-Toma aquí está todo ya pase los documentos al ordenador y te los envié - le dije.

-Gracias - contestó amable.

-¿Necesitas algo más?

-Si, necesito que le lleves estos papeles a la octava planta, dáselos a Graciela la chica de la entrada.

"Será imbécil, ¿Cuando se va enterar de que soy su becaria y no su secretaria? "

Fui hasta el elevador y apreté el botón, alcé mi cabeza y leí una nota en la que decía que estaba averiado.

Mierda tendría que ir por las escaleras y yo con tacones. 

"Dios cuantas escaleras"

Cuando llegué estaba cansada, le di los papales y me fui,  volví a ver esas escaleras infernales y maldecí de nuevo.

Entré a la oficina y me fui directa a mi mesa sin pensar en nada más que en descansar.

-¿Por qué estas tan cansada? - preguntó Christian.

-El elevador se descompuso así que tuve que ir por las escaleras, estoy muerta - dije fastidiada. Christian solo se reía  burlándose de mi y haciéndome reír con él.
Así se veía más joven ¿Cuantos años tendrá?

-Christian, así te ves más joven - dije entre risas - ¿Cuantos años tienes? - pregunté ansiosa por obtener la respuesta.

-¿Cuantos años me echas? - preguntó con esa sonrisa seductora enseñando sus bien formados dientes.

-Yo te pregunte primero - dije seria.

-Tengo veintiséis años- dijo mirándome fijo a los ojos -  ¿Qué edad tienes, eh? - preguntó.

-Yo tengo veintidós años. Pero el 17  de marzo cumplo veintitrés  - dije esperando su respuesta.

-Mm... Bueno entonces es la semana que viene ¿Eh? Pareces más pequeña - dijo riéndose.

-¿En serio, te parezco una una niña? - pregunté disgustada.

"¡Le parezco una niña!"

Sin querer si me cayeron unas hojas y los dos nos agachamos a recojerlas

Se acercó a mi tanto que sentía como su cabello y el mío se rozaban. Sus dedos se tomaron la libertad de levantar mi mentón, haciendo que mi corazón latiera rápidamente.

Acercó su boca mi oído y me dijo:

-No me pareces una niña, no te disgustes.

"¡Oh dios, su voz suena tan sexy!"

Sentí como subía el calor a mis mejillas y me alejé.

¿Como podía ponerme así por unas simples palabras?

Me senté en mi mesa y me puse a acabar cualquier cosa que tuviera pendiente.

* * *

Estaba concentrada haciendo unos informes cuando escuché que llamaban a la puerta.

-Adelante - escuché decir a Christan.

-Victoria tu hermano te vino a recoger - anunció Montserrat.

-Dile que ya voy - le respondí. Me alcé y me despedí de Christian.

-Adiós Christian, nos vemos luego.

-Espera, yo también me voy. Ya tengo mucha hambre - sonrió. Salimos de la oficina y me dirigí a Montserrat a darle una cosa cuando escuche a mi hermano gritando el nombre de Christian.

"¿De que lo conoce?"

-¡No me lo puedo creer, David! - exclamó  Christan.

-Amigo no me puedo creer que seas tú,  la ultima vez que te vi fue en New Castle - dijo mi hermano avanzando hacia mi jefe.

-¿Ustedes se conocen?  -pregunté confundida.

-Enana. ¿No te acuerdas que te hable de Christian, mi amigo británico?  -preguntó.

-La verdad es que no me acuerdo  -dije frunciendo el ceño - y no quiero arruinar este momento de reencuentro pero tengo mucha hambre - dije con una sonrisa de disculpa.

-¿Tú eres Vicky? tú hermano me había hablado de ti - dijo sorprendido.

-Christian ven a comer con nosotros y así hablamos -  dijo mi hermano.

"¡No por favor!"

-David me encantaría... - ¡No! - pero tengo un compromiso ahora - ¡Sí!

-Entonces ven a cenar esta noche a mi casa - insistió mi querido hermano (noten mi sarcasmo).

-De acuerdo - aceptó Christian.

-¿Viniste con tú hermana? - preguntó David.

"¿Tiene una hermana?"

-Si, el viernes la fui a recoger al aeropuerto  - así que por eso no se apareció por el trabajo el viernes.

-Pues te esperamos esta noche a ti y a tu hermana a las siete - nos despedimos y nos fuimos.

Cuando estuvimos dentro del coche le reproché el haber invitado a Christian a cenar.

-No te comportes como una niña mal criada.

-Y tú no seas un imbecil, debiste preguntarme antes - dije molesta.

-En la casa no vives tú sola y no tengo porque pedirte permiso. ¿Se puede saber por qué te molesta que haya invitado a cenar a Christian?

-P-pues... - ni yo misma sabía porque me molestaba - da igual, será un placer tener a Christian en casa. Vamonos ya. Tengo hambre.

Lo Que La Vida Me Robó [Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora