Estaba arreglando mi bolso para irme a trabajar cuando escuché que tocaban a mi puerta, era David.
-Enana, necesito que me dejes tu coche. El mío se descompuso - dijo tranquilamente.
-¡Y yo como me voy al trabajo! - le grité. Iba a llegar tarde.
-Yo te llevo y te recojo a la ahora de comer. No te enfades, enana - dijo riéndose.
-Pues date prisa que voy a llegar tarde y además ya no me da tiempo para ir a buscar mi desayuno.
-Pues vayámonos ya - dijo agarrándome del brazo.
Entramos al coche y condujo hasta llegar a la empresa. Aparcó en la entrada y me bajé.
-Vicky ¿A qué hora tengo que venir a buscarte? - preguntó.
-A las dos y a las seis en punto - le contesté -no tardes -le advertí.
Llegué al despacho y ahí estaba él, con su taza de café.
-Buenos días - saludé.
-Buenos días - dijo sin mirarme a la cara - necesito que pases estos documentos al ordenador y después vas y haces dos fotocopias de cada hoja - ordenó.
-De acuerdo - me senté en mi mesa y comencé a hacer mi trabajo.
Pasaron dos horas. Acabe de traspasar los documentos y fui a hacer las fotocopias.
-Toma aquí está todo ya pase los documentos al ordenador y te los envié - le dije.
-Gracias - contestó amable.
-¿Necesitas algo más?
-Si, necesito que le lleves estos papeles a la octava planta, dáselos a Graciela la chica de la entrada.
"Será imbécil, ¿Cuando se va enterar de que soy su becaria y no su secretaria? "
Fui hasta el elevador y apreté el botón, alcé mi cabeza y leí una nota en la que decía que estaba averiado.
Mierda tendría que ir por las escaleras y yo con tacones.
"Dios cuantas escaleras"
Cuando llegué estaba cansada, le di los papales y me fui, volví a ver esas escaleras infernales y maldecí de nuevo.
Entré a la oficina y me fui directa a mi mesa sin pensar en nada más que en descansar.
-¿Por qué estas tan cansada? - preguntó Christian.
-El elevador se descompuso así que tuve que ir por las escaleras, estoy muerta - dije fastidiada. Christian solo se reía burlándose de mi y haciéndome reír con él.
Así se veía más joven ¿Cuantos años tendrá?-Christian, así te ves más joven - dije entre risas - ¿Cuantos años tienes? - pregunté ansiosa por obtener la respuesta.
-¿Cuantos años me echas? - preguntó con esa sonrisa seductora enseñando sus bien formados dientes.
-Yo te pregunte primero - dije seria.
-Tengo veintiséis años- dijo mirándome fijo a los ojos - ¿Qué edad tienes, eh? - preguntó.
-Yo tengo veintidós años. Pero el 17 de marzo cumplo veintitrés - dije esperando su respuesta.
-Mm... Bueno entonces es la semana que viene ¿Eh? Pareces más pequeña - dijo riéndose.
-¿En serio, te parezco una una niña? - pregunté disgustada.
"¡Le parezco una niña!"
Sin querer si me cayeron unas hojas y los dos nos agachamos a recojerlas
Se acercó a mi tanto que sentía como su cabello y el mío se rozaban. Sus dedos se tomaron la libertad de levantar mi mentón, haciendo que mi corazón latiera rápidamente.
Acercó su boca mi oído y me dijo:
-No me pareces una niña, no te disgustes.
"¡Oh dios, su voz suena tan sexy!"
Sentí como subía el calor a mis mejillas y me alejé.
¿Como podía ponerme así por unas simples palabras?
Me senté en mi mesa y me puse a acabar cualquier cosa que tuviera pendiente.
* * *
Estaba concentrada haciendo unos informes cuando escuché que llamaban a la puerta.
-Adelante - escuché decir a Christan.
-Victoria tu hermano te vino a recoger - anunció Montserrat.
-Dile que ya voy - le respondí. Me alcé y me despedí de Christian.
-Adiós Christian, nos vemos luego.
-Espera, yo también me voy. Ya tengo mucha hambre - sonrió. Salimos de la oficina y me dirigí a Montserrat a darle una cosa cuando escuche a mi hermano gritando el nombre de Christian.
"¿De que lo conoce?"
-¡No me lo puedo creer, David! - exclamó Christan.
-Amigo no me puedo creer que seas tú, la ultima vez que te vi fue en New Castle - dijo mi hermano avanzando hacia mi jefe.
-¿Ustedes se conocen? -pregunté confundida.
-Enana. ¿No te acuerdas que te hable de Christian, mi amigo británico? -preguntó.
-La verdad es que no me acuerdo -dije frunciendo el ceño - y no quiero arruinar este momento de reencuentro pero tengo mucha hambre - dije con una sonrisa de disculpa.
-¿Tú eres Vicky? tú hermano me había hablado de ti - dijo sorprendido.
-Christian ven a comer con nosotros y así hablamos - dijo mi hermano.
"¡No por favor!"
-David me encantaría... - ¡No! - pero tengo un compromiso ahora - ¡Sí!
-Entonces ven a cenar esta noche a mi casa - insistió mi querido hermano (noten mi sarcasmo).
-De acuerdo - aceptó Christian.
-¿Viniste con tú hermana? - preguntó David.
"¿Tiene una hermana?"
-Si, el viernes la fui a recoger al aeropuerto - así que por eso no se apareció por el trabajo el viernes.
-Pues te esperamos esta noche a ti y a tu hermana a las siete - nos despedimos y nos fuimos.
Cuando estuvimos dentro del coche le reproché el haber invitado a Christian a cenar.
-No te comportes como una niña mal criada.
-Y tú no seas un imbecil, debiste preguntarme antes - dije molesta.
-En la casa no vives tú sola y no tengo porque pedirte permiso. ¿Se puede saber por qué te molesta que haya invitado a cenar a Christian?
-P-pues... - ni yo misma sabía porque me molestaba - da igual, será un placer tener a Christian en casa. Vamonos ya. Tengo hambre.
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Lo Que La Vida Me Robó [Borrador]
RomanceHe querido editar la historia porque hay varias cosas que no convencen y pues quiero arreglarlas y mejorar la novela. Cuando piensas que la soledad es la mejor compañía que puedes tener, llega él. Tan rebelde como el solo, llevándote la contraria...